Las firmas de mercenarios florecen en Africa y los estados industriales que contribuyen con la reconstrucción de países asolados por conflictos bélicos solicitan a la ONU que reactive la ratificación de la convención que prohíbe el reclutamiento, uso y financiación de los soldados de fortuna.
Sólo 12 países ratificaron la convención que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) propuso a principios de esta década.
Hay que mejorar la situación de la seguridad en el continente para erradicar la violencia, consolidar la paz y sentar las bases del desarrollo sustentable, exhortaron expertos que asistieron este mes a una reunión organizada en París por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
La ayuda para el desarrollo no puede ser la única respuesta a los problemas de los países agotados por conflictos que no siempre son provocados por facciones rivales dentro de sus fronteras, sino también por organizaciones de tipo mafioso, afirmaron.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Comité de Ayuda para el Desarrollo, que vincula a los países industriales, reconocen que la comunidad internacional debe aprobar un sistema que ponga fin al negocio de las compañías que viven de la violencia en Africa.
Africa es la región más azotada por conflictos bélicos desde el fin de la guerra fría.
Hay muchas compañías que negocian con la guerra en Africa, como Executive Outcomes, Sandline International y Military Professional Resources incorporated. Las firmas se especializan en operaciones militares mercenarias y ganan fortunas con la sangre de millones de víctimas inocentes.
Al frente de las empresas hay generales retirados y ex integrantes de fuerzas de elite. Algunas, como Executive Outcomes, pueden reunir hasta a 2.000 efectivos.
Las firmas ofrecen servicios adaptados a las necesidades de sus clientes, algunos sencillos como proporcionar guardias de seguridad, y otros más complejos como la vigilancia de instalaciones petroleras, e incluso intervienen directamente en las guerras.
Se cree que gran cantidad de mercenarios participaron en las guerras civiles de Angola y Mozambique, donde lucharon en los distintos bandos a las órdenes del mejor postor.
Executive Outcomes envió efectivos a Sierra Leona en 1995, a pedido del gobierno para ayudar en la lucha del ejército contra los rebeldes del Frente Revolucionario Unido que habían llegado a las afueras de la capital.
Los servicios de Executive Outcomes costaron 35 millones de dólares, pero no se confirmó si el gobierno pagó en efectivo o si concedió a los mercenarios contratos de minería y de distribución de agua, como se especula.
Los participantes de la reunión de OCDE señalaron que los mercenarios también participan en el tráfico de armas, sobre todo el de armas ligeras.
"En la actualidad hay más de siete millones de armas ligeras circulando en Africa occidental", informó Christophe Carles, del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación para el Desarme (UNIDIR).
Las armas ligeras son las que "requieren poco mantenimiento, son fáciles de portar" y tienen un calibre menor a los 100 milímetros, precisó.
"Esa definición abarca un arsenal aterrador: revólveres, rifles, rifles de ataque, metralletas, lanzacohetes, morteros. Prácticamente cualquiera puede pagar su costo", sostuvo Carles. El experto reveló que en Africa austral existen en circulación más de ocho millones de armas ligeras.
El director de investigación de UNIDIR, Robin Poulton, dijo que una de las armas más comunes es el rifle de ataque soviético AK 47, que se fabrica en 18 países, utiliza municiones caseras y puede conseguirse por 150 dólares o menos en el mercado negro de algunos países africanos.
Los países donantes esperan eliminar estos circuitos clandestinos, en los que suelen esconderse los mercenarios.
Emma Bonino, comisaria de asuntos humanitarios de la Unión Europea (UE), anunció que el bloque acaba de presentar a sus estados miembros un conjunto de directivas para limitar las exportaciones de armas.
Bonino explicó que aún se está preparando la lista de equipos militares cuya exportación será restringida, y que se solicitó a los países productores de armas ligeras que adopten medidas más rigurosas para facilitar la ubicación de las armas.
Algo se tiene que hacer, agregó, para impedir que la UE reconstruya perpetuamente escuelas y clínicas médicas en Africa, que quienes se benefician con los conflictos bélicos del continente destruyen fomentando el tráfico de armas y la existencia de grupos mercenarios.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo lanzó un programa de coordinación y asistencia para la seguridad y el desarrollo que incluye la ayuda para crear bases de datos sobre la circulación de las armas y brindar asistencia técnica a los gobiernos que combaten el tráfico de armas.
Sin embargo, los países industriales contratan a las compañías mercenarias. Military Professional Resources Incorporated, por ejemplo, participó en 1997 en representación del gobierno de Estados Unidos en un programa de asistencia para entrenar a una fuerza africana.
Todas las compañías mercenarias tienen páginas en Internet y comercializan abiertamente sus servicios.
Como señaló Poulton, incluso si el contexto actual conduce al desmantelamiento de las fuerzas mercenarias, nada se podrá hacer sin la voluntad de los estados que están vinculados a ellos, y ratificar el tratado es un paso importante en ese proceso. (FIN/IPS/tra-en/tha/kb/aq/ip/98