La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instalará una docena de observadores en los principales centros poblados de Afganistán para terminar con las "masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos" por parte de facciones armadas nacionales y de países vecinos.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, explicó esta semana en un informe que los inspectores serán instalados al principio de 1999 y formarán una unidad de asuntos civiles independiente de la Misión Especial de la ONU en Afganistán (UNSMA), que se reveló incapaz de verificar las acusaciones de abusos.
En el verano boreal, las milicias talibanes, que tomaron el poder en septiembre de 1996, ocuparon centros poblados claves, tales como las ciudades de Mazar-e-Sharief y Bamiyan, antes controladas por el opositor Frente Unido.
Matanzas masivas, sobre todo de la etnia hazara, presente en ambas ciudades, acompañaron a las victorias. La ONU no tenía representantes en esa zona, a pesar de que ya habían comenzado a investigarse las denuncias de masacre en Bamiyan.
"La rendición de Mazar-e-Sharief y Bamiyan ante los talibanes significó graves violaciones a los derechos humanos, según buenas fuentes, y matanzas (de ocho diplomáticos y un periodista iraníes) en el Consulado General de la República Islámica de Irán", dice el informe.
Grupos defensores de los derechos humanos reportaron la matanza de cientos de hazaras, que como la mayoría de los iraníes pertenecen a la secta chiíta del Islam.
Human Rights Watch, que tomó nota de la masacre en ambas ciudades, declaró esta semana que Afganistán es "en cuestión de derechos humanos, uno de los desastres mundiales más díficiles de solucionar de este año".
La presencia de la ONU en el lugar es débil desde el pasado 21 de agosto, cuando un funcionario militar del foro mundial fue asesinado de un balazo en Kabul. Se trataba del teniente coronel Carmine Calo, de Italia.
El hecho fue interpretado como una venganza por el ataque previo de Estados Unidos a las instalaciones de un financista saudí residente en Afganistán, Osama bin Laden, que al parecer está vinculado con los bombardeos de las embajadas de Estados Unidos en Nairobi y Dar es Salaam, a principios de agosto.
La decisión de instalar observadores de los derechos humanos constituye el primer paso de la ONU en su papel de investigadora de las denuncias de atrocidades durante la guerra de Afganistán. El desafío pendiente es determinar quiénes son los responsables de las masacres.
Los principales responsables, como dio a conocer Annan, son las fuerzas que han proliferado -incluso en los países vecinos- en apoyo al grupo fundamentalista islámico Talibán y al opositor Frente Unido en su lucha por el poder.
"Afganistán, que fue punto de inflamación de las rivalidades entre las superpotencias, se volvió ahora escenario de una nueva versión regional del 'Gran Juego', en el que desaparecen los intereses domésticos, económicos, y de seguridad nacional, de los vecinos de Afganistán y de sus partidarios", escribió Annan.
"Se fue desarrollando un círculo vicioso en el que la incapacidad de los afganos para llegar a un acuerdo político es a la vez causa y efecto de la permanente intervención extranjera en los asuntos de Afganistán", agregó el secretario general.
Los ejemplos de intervención extranjera abundan. Cuando los talibanes entraron a la región de los hazara, antes controlada por la facción proiraní hezb-e-wahdat, Irán concentró sus tropas cerca de la frontera y se mantiene pronto para atacar hasta hoy.
Entre tanto, la UNSMA entrevistó soldados prisioneros en Bamiyán, "y todos admitieron ser pakistaníes, pero dijeron no estar afiliados a ninguna institución oficial de ese país".
Annan declaró que estaba "algo decepcionado porque algunos países (vecinos) son incapaces de solucionar sus diferencias y porque no dejan de proveer armas y otros materiales de guerra que alimentan el conflicto".
El secretario general dudó que alguna de las facciones principales pueda contribuir a la rápida recuperación de la estabilidad del país, dado que continúan las luchas brutales entre los talibanes y las fuerzas de oposición que subsisten en el norte del país, y entre distintas facciones del Frente Unido. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ceb-ml/ip-hd/98