VENEZUELA: Revolcón y vida incierta para el parlamento

El Congreso bicameral que se elegirá el domingo en Venezuela será el último instalado esta centuria, pero podría no alcanzar a ser el primero del siglo XXI porque el candidato presidencial favorito ofrece su rápida disolución.

Casi 11 millones de electores escogerán el domingo más de 50 senadores, más de 200 diputados, 391 integrantes de las asambleas legislativas regionales y los gobernadores de 23 estados, en lo que se transformó en unas "primarias a la venezolana" para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.

Dure lo que dure, el parlamento sufriría un gran revolcón, porque se anticipa que dos nuevas fuerzas diezmarán el peso de los partidos que lo dominaron por 40 años, el socialdemocrata Acción Democrática (AD) y el socialcristiano Copei.

Los sondeos adjudican el segundo lugar para el Movimiento V República (MVR) de Hugo Chávez, un oficial retirado de 44 años y protagonista de un frustrado golpe de Estado en 1992 que es el favorito para gobernar el país desde febrero.

El tercer lugar, detrás de AD y el MVR y por delante de Copei, lo ocuparía Proyecto Venezuela, una fuerza de apenas cuatro meses de vida con que el ex gobernador y empresario Henrique Salas, 62 años, polariza con Chávez el voto presidencial.

El general retirado Alberto Müller, jefe de la campaña de Chávez, y Douglas Dáger, coordinador de Proyecto Venezuela, coincidieron con analistas independientes en indicar a IPS que el voto parlamentario será el que marcará el ánimo para diciembre.

Pero esta elección está opacada por una campaña centrada en la justa regional y en que el mayoritario rechazo a los partidos tradicionales y sus cúpulas se ha traducido en el descrédito de este poder, a lo que se une la sombra de una constituyente.

La gran oferta política de Chávez es la convocatoria a una Asamblea Constituyente por encima de la cual "sólo estaría Dios", destinada a enterrar el modelo partidista vigente y refundar políticamente el país y sus poderes públicos.

Uno de los pilares de su propuesta es la disolución del Congreso por parte de esa Asamblea, que refrendaría mediante un referendo hacia julio de 1999, junto con la intervención del Poder Judicial y la posible reelección presidencial.

Chávez pidió un compromiso de renuncia si prospera la Asamblea a los aspirantes al Congreso del Polo Patriótico de fuerzas de izquierda, antiguos oficiales que participaron en los dos cruentos alzamientos de 1992 y empresarios proteccionistas.

El candidato dijo a IPS que la disolución del Congreso será una decisión de la Asamblea, pero ratificó que apoyará su cierre, aunque los sondeos anticipen que el MVR podría dominar el Senado y tener sólo algunos escaños menos que AD en la cámara baja.

Al sumar los votos de otros grupos que integran el Polo Patriótico, Chávez podría llegar a contar con la primera minoría vaticinan algunos, dentro de un Congreso fragmentado en cuatro bancadas determinantes y una atomización de minibancadas.

Manuel Quijada, el portavoz sobre la Constituyente dentro del "chavismo", calificó como "un elemento perturbador" que opere el Congreso mientras la Asamblea refunda la república y cuando el final del proceso será siempre un nuevo Poder Legislativo.

Salas, en tanto, ratificó a IPS que es contrario a una constituyente para promover la profunda y urgente transformación de la gobernabilidad interna y la modernización y saneamiento de los poderes públicos. "Usaré la fuerza de los 23 gobernadores para presionar por los cambios al atomizado Congreso", explicó.

El Congreso en Venezuela se elige mediante el sistema proporcional con un cociente de defensa de las minorías, a lo que se suma desde 1993 que la mitad de los diputados son escogidos en forma nominal, en una reforma que fracasó en su intención de identificar más al electorado con este poder.

En esta ocasión se estrena la obligación de los partidos de incorporar 30 por ciento de mujeres a sus listas, pero el cumplimiento de esta medida sólo fue técnico, porque fueron colocadas casi todas en puestos sin posibilidades.

En 1993, el parlamento que fue electo con el octogenario presidente Rafael Caldera ya supuso la pérdida de la hegemonía absoluta para AD y Copei, que por primera vez en un cuarto de siglo apenas lograron juntos un 53 por ciento de votos.

Durante el período 1984-1989, AD tuvo una mayoría absoluta en las dos cámaras y con Copei aglutinó más de 80 por ciento de los escaños, mientras que en el Congreso siguiente el bipartidismo obtuvo 74 por ciento de los sufragios, 43 por ciento de AD.

Caldera abandonó Copei en 1993 -tras ser su fundador y llevarlo en 1969 al gobierno la primera de las dos veces que salió de la oposición- para volver a la Presidencia al frente de una candidatura suprapartidaria, respaldada por grupos de izquierda y derecha, que ahora migraron hacia Chávez.

El partido de Caldera, Convergencia, integrado por antiguos miembros de Copei y familiares del dirigente, no tiene candidato presidencial y estaría cerca de su desaparición legislativa, después que en 1993 fue la quinta fuerza con 12 por ciento.

También perderían escaños las fuerzas de la actual izquierda parlamentaria. El Movimiento Al Socialismo (MAS) cedió en 1993 el tercer lugar, pero creció a 13 por ciento de los votos y fue la primera fuerza de la alianza de Caldera.

Ahora, cuando en base a las encuestas se decidió a última hora por respaldar a Chávez como su portaviones electoral, el MAS volvería a caer en el mejor de los casos a su nivel tradicional cercano al cinco por ciento, cediendo espacio al MVR.

Peor le iría a Patria Para Todos, que también apoya a Chávez y es la mayor escisión del obrerista partido Causa Radical, que en 1993 fue el fenómeno parlamentario, al casi estrenarse en el Congreso con el tercer lugar y 19 por ciento de los votos.

Esas dos agrupaciones verían muy mermados sus escaños, ante el movimiento aluvional de los votos de protesta radical contra la conducción política que recogió en 1993 hacia el chavismo puro.

Entre otras nuevas fuerzas adscritas al movimiento renovador de tipo "light" que también representa Salas y que buscan su espacio en el Congreso, las escisiones de AD Renovación (del candidato Claudio Fermín) y Apertura (del ex presidente Carlos Andrés Pérez), junto con el partido IRENE (de la candidata Irene Sáez) lograrían estar, pero poco más en el nuevo Congreso. (FIN/IPS/eg/ip/98

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