Con un ojo en el cronómetro y otro en las encuestas, los jefes de los partidos tradicionales de Venezuela, Acción Democrática y Copei, ultimaban hoy el abandono de sus candidatos presidenciales para la elección del 6 de diciembre.
El apoyo a Henrique Salas, empresario independiente de tendencia socialcristiana, quedó para AD y Copei como única alternativa de frenar la opción, que consideran dictatorial, del ex comandante de paracaidistas Hugo Chávez.
Ambos polarizaron las preferencias de un modo que sepultó las posibilidades de Luis Alfaro (AD) e Irene Sáez (Copei), y además llegan a la recta final del proceso con votos "muy duros" según sondeos de opinión divulgados este viernes.
El Comité Directivo de AD, cónclave de unos 200 jefes de la socialdemocracia, se aprestaba a despojar de su candidatura a Alfaro, de 77 años y quien durante dos décadas fue de tal modo el jefe de ese aparato que sus seguidores le llaman "caudillo".
La dirección nacional del socialcristiano Copei "monitoreaba" la tormentosa reunión de AD, cargada de "ajustes de cuentas" entre sus jefes, para entonces decidir el probable abandono de Sáez para abrazarse a Salas.
El drama de los partidos que durante 40 años dominaron la escena política adquiría ribetes de tragicomedia por las declaraciones cambiantes de candidatos y dirigentes, y con la campaña reducida al seguimiento televisivo de sus reuniones.
"Estamos dando la cómica (haciendo el ridículo) ante el país y el mundo", atinó a resumir el alcalde caraqueño Antonio Ledezma, jefe de campaña de Alfaro, quien hasta el viernes desdeñó los pedidos de que renuncie e insistió en su candidatuira pues "no le tengo miedo a Chávez".
Sáez, por su parte, se reunía con prácticamente todos los otros aspirantes, y de modo muy destacado por la prensa con Chávez, "buscando garantizar la gobernabilidad", manteniendo en suspenso si seguirá como abanderada de Copei, o sólo de un pequeño partido que lleva su nombre, o si renunciará.
Las encuestas, entretanto, preanunciaban un veredicto inapelable: 49,6 por ciento de los votantes se inclinan por Chávez y 37,7 por ciento por Salas, contra sólo 7,2 por Alfaro y 2,7 por ciento por Sáez, según la empresa Datanálisis.
La firma Consultores 21 dio 47 por ciento para Chávez, 36 por ciento para Salas, 10 para Alfaro y cuatro por ciento para Sáez. Mediopsa ofreció otros guarismos: 40 por ciento para Chávez, 31 para Salas, 19 para Alfaro y Sáez.
Una encuesta encargada por AD, reveló el diario El Nacional, entregó 43,3 por ciento a Chávez, 32 a Salas, 8,9 a Alfaro y 2,9 por ciento a Sáez.
Más aún, Datanálisis encontró que 95,9 por ciento de los encuestados no cambiaron su decisión con los resultados de las elecciones regionales y parlamentarias del 8 de noviembre, que repartieron equitativamente el poder en las gobernaciones de estados y en las dos cámaras del Congreso.
Al sondeo, 82,3 por ciento de los encuestados dijo que su decisión es definitiva y no la va a cambiar, y sólo 9,8 por ciento dijo que la cambiaría dependiendo de ofertas de los candidatos o acontecimietos en la recta final de la campaña.
Sin embargo, politólogos y analistas de encuestas consultados por IPS dijeron que las renuncias de los candidatos de los partidos tradicionales "coloca la elección en un punto de partida igualitario" entre las dos primeras opciones.
Esa lectura animó a los líderes regionales de AD a provocar una "rebelión" contra Alfaro, a partir de un endurecimiento del discurso de Chávez esta semana, en el sentido de que si convoca a un referendo legal para una asamblea constituyente quienes se le opongan "estarán al margen de la ley y deben ir a la cárcel".
Copei concordó en condenar las declaraciones de Chávez, "y por la demoracia y el futuro e Venezuela debemos encontrar una candidatura independiente capaz de concentrar el voto democrático", según dijo su secretario general Donald Ramírez.
Para completar el cuadro político, Salas seguía pidiendo "que los partidos liberen a sus seguidores para que voten según su conciencia, pero no habrá ningún acuerdo de aparatos".
Salas basó su campaña en la independencia de su Proyecto Venezuela, y una alianza o apoyo expreso de los partidos podría revertirse como un boomerang para su prédica. Sus críticos en la prensa dijeron que desea un apoyo lo más tardío posible para que Chávez no alcance a explotar ese cambio en su favor.
Como compañero de las decisiones políticas apareció el cronómetro, sin que exista claridad sobre hasta cuándo, antes de iniciarse las votaciones en la mañana del 6 de diciembre, tienen oportunidad los partidos de cambiar formalmente a sus postulados.
El elector recibirá un tarjetón lleno de rectángulos de colores que corresponden a los distintos partidos, con la fotografía de su candidato: Alfaro y Chávez tienen una decena de rectángulos, Sáez media docena, Salas uno y varios aspirantes que se han retirado aún tienen su opción impresa en la boleta.
Si se confirman los cambios tejidos este fin de semana, un elector podrá sufragar por Salas al marcar la opción de los partidos con los que confrontó durante toda la campaña. (FIN/IPS/jz/ff/ip/98