Los dos partidos que han dominado los 40 años de democracia en Venezuela discuten un frente de última hora contra el candidato presidencial favorito, Hugo Chávez, que es difícil que cuaje, con su cóctel de desespero y cálculo político.
Chávez, un ex comandante de 44 años que protagonizó un fallido alzamiento en 1992, consolidó su imagen de favorito para lograr el poder por las urnas tras los comicios regionales y legislativos del día 8, en que su alianza fue la más votada.
El partido socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el socialcristiano Copei plantean la creación de lo que llaman un polo democrático, por oposición al Polo Patriótico, la alianza de grupos de izquierda, antiguos militares y empresarios proteccionistas que nuclea Chávez.
Pero se trata de un consenso que dificilmente trascendería a esos dos partidos, que concentran el rechazo de los venezolanos por la mala conducción política del país y la corrupción, y el empobrecimiento de la población.
El principal rival de Chávez, el empresario y ex gobernador de centro derecha Henrique Salas, de 62 años, ya expresó que no participará de ningún acuerdo de las cúpulas partidistas, y pidió a AD y Copei que dejen en libertad a su militancia de votar por su oferta de "cambio radical sin violencia".
Luis Alfaro, el candidato de AD de 77 años, dijo este martes que el frente democrático es lo que esperan la mayoría de los electores que el día 8 no votaron por el Polo de Chávez, pero insistió en que a él corresponde encabezarlo, porque su partido se mantuvo como la primera fueza individual en el parlamento.
Irene Sáez, la ex alcaldesa independiente de 37 años a cuya estela se unió Copei, atraído por el reinado que mantuvo en las encuestas hasta que fue desplazada por Chávez, comentó este martes que "el bien del país" está por encima de sus aspiraciones políticas.
Copei recibió la peor votación legislativa en su historia el día 8, lo que desató una batalla interna por deslastrarse de Saéz, a la que los sondeos adjudican ahora el cuarto lugar, con una intención de voto cercana a seis por ciento.
Sáez se negó hasta el lunes a liberar a Copei de su candidatura, lo que impedía a esa organización respaldar formalmente a otro de los aspirantes inscriptos.
Pero tras un duro encuentro con la cúpula de Copei, Sáez pasó a promover el frente anti Chávez sin imponer su candidatura y aceptó dejar libre a la organización para que pueda postular a otro de los candidatos en liza. Sáez se retiraría o se mantendría como aspirante de otras pequeñas fuerzas que la respaldan.
La promoción del frente democrático es vista como "una salida elegante" para Saéz por parte de Copei, algunos de cuyos dirigentes plantearon la búsqueda de un candidato diferente a los 13 postulados, lo que no es legalmente posible porque en septiembre se cerró la presentación de candidaturas.
Miriam Kornblith, vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral, explicó que, en caso de renuncia de algún aspirante, el grupo que lo respaldaba sólo puede apoyar a otro candidato que haya sido registrado como tal antes del 17 de septiembre.
El presidente de Copei, Luis Herrera, dijo que se espera para el jueves un panorama definitivo de las posibilidades del propuesto frente y subrayó que los comicios del día 8 mostraron que los venezolanos "están por el pluralismo y el equilibrio" y que las fuerzas democráticas deben responder a ese llamado.
Analistas de diferente signo que se inscriben en la oposición a Chávez, como el politólogo Carlos Raúl Hernández, consideraron este martes que la iniciativa de AD y Copei terminaría por favorecer al candidato del Polo Patriótico, al fraccionar al llamado "antichavismo".
Para Hernández y otros analistas, AD y Copei buscarían más articularse como ejes de la oposición a Chávez que oponerse a su triunfo.
En el caso de AD, añadió Hernández, su cúpula cálcula que los errores que cometería Chávez en la presidencia, tanto en el campo político como en la complicada coyuntura económica, trastocarían rapidamente "el aluvión popular" en su favor por rabia, dadas las grandes expactivas de una mejoría de las condiciones de vida.
Esa realidad forzaría un acuerdo político en el Congreso para expulsar por vericuetos legales a Chávez del poder, en base a la experiencia de 1996 con Abdalá Bucaram en Ecuador, que fue depuesto por una alegada incapacidad mental.
Alfaro recordó explícitamente este martes el caso de Bucaram, en referencia a lo que podría suceder con Chávez, durante un foro público promovido por un diario local.
AD, el partido que más veces ha gobernado Venezuela, logró mantenerse como primera fuerza individual, pero con apenas 24 por ciento de los votos, cuando hace diez años tenía mayoría aboluta en el Congreso bicameral.
Sus dirigentes han confiado en privado que existe entre ellos la idea de que por ser AD la primera fuerza parlamentaria, la eventual salida anticipada de Chávez del poder colocaría a esa organización como eje de una solución política de la crisis.
También los colocaría como los beneficiados de una reacción desde los otros poderes democráticos contra la convocatoria a una Asamblea Constituyente por parte de Chávez que no cumpla con los extremos de la actual Constitución.
Chávez tiene como gran oferta una "revolución democrática" para refundar políticamente el país mediante una Asamblea Constituyente, para lo que convocaría a un referendo popular, lo que extralimita la función del Poder Ejecutivo, según la carta fundamental actual.
El Movimiento V República, el partido de Chávez, se estrenó en las urnas con el respaldo de 21 por ciento del electorado, mientras el Proyecto Venezuela, formado por Salas para poder concurrir a los comicios, recibió el apoyo de 11 por ciento.
Alfaro, apodado el "caudillo" por su control férreo sobre AD, logrado con la exclusión de toda disidencia, tenía en los sondeos de octubre sólo entre cinco y ocho de las simpatías y concitaba un rechazo de 30 por ciento, superior al de Chávez.
Chávez tiene entre 40 y 45 por ciento de la intención de voto, según los sondeos previos a los comicios regionales y legislativos, mientras que Salas lo escoltaba con el apoyo de entre 29 y 39 por ciento y el menor rechazo entre los candidatos.
Todavía no han salido los resultados de sondeos que comenzaron a realizarse tras los comicios del día 8, pero directivos de las firmas encuestadoras indicaron que la polarización se mantendría entre Chávez y Salas.
Añaden que Chávez se beneficiaría y Salas se perjudicaría por la estrategía de AD y Copei, que tiene la consecuencia, al menos inmediata, de fragmentar al electorado que no votó en día 8 por el Polo Patriótico. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98