La actividad del sector privado en Venezuela se encuentra entre la desaceleración y el freno, al acompañar la recta final del proceso electoral en espera del desenlace en las presidenciales del 6 de diciembre.
Las pacíficas elecciones regionales y parlamentarias del 8 de noviembre "dieron confianza a los inversionistas, porque el pueblo con su civismo mostró que somos un pueblo amante de la paz", opinó Francisco Natera, presidente de Fedecámaras, la principal organización empresarial del país.
La coyuntura "es el momento para hacer negocios. Si se espera que el panorama esté aún más claro, la inversión será más costosa, pues habrá más competencia en el mercado", observó el vicepresidente del organismo, Vicente Brito.
Acciones de empresas en la Bolsa de Caracas, señaló Brito, "cuestan ahora entre 20 y 30 por ciento por debajo de su valor real, y quien las compre hoy podrá venderlas con creces cuando la estabilidad sea total".
Luis Soto, director del autónomo Consejo de Promoción de Inversiones, estimó que los desembolsos de la inversión foránea "rondan los 300 millones de dólares, más de 30 por ciento por debajo de los 500 millones de 1997".
El descenso de la inversión "es normal en un año electoral, por la expectativa de cambios y en espera de que se conforme un nuevo gobierno, pero esa caída en otras oportunidades fue de 15 por ciento", añadió Soto.
José Grasso, presidente de la firma de consultoría Softline, dijo a IPS que "los negocios paralizados responden a la natural expectativa por la formación de un nuevo gobierno, la definición de sus políticas y la designación de las nuevas autoridades económicas".
Mientras los negocios a estrenar aguardan por el nuevo gobierno "las empresas y los operadores financieros continúan su actividad normal, marcada por la salida de inventarios propia de la época de Navidad y fin de año", indicó Grasso.
Tanto la actividad económica como su contención, resaltó el especialista, "se favorecen de la estabilidad impulsada por el Banco Central, que pudo contener las tasas de interés luego de bajarlas -en Venezuela bordean el 50 por ciento-, así como el tipo de cambio", alrededor de 570 bolívares por dólar.
Las expectativas del sector privado se centran sobre la posibilidad de que gane la presidencia el teniente coronel retirado Hugo Chávez, a lo largo del año favorito de los sondeos y cuyo Polo Patriótico recogió más de un tercio de los votos en la elección parlamentaria recién efectuada.
Su rival mejor situado en las encuestas, el empresario independiente Henrique Salas, reunió para su Proyecto Venezuela apenas la mitad de los votos del Polo de Chávez, pero en su favor comienza a producirse un "deslizamiento" de figuras defensoras de la democracia liberal y la economía privada.
Como distantes escoltas de esas opciones las encuestas han mostrado a los candidatos de los partidos tradicionales, Luis Alfaro (Acción Democrática, socialdemócrata) e Irene Sáez (Copei, socialcristiano), por lo que los analistas comienzan a apostar por una polarización entre Chávez y Salas.
Chávez, jefe de una cruenta y fallida asonada en 1992, se elevó en la cresta de los sondeos y amasó una considerable fuerza para su Polo con un discurso populista y contrario a las recetas liberales de la economía que sembró desde desánimo hasta fuertes críticas y viva inquietud en sectores empresariales.
Su oferta "revive los temores de un régimen políticamente intragable en Venezuela", dijo en Nueva York Robert Gay, analista de mercados emergentes de Bankers Trust.
Mark Falcoff, del American Enterprise Institute, consideró los resultados del domingo "prólogo a la victoria en las elecciones que vienen, poniendo fin a las esperanzas del establecimiento político en Venezuela para recuperar el poder perdido".
Sin embargo, Chávez ha moderado su discurso, reemplazó su lenguaje izquierdizante por los trazos de una "tercera vía" para la que usa como ejemplo al primer ministro laborista británico Tony Blair, y asegura que su oferta de revisar la apertura petrolera no significa desconocerla.
Incluso el tono proteccionista de sus propuestas hacia el sector agrícola, marcado con el respaldo de un partido de empresarios rurales, Acción Agropecuaria, se matizó cuando el jefe de ese grupo, Hiram Gaviria, negó la intención de desconocer la apertura implícita en los acuerdos de integración.
"Creemos que dentro de los acuerdos que hemos suscrito en la región -Pacto Andino- como en la Organización Mundial de Comercio no sólo es posible sino conveniente enrumbar las políticas de estímulo al agro", afirmó Gaviria.
Numerosos políticos radicales que secundan a Chávez han sido elegidos al parlamento -que una presidencia suya colocará entre paréntesis llamando a una asamblea constituyente- pero para conformar su equipo de gobierno las publicaciones confidenciales aseguran que apelaría a figuras moderadas.
Chávez mismo no cesa de tender ramos de olivo hacia el sector privado nacional y extranjero, incluso apoyándose en grupos económicos que tradicionalmente han rivalizado con los más cercanos a Salas, reportan varias de esas publicaciones.
Respecto del mayor negocio venezolano, su industria petrolera y el gigante estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Chávez ha dicho que apenas reemplazará al presidente, Luis Giusti, aunque entre los altos ejecutivos más del 10 por ciento prepara renuncias y jubilaciones, según fuentes concordantes.
Estados Unidos, principal mercado y plaza de inversiones de PDVSA, ha expresado por boca de su secretario de Energía, Bill Richardson, y su embajador en Caracas, John Maisto, que confían en que Venezuela seguirá siendo "un socio petrolero confiable" en los años por venir.
El resto del sector privado, para forzar definiciones de los candidatos, producirá en los próximos días un documento con propuestas enmarcadas en el criterio de que "no se puede dar marcha atrás en las políticas económicas", de tipo aperturista, que el presidente Rafael Caldera adoptó desde 1996.
Grasso dijo que en todo caso los empresarios aguardarán hasta el primer trimestre de 1999 para ejecutar sus decisiones, mientras mantienen un ojo en las tablas de indicadores y el otro en las señales de las encuestas y los movimientos de la recta final de la campaña. (FIN/IPS/jz/ff/if ip/98