VENEZUELA: El empedrado camino para derrotar a Chávez

La batalla final de la campaña para la Presidencia de Venezuela parece centrarse en lograr el segundo lugar, lo que allana el camino hacia el triunfo del ex comandante Hugo Chávez y empina el de su mayor rival, Henrique Salas.

La gran incógnita a despejar es si esa estrategia política modificará el cuadro electoral, que hasta el domingo aparecía definido entre dos polos, el mayoritario de Chávez y el de Salas, quien logró dibujarse como el único capaz de cerrarle el paso.

El día 8 se celebraron en el país las elecciones regionales y legislativas, como anticipo de la justa presidencial del 6 de diciembre, en que el dúo Chávez-Salas concentra más de 75 por ciento de la intención de voto, entre 13 aspirantes, 45 por ciento promedio el ex líder golpista.

Desde entonces, Salas, un empresario y ex gobernador de 62 años apoyado sólo por una agrupación creada para las eleciones, Proyecto Venezuela, enfrenta el fuego cruzado desde arriba y desde abajo de su posición en las encuestas.

Uno de los más expertos medidores de opinión de Venezuela comentó a IPS que el atípico fenómeno "totosal" (todos contra Salas) funciona como argucia política, pero es dudoso que mine una realidad electoral con una polarización muy sólida.

Esa polarización electoral está definida y en realidad es Chávez y anti-Chávez, acotó bajo anonimato, con Salas como instrumento afianzado para los que priorizan la derrota del teniente coronel de 44 años sobre cualquier otro cálculo.

Chávez atrae el voto antisistema de quien desea una ruptura radical que produzca un cambio de régimen y ponga fin a la corrupción, el abrupto empobrecimiento, el colapso de los servicios y la inseguridad, apoyado en una oferta populista.

Salas, en lo que deberán refrendarse ahora, recibe el respaldo de quienes también exigen un cambio, pero que temen que Chávez traiga violencia, abra la puerta a un autoritarismo de izquierda o de derecha, o no perdonan los dos cruentos alzamientos de 1992.

Hábilmente, Chávez y su alianza del Polo Patriótico aseguran que la polarización final no es con Salas sino con el mucho más cómodo rival Luis Alfaro, de 77 años, el aspirante del pilar del denostado y diezmado bipartidismo local, Acción Democrática (AD).

En tanto, Alfaro y AD comenzaron a dar la batalla para tratar de ser percibidos por el electorado como la punta de lanza verdadera de lo que los adversarios de Chávez han dado en llamar el polo democrático contra quien en 1992 fracasó en tomar el poder por las armas y está cerca de hacerlo ahora por las urnas.

"Es una batalla por la sobrevivencia", resumió este viernes Luis Miquelena, senador electo y gran mentor político de Chávez, en la que también se suma el otro basamento del bipartidismo, el partido socialcristiano Copei, que salió convertido en casi un minipartido legislativo del sacudón del domingo.

"AD y Copei han visto el domingo que el voto de Chávez es duro, muy duro, y que el crecimiento de Salas vino y vendrá de su clientela, y en evitarlo se jugan la vida", acotó.

Alfaro, con entre seis y ocho por ciento en la intención de voto y un rechazo cercano a 40 por ciento en los sondeos de octubre, impuso dentro de AD el manejo electoral optimista de los resultados del domingo, el desechar las tesis internas de su retiro y el luchar por quedar de escolta de Chávez en diciembre.

La alianza electoral en torno a Chávez, el Polo Patriótico, triunfó al lograr ocho gobernaciones y la primera minoría en el Congreso bicameral, con un tercio de los escaños, mientras que su propio partido, el Movimiento V República (MVR), se estrenó en las urnas con casi un empate con AD, de más de 50 años.

AD perdió tres de sus 11 gobernaciones para empatar en ocho con el Polo de Chávez. Logró mantenerse como primera fuerza individual en el parlamento con 22 por ciento de votos, pero que los sondeos indican que su intención prevIa era deslizarse mayoritariamente hacia Chávez o Salas en diciembre.

Se trata de la peor votación porcentual de AD en 40 años de democracia y acentúa la pendiente dramática que en 1993 le hizo perder 20 puntos respecto a cinco años antes para situarle en 26 por ciento. AD llegó a contar en 1983 con casi 60 por ciento del voto legislativo y poco menos en el presidencial.

El sociólogo Antonio Cova abundó en la idea sobre la disfrazada derrota de AD, al recordar que no logró el poder en ninguno de los estados donde se asienta 70 por ciento de la población del país y en las dos áreas de Caracas estuvo por debajo de 10 por ciento en el voto legislativo.

El MVR de Chávez y las fuerzas de izquierda integrantes en su Polo obtuvieron una figuración regional mejor de lo que predecían los sondeos, pero inferior a lo que esos mismos sondeos y sus dirigentes preveían en el atomizado Congreso, donde casi 80 por ciento quedó renovado.

Por su parte, Salas finalmente no logró arrancarle a Copei la tercera minoría parlamentaria, según cifras que aún esperan por los puestos por cociente nacional creado en épocas de dominio AD- Copei para facilitar el pluralismo legislativo.

Proyecto Venezuela quedó en algo más de 10 por ciento y a décimas de Copei, que recibió la paliza en Caracas de obtener menos de tres por ciento, su mayor humillación histórica.

Salas tuvo pocos candidatos a la gobernación de los 23 estados y se limitó a mantener la dinastia electoral de la industrial región de Carabobo, que desde que comenzó en 1989 el proceso de descentralización tuvo seis años en sus manos y estará otros seis en las de su hijo Enrique Salas Feo.

Copei en otra voltereta electoral analiza el divorcio de su desdichada boda con la candidata Irene Sáez, después de que lo que creyeron un portaviones independiente cuando hasta marzo reinaba en las encuestas, se les convirtió en un submarino.

Sáez, una ex alcaldesa de 37 años, reaccionó a la adversidad ratificando que seguirá hasta el 6 de diciembre, amparada en las cinco gobernaciones obtenidas por Copei, más allá de que parte de esos gobernadores hayan dicho públicamente que están con Salas.

Mientras, dirigentes de Copei han lanzado la idea de un "outsider" milagroso que en unos días aglutine un "frente" democrático, en lo que el académico y estudioso electoral Luis España definió como "la expresión del mayor desespero".

Macky Arenas, una comentarista de radio y televisión contraria a Chávez, consideró que la lucha que se perfila por desplazar a Salas del segundo lugar en vez de bucar caminos para derrotar al favorito, semeja "una pelea de borrachos por una botella vacía".

Para diferentes analistas, lo que queda de AD ha calculado que es más conveniente para sus intereses el salir bien en la fotografia del 6 de diciembre que luchar por evitar un gobierno de Chávez, con quien ya sostuvieron varios encuentros secretos.

Se fortifican en que con el actual presidente, Rafael Caldera, llegaron a tener muy altas cuotas de poder, al asegurarle la gobernabilidad desde el parlamento. Pero se trata de una realidad no trasladable a un gobierno presididido por Chávez, coinciden analistas independientes. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98

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