"Sólo algo muy estremecedor" que suceda antes del 6 de diciembre evitará que ese día Hugo Chávez sea elegido como próximo presidente de Venezuela en unos comicios con rasgos clasistas, analizaron hoy directivos de dos encuestadoras.
El electorado ubicó en Chávez, un teniente coronel retirado de 44 años que en 1992 encabezó un intento de golpe de Estado, al ejecutor de su gran objetivo mayoritario: el castigo a la clase política dominante desde 1958, comentaron Saúl Cabrera y Luis Vicente León, directores de Consultores 21 y Datanálisis.
Esa motivación de castigo y revancha supera incluso a la de cambio radical del modelo político instaurado en 1958 y fue alentada por el animo pesimista alimentado por el desplome de los precios petroleros este año, explicó León en un encuentro con corresponsales extranjeros.
"Son unas elecciones especialmente complejas porque van a suponer el fin de un ciclo histórico" en Venezuela, comentó Cabrera, quien precisó que 91 por ciento de los venezolanos quieren cambios profundos y 75 por ciento culpa a la política y los políticos de la precarización de sus condiciones de vida.
El empresario y ex gobernador Henrique Salas, de 62 años, se impuso como el principal rival de Chávez por encarnar también una oferta antipartidos y de cambio en la conducción política, pero sin el ingrediente de ruptura antisistema del ex comandante.
"En realidad en estas elecciones hay un solo candidato, son por Chávez o contra Chávez, y Salas logró ser percibido como el anti Chávez", explicó León.
Pero los dos especialistas coincidieron en que Salas llegó a un techo con su estrategia de polarización y que los pobres resultados que obtuvo su recién creado Proyecto Venezuela en los comicios legislativos y regionales bloquearon su ascenso hasta la victoria, salvo una sorpresa que no se otea en el horizonte.
"Chávez va a ganar por al menos 10 puntos de diferencia", precisó Cabrera, para quien la crisis económica de este año hizo que el electorado se incline aún más por el castigo que representa el ex comandante frente a la redistribución política y social que encarna Salas.
Los intentos del partido que más veces gobernó Venezuela, Acción Democrática (AD) de crear una "tripolarización" en base a los resultados electorales del día 8, en que se mantuvo como primera fuerza legislativa, socavan a Salas y consolidan a Chávez ante el temor de que esa fuerza vuelva al poder, adujeron.
Chávez es apoyado por un Polo Patriótico de fuerzas de izquierda, antiguos militares golpistas y empresarios proteccionistas, que obtuvo en conjunto 33 por ciento, mientras que su partido, el Movimiento V República quedó segundo.
Entre sus ofertas populistas y de mayor intervencionismo económico destaca la convocatoria a una Asamblea Constituyente que pueda disolver el Congreso e intervenir el Poder Judicial.
La firma Datanálisis determinó en un sondeo tras las elecciones del día 8 que Chávez mantiene una intención de voto de 45,8 por ciento, dentro de una tendencia donde 85 por ciento se decanta por el ex comandante o Salas, el ex gobernador del industrial estado de Carabobo.
Los candidatos de los dos partidos que dominaron los 40 años de democracia, AD y el socialcristiano Copei, no suman 10 por ciento de las preferencias en conjunto, aunque precisaron que en el caso de AD al final su votación se acercará a 15 por ciento.
León comentó que 47,5 por ciento de los consultados entre los 11 millones de electores del país quieren castigo por encima de cualquier otra cosa, lo que muestra que Chávez mantiene un monopolio firme de ese segmento determinante de votantes.
Cabrera detalló que estas elecciones tienen por primera vez ingrediente "clasista", porque hasta ahora AD y Copei eran fuerzas policlasistas que acogían todos los estratos sociales.
León recordó que 78 por ciento de los 23 millones de venezolanos sobreviven en pobreza en Venezuela, en los llamados estratos D y E, y que 39 por ciento de las familias no logran cubrir sus necesidades alimentarias.
Mientras 83 por ciento de la población percibe que vive en un país rico, ha sido uno de las pocas sociedades del mundo que vio descender sus ingresos reales durante 19 años consecutivos, salvo en el año 91, antes que el intento de golpe de Estado de Chávez introdujera al país en una crisis institucional aún sin superar.
"Se trata de una generación completa empobreciéndose", comentó León, quien acotó que durante los últimos 12 años la clase media cayó en cuatro puntos para representar ahora 18 por ciento de la población.
"La clase D y E no tiene nada que perder", explicó Cabrera, quien siguió las elecciones de Ecuador cuando ganó Abdalá Bucaram, y encontró similar argumento entre el grupo mayoritario dispuesto a elegirle pese a las críticas de "loco" que se le adjudicaban y que dieron pie a su derribo institucional en 1996.
Para los especialistas sólo algo muy estruendoso pudiera cambiar la muy sólida orientación del electorado, porque la "opción del segundo" que aglutine el 53 por ciento anti-Chávez o la "opción del medio" que lleve a escoger una vía no radical, están técnicamente vivas, pero han perdido su fuerza práctica. (FIN/IPS/eg/mj/ip/98