Documentos clasificados obtenidos por la prensa revelaron que, en 1991, el gobierno de Australia habría ocultado información sobre una masacre perpetrada en Timor Oriental por las fuerzas de ocupación de Indonesia.
La cancillería australiana, entonces bajo un gobierno laborista, supo de una segunda matanza perpetrada por soldados indonesios poco después de la conocida masacre cometida en el cementerio de Santa Cruz, en Dili, el 12 de noviembre de 1991, en la que murieron más de 200 timorenses.
Ahora que el Partido Laborista está en la oposición, las revelaciones causaron una dura disputa interna por la política laborista hacia Timor Oriental.
Documentos clasificados obtenidos por el diario Sydney Morning Herald revelaron que el entonces embajador australiano ante Yakarta, Philip Flood, supo de la segunda masacre.
En 1991, el teniente coronel del ejército indonesio Prabowo Subianto le informó a Flood que 25 personas más fueron asesinadas en Dili luego de que soldados indonesios abrieron fuego contra una pacífica manifestación por la independencia del territorio a la entrada del cementerio de Santa Cruz.
"De los cadáveres, algunos fueron quemados y otros dinamitados. Muchos oficiales lo sabían, debido a la labor física necesaria para cargar los cuerpos en camiones y destruirlos", dijo Prabowo en forma privada a Flood, bajo la condición de que no se informaría de ello a Canberra.
Así mismo, el ex gobernador del territorio invadido por Indonesia, Mario Carrascalao, rompió el silencio el miércoles sobre la segunda masacre días después del séptimo aniversario, y aseguró que decenas de personas fueron ejecutadas y enterradas clandestinamente tras el primer derramamiento de sangre.
Carrascalao informó a la prensa que tiene pruebas en su poder que confirman la ejecución de decenas de timorenses en diciembre de 1991, semanas después de la masacre del cementerio, y de su entierro cerca de un basural a 13 kilómetros de la capital.
El ex gobernador del territorio, nombrado por Yakarta, también desmintió la versión oficial indonesia de que sólo 54 manifestantes murieron en la masacre del cementerio y pidió la inmediata reapertura del caso.
Carrascalao dijo que se decidió a hablar porque no quería sabotear las negociaciones de paz que, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas, se desarrollan entre Portugal, la antigua potencia colonial de Timor Oriental, e Indonesia. Yakara no respondió a las acusaciones.
Indonesia anexó el territorio un año después de invadirlo en diciembre de 1975. Organizaciones de derechos humanos calculan que más de 200.000 timoreses, un tercio de la población, murieron durante los años de ocupación debido a la lucha contra los invasores, el hambre y las enfermedades.
En mayo de 1994, el embajador ante Yakarta, Alan Taylor, envió transcripciones de las conversaciones entre su antecesor, Flood, y Prabowo, a la cancillería australiana. El 20 de mayo de ese año, la información fue recibida por el canciller laborista Gareth Evans, según informó el Sydney Morning Herald.
Taylor es hoy director de la Organización de Seguridad e Inteligencia, los servicios secretos australianos. Prabowo fue depuesto del comando de las Fuerzas Estratégicas de Yakarta luego de que se lo implicó en la muerte el 12 de mayo de seis estudiantes de la Universidad de Trisakti y el secuestro de activistas por la democracia.
Las revelaciones dividieron a los laboristas frente a la política del partido hacia Timor Oriental, luego de anunciar durante la campaña por las elecciones generales del 3 de octubre que apoyaba la autodeterminación de los timorenses.
El canciller del gobierno en la sombra, Laurie Brereton, tomó distancia de Evans.
Las revelaciones "son un asunto para quienes manejaron la política sobre Timor Oriental en su momento", pero las mismas "refuerzan mi pedido de una mayor transparencia y un efectivo escrutinio parlamentario y público de la política australiana hacia Timor Oriental, pasada y presente", declaró el miércoles.
El jueves, Evans ofreció una breve declaración. "En ningún momento como canciller oculté al público australiano cualquier información que tuviera sobre la naturaleza de la escala de las matanzas que ocurrieron en Dili en noviembre de 1991", aseguró.
Sin embargo, Evans confirmó que sabía de la conversación entre Flood y Prabowo, y que esta mencionaba muertes adicionales, aunque no confirmaba una segunda masacre en Dili. (FIN/IPS/tra-en/si/ral/aq/ip/98