/REPETICION/VENEZUELA: Principal rival de Chávez ofrece humanismo y orden

Un gobierno que reorganice y modernice el Estado, y subordine la economía a la equidad social ofreció hoy en Venezuela Henrique Salas, segundo en las encuestas para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.

Salas, un economista de 62 años y exitoso ex gobernador del industrial estado de Carabobo, es el principal rival del ex comandante golpista Hugo Chávez, con el que coincide en su oferta de cambio radical y por constituir una expresión del rechazo de la población a los partidos tradicionales.

El candidato de Proyecto Venezuela, un grupo creado para las elecciones, presentó este miércoles un programa basado en la despartidización y la descentralización del país, hundido en una crisis que parte de los propios valores colectivos y llega hasta la falta de algodón en los hospitales.

Salas dijo que Venezuela tiene en su crisis global la oportunidad de recomenzar con la mirada en el siglo XXI y que el país marcha inexorablemente hacia una profunda transformación.

"Nuestra gente, simplemente no espera más. O marchamos hacia el cambio radical en el marco del estado de derecho u otros lo harán por otras vías, no existe una opción diferente", subrayó Salas en alusión directa a Chávez.

"La ruptura puede ser pacífica o desembocar en la violencia, puede conducir a la justicia y la equidad o al odio y la venganza", insitió, antes de llamar a una "unidad superior" a los colores políticos que parta de la sociedad civil, para caminar hacia el futuro y no hundirse en el pasado.

"No creemos en ningún tipo de ajuste que deteriore las condiciones sociales de nadie", dijo Salas, también empresario y miembro de una antigua familia de provincia, cuyos ojos azules y su impecable pelo blanco ayudan a sus adversarios a acusarlo de elitista en un país signado por el mestizaje.

Salas aseguró que su experiencia como gobernador de Carabobo durante los dos trienios que permite la ley (1990-1996) lo transformaron en un firme defensor de que la raíz del desarrollo se encuentra en la gente y que la equidad social es más importante que los equilibrios macroeconómicos.

El candidato de centroderecha rechaza pactos con el denostado bipartidismo local, representado por Acción Democrática y el partido socialcristiano Copei, y se inscribe en el humanismo cristiano.

Su oferta de "cambio sin violencia" atrae sobre todo a jóvenes y mujeres, y recibe el respaldo de intelectuales que temen la candidatura antisistema de Chávez y se oponen a que llegue al poder por los votos quien introdujo al país en una crisis institucional con dos cruentos alzamientos de 1992.

Pero el avance de Salas, al que los sondeos otorgaron en octubre entre 29 y 39 por ciento, fue frenado por el cuarto lugar obtenido en las elecciones regionales y legislativas del día 8 y la fragmentación del voto "antichavista".

Acción Democrática y Copei batallan esta semana por conformar un frente contra Chávez, en el que Salas se niega a participar, mientras confía en un deslizamiento natural de sus militantes hacia su candidatura.

Salas aseguró que él garantiza la gobernabilidad y la democracia, llamó a todos los ciudadanos, y en particular a la sociedad civil organizada, a "devolver la alegría a Venezuela" y aseguró que el gobierno es sólo el articulador de una labor colectiva.

Ofreció un gobierno firme, con orden y sin ambigüedades ni incertidumbres, implacable con la corrupción y la ineficiencia. También se declaró hijo del nuevo país surgido con la descentralización, del que emana el nuevo liderazgo legitimado por el voto y no por las clientelares cúpulas partidistas.

En materia económica, ofreció una lucha frontal contra la inflación y el desempleo, antes de subrayar que la solución a los problemas "no es menos sino mejor Estado", para adjudicarle un firme papel regulador y promotor de calidad de vida y equidad.

También subrayó que fomentará la abandonada agricultura y hará énfasis en la creación de una gran industra turística, a la que adjudica un papel articulador de un rescate de la identidad y un desarrollo ecológico y promotor de empleo.

Aseguró que defenderá al país a toda costa de los capitales espculativos y reivindicó la economía informal, que da empleo a 58 por ciento de la población activa, al separar la precarización ocupacional de un sector que, reorientado y articulado, puede competir con la llamada economía convencional.

Salas dijo que la privatización no puede ser una religión, pero prometió llevarla hasta áreas de servicios, como el correo, para asegurar su mejoría, o sociales, como las cárceles, para que éstas dejen de ser "la indigna vergüenza actual".

La inserción en la globalidad en su eventual gobierno se asentaría en los esquemas de integración latinoamericanos, como un paso para fortalecerse ante la apertura del continente americano y potenciar un mejor acceso a Europa y Asia.

Frente a la Asamblea Constituyente que ofrece Chávez como base de su propuesta para refundar los poderes públicos, Salas planteó una reforma que modernice la Constitución de 1961, cuyo eje sea la descentralización y una transformación profunda de todos los poderes, en especial el corrupto e inoperante Poder Judicial.

Declaró que los gobernadores de los 23 estados del país serán sus colaboradores más cercanos, con independencia de sus colores partidistas, en la labor para presionar al poder central a renovarse, ser eficientes y transparentes, y servir al ciudadano.

Su propuesta más concreta fue "el proyecto Alfa", para hacer habitables los barrios pobres de las empinadas laderas de Caracas, del que suministró maquetas y costos específicos, y para cuya concreción usaría a las Fuerzas Armadas y a la Iglesia Católica, las dos instituciones más valoradas en el país.

Instalaciones deportivas, suministro de servicios, reconstrucción de casas y otorgamiento de un sistema de seguridad integral sería la base de ese plan con participación directa de las comunidades para los casi dos millones de habitantes de los barrios marginales de Caracas.

Ese plan se asienta en todo un proyecto de reconstrucción urbana, para devolver fisonomía e identidad a las ciudades y hacerlas vivibles, tras muchos años de abandono a su suerte en materia de servicios y seguridad, y victimizadas por un desarrollo casuístico.

Garantía de servicios gratuitos, gran impulso a la educación, deporte obligatorio en las escuelas, reconstrucción del sector salud y apoyo "sin dádivas sino mediante el acceso a oportunidades equitativas" al creciente contigente de excluidos sociales fueron otros de los ejes del programa de Salas.

Lo más destacable de la presentación del programa no fue tanto lo que dijo Salas sino como lo dijo, comentaron analistas independientes tras su discurso.

Frente al carismático Chávez, con un discurso plagado de expresiones militares, llamados al pueblo y a la patria, y continuas referencias al siglo XIX, la mucho menos atractiva figura de Salas destacó por un lenguaje propio de la antesala del siglo XXI, resaltaron.

Solidaridad, ciudadanía, respeto, humanización, dignidad, desarrollo ecológico, equidad de oportunidades y de géneros, corresponsabilidad, acceso igualitario a las oportunidades, rescate de autoestima, recuperación de la identidad, fueron expresiones que marcaron su discurso de este miércoles. (FIN/IPS/eg/ag/ip/98

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