La oposición en México recibió un impulso el domingo tras las elecciones en el pequeño estado de Tlaxcala, el noveno arrebatado al gobernante PRI en 69 años, pero en otros tres, donde la población asciende a 10,9 millones, fue derrotada en forma contundente.
Los resultados preliminares y las encuestas a boca de urna indican que la coalición entre los centroizquierdistas Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo y Verde Ecologista ganaron ajustadamente en Tlaxcala, estado de 883.000 habitantes ubicado al norte de la capital.
Con ese triunfo, el número de estados que gobierna la oposición ascendió a nueve. El resto, 23, es controlado por el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que domina el gobierno federal de México desde 1929.
En los otros estados donde hubo elecciones, Sinaloa (al noroeste), Puebla (sureste) y Michoacán (noroeste), el PRI recibió en cada uno más de 40 por ciento de las votaciones.
En los dos primeros se eligieron gobernador, diputados y presidentes municipales, en el tercero sólo diputados y presidentes de los ayuntamientos.
El triunfo del PRI en Sinaloa y Puebla fue considerado por los observadores un espaldarazo para el secretario de Gobernación (Interior), Francisco Labastida, originario de Sinaloa y ex gobernador de ese estado, y para el gobernador saliente de Puebla, Manuel Barlett.
Ambos dirigentes son considerados precandidatos presidenciales del partido gobernante.
Aunque aún faltan dos años para que el actual presidente Ernesto Zedillo termine su gestión de seis, en los principales partidos políticos ya se vive un intenso debate interno sobre quiénes serán sus candidatos y la forma en que serán electos.
Según los observadores, el gran perdedor de los comicios de la víspera fue el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que no logró una votación importante en ninguno de los estados.
También se mencionó como perdedor al actual alcalde de la capital, Cuauhtémoc Cárdenas, líder del PRD y también precandidato presidencial. Cárdenas es orginario de Michoacán y fue gobernador de ese estado.
A pesar de su derrota en Tlaxcala, el PRI consideró que tuvo un triunfo contundente en las elecciones del fin de semana que le augura éxitos en las próximos comicios presidenciales.
El partido gobernante ganó este año en elecciones realizados en ocho estados y perdió en dos.
En la penúltima, realizada en el estado norteño de Tamaulipas a fines de octubre, los candidatos del PRI obtuvieron más de 55 por ciento de los votos, uno de sus mejores desempeños de ese partido en los últimos 10 años.
El PAN y el PRD, que en las elecciones federales de 1997 arrebataron al PRI por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados, aseguran que en el 2000 México tendrá un presidente opositor.
Hasta el momento admitieron su aspiración a postularse como candidatos el gobernador del estado central de Gunanajuato, Vicente Fox, que pertenece al PAN, y el diputado del PRD, Porfirio Muñoz. Por el PRI expresaron interés Barlett y el gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo.
Acosado por la críticas a su gestión y por la dificultad para que sus proyectos sean aprobados en la Cámara de Diputados, Zedillo ha exhortado numerosas veces a sus opositores pensar más en el bien del país que en sus intereses electorales.
No obstante, el mandatario también ha celebrado que en materia política haya ahora mayor apertura y que los comicios estaduales se realicen sin conflictos y con transparencia.
Gracias a varias refomas electorales introducidas luego de que el candidato presidencial del PRI Carlos Salinas (1988-1994) ganó las elecciones en forma fraudulenta, según la oposición, hoy en México los comicios se realizan sin mayores problemas.
Todos los partidos prometen que para designar a sus candidatos presidenciales del 2000 introducirán un proceso de elección transparente y democrático similar al federal.
En ese sentido, Zedillo aseguró que el candidato del PRI no será más producto del "dedazo", término con el que se denomina la forma en que los anteriores mandatarios salientes definían en secreto y sin ningún proceso democrático a sus sucesores. (FIN/IPS/dc/mj/ip/98
