Mientras la mayor parte del mundo ingresa a la era del "dinero plástico" y las "transacciones digitales" por Internet, Rusia parece retornar al pasado con un proyecto para acuñar monedas de oro.
Esto se debe a que el oro sigue siendo importante en Rusia. Los banqueros aseguran que el plan de acuñar monedas permitiría salvar a los productores de ese mineral y le daría a los pequeños inversionistas una nueva herramienta para combatir la inflación.
El proyecto surge cuando Rusia enfrenta una severa crisis financiera cuyo indicador más revelador es la caída del rublo de seis a 17 unidades por dólar, lo cual deterioró el valor de los salarios y los ahorros de la población.
Los ahorristas, atemorizados por el derrumbe de importantes bancos privados, sacan su dinero de las cuentas que en dos meses disminuyeron en 20 por ciento. El efectivo lo transforman en dólares, lo cual aumenta la presión sobre el rublo.
En medio de este escenario, el gobierno y el Banco Central consideran muy en serio la posibilidad de acuñar monedas de oro que ayuden al rublo y representen una alternativa al dólar.
El proyecto consiste en emitir dinero semejante a los legendarios chervonets de la era zarista (equivalentes a 10 rublos), que en su época ayudaron a estabilizar la divisa. En la década de 1920, el gobierno bolchevique que recién tomaba el poder también emitió chervonets para conjurar la hiperinflación.
Las autoridades aseguran que uno de los objetivos más importantes de esta estrategia es apoyar la producción nacional de oro.
Sobre todo, la emisión de monedas ayudará a los productores del mineral, argumentó Tatyana Safonova, jefa del departamento de estudios de Gokhran, la reserva estatal de metales y piedras preciosas.
"Este año, los bancos privados debían comprar al menos la mitad de la producción de oro de Rusia, pero ahora muchas de esas instituciones están al borde del colapso y los productores de oro están amenazados por la falta de compradores", explicó Safonova.
En 1997, Rusia produjo 125,5 toneladas de oro, cuatro toneladas más que en 1996. La mayor parte del metal procede de depósitos aluvionales de Siberia, cuya explotación es mucho menos costosa que la de las minas, aunque sólo puede practicarse en verano.
El año pasado, el Estado compró 97 toneladas de oro, bastantes menos que las 121 de 1996. Y los planes de 1998 contemplan la compra de apenas unas 60 toneladas.
El resto del oro debía ser adquirido por bancos privados y grandes empresas, pero estas entidades han sido muy afectadas por la crisis y ahora no cuentan con recursos suficientes.
La crisis, sin embargo, no deterioró demasiado las reservas de oro del Banco Central, que desde mediados de junio disminuyeron de 525 a 500 toneladas, según informó el encargado de operaciones con metales preciosos de esa institución, Sergei Kyshtymov.
Entretanto, el Ministerio de Economía informó que la producción de oro bajó de 66,4 toneladas en los primeros ocho meses de 1997 a 59,4 toneladas en el mismo período de 1998. Pero añadió que se trata de una tendencia previsible, debido a que las empresas mineras están afectadas por la falta de pago.
"Acuñar monedas de oro no es regresar al pasado. Simplemente, se trata de una estrategia para restaurar un mercado aurífero 'civilizado' en Rusia", aseguró Alexander Buzuyev, jefe del departamento de análisis de la filial del Banco Central en Moscú.
"Las monedas son el instrumento más apropiado para este mercado", dijo a IPS.
Los críticos del plan consideran que no tiene sentido aplicarlo en un país donde es muy fácil comprar oro, pero es difícil venderlo sin sufrir fuertes pérdidas, lo cual atentaría contra el interés en las monedas por parte de los pequeños inversionistas.
Algunos economistas rusos y el influyente gobernador de Sverdlovsk, Eduard Rosell, consideran que el plan de las monedas de oro funcionaría si se acompañara de un control de la circulación de divisas, principalmente del dólar.
El gobierno está a favor de las monedas, pero descarta la posibilidad de restringir las operaciones en divisas.
Las monedas se acuñarían por valores nominales de 1.000, 5.000 y 10.000 rublos, y estarían compuestas por oro en 99 por ciento. La primera emisión debería concretarse el 1 de enero de 1999, anunció Safonova.
"Creemos que habrá demanda. En 1997, compradores al por menor adquirieron 500 kilos de oro, cifra que aumentó a siete toneladas en lo que va de este año", comentó a IPS.
Aún no hay cifras definitivas, pero el subjefe del departamento de análisis del Banco Central, Mijail Belyayev, considera que podrían acuñarse unas 10 toneladas de oro. (FIN/IPS/tra- en/sb/sas/lc-ml/if/98