/REPETICION/ INDONESIA: El aparato comercial-militar sigue en pie

Las Fuerzas Armadas de Indonesia, que apoyaron durante 32 años al dictador Alí Suharto, hasta la renuncia de éste en mayo, mantienen un poder considerable y no están dispuestas a cederlo.

Las fuerzas de seguridad dieron muerte la semana pasada a 16 estudiantes, en una nueva ola de violencia que sacudió a Yakarta mientras el parlamento se reunía en sesión especial para discutir reformas políticas entre las que se cuenta el llamado a elecciones para el año próximo.

Los estudiantes y otros manifestantes pidieron la inmediata remoción de los militares del parlamento, a fin de neutralizar su influencia, pero ese objetivo parece todavía lejano.

En efecto, un proyecto de ley presentado al Poder Legislativo podría asegurar a las Fuerzas Armadas un lugar en la vida política de Indonesia.

El área de los negocios es la única en que los militares parecen estar perdiendo poder, pero todavía conservan una fuerte presencia en actividades comerciales y financieras y algunos analistas se declararon escépticos ante la posibilidad de que las abandones.

Las Fuerzas Armadas mantienen intereses comerciales en el sector forestal, en el suministro de alimentos y en bienes raíces. Los activos que controlan suman al menos 8.000 millones de dólares, según el Instituto de Ciencias de Indonesia.

Ciertas analistas atribuyen la actual crisis económica a la intromisión de los militares en los negocios. Por ejemplo, señalan que no puede haber tratos comerciales "puros" entre empresas comerciales de débil influencia política y las Fuerzas Armadas.

"No es posible tomar decisiones comerciales genuinas y justas a punta de pistola", advirtió el economista Faisal Basri, de la Universidad de Indonesia.

Basri se refirió a las quejas de agunos empresarios que dijeron no haber podido rechazar ciertas ofertas de los militares que no los beneficiaban.

Ministros y otros altos funcionarios también admitieron haberse visto en apuros cuando alguna empresa vinculada a las Fuerzas Armadas se presentó a la licitación de proyectos del Estado.

"Todos saben quién ganará cuando alguna firma del área militar participa de una licitación. Los empresarios privados de sentido común sabrán incluso que lo mejor es abandonar la competencia", señaló a IPS un funcionario de Obras Públicas.

"Si algún funcionario permite que la licitación sea ganada por una empresa privada, le espera el despido o algún otro trastorno", aseguró la fuente.

Los analistas observan también que la manera en que los militares conducen los negocios ha dado lugar a monopolios que cierran el paso a los empresarios e incluso al Estado en varias áreas de actividad. La consecuencia es la corrupción, advierten los expertos.

Pero tener vínculos con los militares no es la única forma de volverse rico en Indonesia. Ser de ascendencia china también era una gran ayuda, así como pertenecer a la familia de Suharto, al menos durante la dictadura, puntualizaron algunos observadores.

Las fuentes explicaron que los mililtares consideran "colaboradores" y "comprensivos" a quienes son de ascendencia china.

Los empresarios chinos se asociaron durante la dictadura a los militares en busca de seguridad, aunque los violentos disturbios de mayo, que fueron supuestamente instigados por miembros de las Fuerzas Armadas e hicieron víctimas de incendios y violaciones a numerosos chino-indonesios, indicaron cambios en la situación.

Los expertos señalaron que, como resultado, un número significativo de empresarios chinos huyeron del país, dejando a sus socios militares con negocios que carecen de verdadero liderazgo.

Los militares podrían resistir cualquier intento de quitarles las ventajas de las que gozan desde 1965, cuando aplastaron un intento de golpe comunista y llevaron a Suharto al poder.

En realidad, dice Basri, la asignación de privilegios comerciales a las Fuerzas Armadas se hizo con el fin de distraer a los militares de la política, evitando así la competencia por el poder, y asegurarle un largo mando a Suharto.

Es bastante común ver a los oficiales dedicarse a los negocios luego de retirarse del servicio activo.

Así mismo, cada fuerza controla numerosas compañías a través de "fundaciones". El Ejército tiene su Fundación Kartika Eka Paksi (YKEP), que maneja, entre otros, el distrito central de Comercio Sudirman, en el corazón de la capital. La construcción de ese distrito tuvo un costo de 3.250 millones de dólares.

YKEP también controla cuatro corporaciones, dos cooperativas y otra fundación. Las Cooperativas Centrales del Ejército mantiene vínculos comerciales con unas 13 compañías, mientras que la llamada Fundación Cuerpo de Boinas Rojas actúa en el rubro hotelero.

La Marina tiene la Fundación Bhumyamca, las Cooperativas Centrales de la Marina y las Primeras Cooperativas de la Marina. En cuanto a la Fuerza Aérea, tiene asignadas la Fundación Adi Upaya, las Cooperativas Centrales de las Fuerza Aérea y las Primeras Cooperativas de las Fuerza Aérea.

También la policía tiene empresas: la Fundación Brata Bhakti, la Cooperativa Central de la Polícía y la Primera Cooperativa de la Policía.

No hay que olvidar la Fundación Yamabril, de las Fuerzas Armadas, ni los negocios manejados por unidades militares especiales como las Reservas Estratégicas del Ejército. Incluso el Ministerio de Defensa controla el Banco Yudha Bhakti y una compañía de seguros.

Varios analistas destacaron que la fuerte presencia militar en el mundo comercial y financiero determina ineficiencia económica. "Debería ponerse punto final" a esas actividades de las Fuerzas Armadas, "si queremos salir pronto de la crisis", dijo Basri. (FIN/IPS/tra-en/ap/ky/cb/ral/ceb-ff/98

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