R.D. CONGO: Gobierno molesto ante visita de funcionaria de EEUU

La subsecretaria de Estado estadounidense para Asuntos Africanos, Susan Rice, visitó Africa para apoyar los esfuerzos de paz frente al conflicto en la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire), pero sus iniciativas no cayeron bien a varios gobiernos africanos.

El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, no demoró en precisar los alcances de la misión. "Ella vino como enviada del presidente Clinton, son amigos y nos ayudan con sus ideas, pero eso es lo único que pueden hacer", puntualizó.

Rice habría exhortado al retiro de todas las tropas extranjeras que apoyan a Kabila en la RDC. Zimbabwe, junto con Angola, Namibia y Chad, enviaron ayuda militar a Kinshasa.

El encuentro de Mugabe con Rice se realizó el martes con varias horas de retraso, pero al menos el mandatario asistió a la cita. El presidente angoleño José Eduardo dos Santos no quiso recibir a la enviada de Estados Unidos, y delegó esa responsabilidad en sus ministros.

Y según algunas versiones, el presidente de la RDC, Laurent Kabila, se retiró abruptamente de la reunión en Kinshasa, sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su molestia.

"No tendría sentido negar que éste ha sido un viaje muy difícil", dijo un miembro de la delegación estadounidense.

La gira de Rice comenzó en Sudáfrica el 27 de octubre y culminó a mediados de esta semana con visitas a Ruanda y Uganda, y una segunda parada en Zambia. La enviada especial fue parca en sus comentarios, que restringió a breves llamados a la paz. Sobre su encuentro con Kabila, dijo que fue "productivo".

En el aeropuerto de Kigali, Rice se negó a confirmar los rumores de una reunión con los rebeldes de la Unión Congoleña Democrática (UCD).

"Sin comentarios", dijo Rice, aunque más tarde la embajada de Estados Unidos confirmó una reunión con este grupo "en el contexto de los encuentros con líderes regionales".

Rice advirtió que el papel de Estados Unidos está estrictamente ceñido al de un país que apoya los esfuerzos de paz para el conflicto de la RDC, donde un movimiento rebelde intenta derrocar a Kabila.

"Todos los gobiernos con los cuales nos hemos entrevistado aseguran que preferirían estar en paz", destacó.

La enviada de Clinton negó enfáticamente informes procedentes de Kinshasa según los cuales Washington habría presionado a Angola para que retire sus tropas de territorio congoleño.

Estados Unidos mantiene un bajo perfil frente a la crisis congoleña, y eso explica la cautela de Rice. Pero eso no impide que el gobierno de Kabila considere a Washington como un país cercano a sus contendientes, los rebeldes dela UCD.

Washington negó rumores según los cuales habría dado luz verde para que Ruanda y Uganda respaldaran abiertamente a los rebeldes. También fueron rechazadas las versiones sobre presunta ayuda militar y entrenamiento para estos grupos subversivos.

Una delegación de la UCD visitó la capital estadounidense el mes pasado, pero el Departamento de Estado se apresuró a aclarar que fue sólo para mantener contactos de bajo nivel con el gobierno.

Entretanto, Kabila pidió ayuda a Cuba y Libia argumentando su posición de combatiente antiimperialista al repeler la rebelión iniciada el 2 de agosto. Y no tiene objeciones cuando la prensa congolesa atribuye la rebelión a un eje "tutsi-estadounidense".

Estas afirmaciones se basan en los supuestos vínculos de Washington con los gobiernos de Yoweri Museveni en Uganda y de Paul Kagame en Ruanda.

Pero también es verdad que el gobierno de Estados Unidos ha sido complaciente con Kabila, pese a las denuncias sobre masacres de tutsis y a las advertencias sobre el peligro de genocidio en la zona de los Grandes Lagos.

El nuevo embajador estadounidense en Kinshasa, William Swing, enfureció a las autoridades de Ruanda y a los dirigentes de los rebeldes de la UCD cuando denunció "la agresión de Ruanda y Uganda" contra el gobierno de Kabila.

El Departamento de Estado aclaró en Washington que Swing se opone a la participación de todas las fuerzas extranjeras en Congo.

Por su parte, la embajada en Kinshasa emitió una fuerte declaración citando las agresiones contra los tutsis y las críticas al gobierno de Kabila como dos de los motivos por los que no respaldan a este gobernante.

Swing, un diplomático experimentado que fue embajador en Haití, Liberia y Congo-Brazzaville, no ha dado ninguna muestra concreta de apoyo a Kabila. El gobierno de Ruanda tiende a interpretarlo como una señal de que Washington comparte su posición frente al conflicto.

Tanzania, Zambia y otros mediadores en el conflicto han reiterado el llamado a Ruanda para que se retire del escenario de confrontaciones, pero Kigali no ha hecho ningún comentario público al respecto. (FIN/IPS/tra-en/cs/mn/lc-ml/ip/98

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