Los precios internacionales del petróleo cerraron esta semana con niveles de desplome sin precedentes para este mes del año desde el primer "shock" de 1973, en una tendencia negativa que se mantendría el resto de 1998.
El Ministerio de Energía de Venezuela informó que todos los crudos referenciales cerraron a la baja respecto a la semana anterior, mientras que en el mercado de futuros para diciembre se mantuvieron virtualmente estables pese a la amenaza de un ataque sobre Iraq.
El crudo Brent del Mar del Norte cerró la semana a 11,38 dólares el barril, 52 centavos menos que siete días atrás y 7,86 dólares por debajo de su cotización en noviembre de 1997, cuando ya había comenzado la generalización de la crisis en Asia y su impacto en la contracción de la demanda petrolera mundial.
La cesta de siete crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cerró a 11,34 dólares, 64 centavos menos que una semana antes y 7,50 dólares por debajo que su nivel de hace un año.
El West Texas Intermediate de Estados Unidos se cotizó a 13,74 dólares, 50 centavos menos que la semana precedente y 6,45 por debajo de su nivel en noviembre de 1997.
En tanto, la cotización en el mercado de futuros para el Brent cerró para entrega a diciembre en 12,43 dólares el barril, cuando en ese mes de 1997 se vendió en promedio a 17,14 dólares.
Durante las crisis de precios de 1986 y 1988, la situación se recompuso para los últimos meses del año, mientras que desde octubre de este año los precios volvieron a sumergirse a niveles cercanos a los 11 dólares por tercera vez desde junio.
Instituciones que siguen el comportamiento de los precios petroleros en Estados Unidos y Europa coinciden en que sus niveles actuales equivalen en términos reales a los que tenía el crudo al comenzar la década de los 70.
La saturación de los mercados por los impresionantes niveles de inventarios acumulados en manos de los consumidores, la persistente contracción de la demanda y una oferta que no logra ajustarse a esa realidad, anclan los precios en un período estacional de tradición alcista.
Las primeras muestras de un invierno duro en el Norte industrial, frente al más benigno en medio siglo de 1997, no impactaron a los grandes compradores, con inventarios que se estiman en el equivalente a tres meses de consumo.
Adicionalmente, se difundió esta semana que existirían unos 300 millones de barriles de producción que no ingresaron al mercado y podrían hacerlo en cualquier momento, inundándolo aún más.
La noticia fue tenida en cuenta por los operadores en mayor medida que la nueva crisis entre Estados Unidos e Iraq.
La posición de los analistas venezolanos es que los precios serían impulsados notablemente sólo en el negado caso de que se produjera una crisis militar generalizada en el Golfo, que incluyera a Arabia Saudita, el mayor exportador petrolero mundial.
Iraq anunció que no podría cumplir con la meta de exportaciones pactada dentro del acuerdo con las Naciones Unidas de petróleo por alimentos, pero ese elemento sólo ayudaría al ingreso de un menor excedente de crudo al mercado.
Tampoco se espera que la conferencia ministerial de la OPEP, que se realizará el día 25 en Viena, pueda establecer algún tipo de acuerdo que reanime los precios, después de que sus cortes extractivos de abril y julio no tuvieron los efectos deseados.
La mayor señal pudiera ser una medida similar a la que anunció el viernes México, en el sentido de que mantendrá la reducción de 200.000 barriles por día (bpd) hasta fines de 1999, y no sólo hasta junio de ese año como fue su compromiso con los 11 socios de la OPEP y Noruega.
La comentarista venezolana Ana Díaz dijo este sábado que la oferta de crudo sobrepasa a la demanda en tres millones de bpd, pese a que la OPEP, México y Noruega redujeron su suministro en esa misma cantidad desde julio.
La razón es el mantenimiento de la contracción de la demanda por encima del tiempo previsto y el hecho de que pequeños productores buscan colocar su crudo a como dé lugar, después que en los últimos cuatro años pasaron de sumar una oferta de 150.000 bpd a 450.000 bpd.
La Agencia Internacional de Energía, que nuclea a los grandes consumidores mundiales, pronosticó el día 9 que el crecimiento de la demanda se mantendrá frenado también en 1999. Por ello rebajó su pronosticada demanda para el año próximo en medio millón de bpd y la situó ahora en 75,6 millones de bpd.
En la actualidad, esa demanda mundial se ubica en 74,3 millones de bpd, tras la última revisión a la baja.
Las dos mayores petroleras privadas del mundo, la anglo- holandesa Shell y la estadounidense Texaco, anunciaron la supresión de 4.000 empleos en conjunto, ante el horizonte de que 1999 no será el de la recuperación de los precios. (FIN/IPS/eg/ml/if/98