El acuerdo de paz con Ecuador le deparó aplausos internacionales al presidente de Perú, Alberto Fujimori, pero sepultará al parecer sus aspiraciones reeleccionistas porque la mayoría de sus compatriotas lo considera inconveniente.
Por primera vez, Fujimori bajó al tercer puesto en las encuestas con 12,5 por ciento de las preferencias, detrás del alcalde de Lima, Alberto Andrade, con 36,4 por ciento, y de Luis Castañeda, un independiente que aún no se proclamó candidato, con 14 por ciento, según la firma Analistas y Consultores.
Fujimori tampoco proclamó su postulación a una segunda reelección consecutiva en el 2000, considerada ilegal por la oposición, pero propició cambios en la composición del Jurado Electoral, del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional con el aparente propósito de posibilitar su candidatura.
A fines de agosto, la mayoría oficialista en el parlamento cerró el paso a una iniciativa de referendo cuyos promotores recogieron 1,2 millones de firmas de ciudadanos opuestos a que Fujimori se postule a la reeleccion en el 2000.
Dos meses después, culminaron los esfuerzos de Fujimori para resolver el conflicto fronterizo con Ecuador, que provocó tres guerras entre ambos países en los últimos 56 años, la última de ellas en 1995.
Los adversarios de Fujimori sostienen que el mandatario se apresuró a resolver el antiguo problema fronterizo para mejorar su imagen y favorecer sus aspiraciones reeleccionistas.
Poco después de firmar el acuerdo en Brasilia, Fujimori expresó su satisfacción por haber resuelto tres grandes problemas de Perú: la hiperinflación que heredó de su antecesor, Alan García, la subversión del grupo maoísta Sendero Luminoso y el conflicto fronterizo con Ecuador.
"Tambien podría anotarse entre los logros de mi gestión la solución enérgica y adecuada de la toma de la embajada de Japón y la liberación de los rehenes secuestrados por un comando subversivo", expresó un sonriente Fujimori.
Pero poco después, la tumultuosa reacción en Iquitos, ciudad de la Amazonia peruana, con un saldo de cinco muertos y una veintena de edificios públicos y comerciales incendiados, reveló una inesperada hostilidad popular contra el acuerdo de paz.
Manuel Torrado, de la empresa encuestadora Datum, dijo que Fujimori cometió el error de mantener excesiva reserva sobre las negociaciones con Ecuador y no preparó a la opinión pública para los previsibles resultados.
"Los resultados generan una sensación de derrota que afectaría sus posibilidades de reelección presidencial", expresó Torrado.
Eduardo Loli, de la empresa encuestadora Apoyo, estimó que la percepción en Perú de que Ecuador es el país que obtuvo más beneficios del acuerdo de paz puede afectar una eventual candidatura de Fujimori, "pero ello dependerá de hechos futuros".
El acuerdo de paz fue propuesto como fallo arbitral por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, países cuya gestión diplomática detuvo la guerra peruano-ecuatoriana de 1995.
El fallo ratifica el tratado limítrofe de 1942 que defendía Perú y que Ecuador impugnaba, pero condicionado a la firma de un tratado comercial que faculta a los barcos ecuatorianos a navegar por el río Amazonas y sus afluentes en territorio peruano.
El acuerdo también establece la cesión gratuita y perpetua a Ecuador de la propiedad de un kilómetro cuadrado de terreno en Tiwinza, escenario de las batallas más encarnizadas en la guerra de 1995, situado en territorio peruanoa a cuatro kilómetros de la frontera.
Según los partidos opositores a Fujimori, el Tratado de Comercio y Navegación, que incluye facilidades para la instalación de dos centros comerciales, es peligroso porque provocará la creación de enclaves ecuatorianos en la Amazonia peruana.
También sostienen que, a pesar de su intención pacifista, la donación de un kilómetro cuadrado en Tiwinza para hacer un santuario de homenaje a soldados ecuatorianos invasores es humillante para Perú.
A juzgar por los resultados de las encuestas, la mayoría de la población peruana coincide con la oposición.
Según Analistas y Consultores, 65,3 por ciento de los peruanos desaprueban la gestión de Fujimori, mientras 28 por ciento expresan aprobación, el respaldo más bajo en sus ocho años al frente del gobierno.
El mismo instituto encuestador señaló que 63 por ciento de la población considera que el acuerdo de paz es lesivo para Perú, y que únicamente 32 por ciento de los entrevistados lo aprueba.
Por su parte, la firma Apoyo reveló que 73 por ciento de los peruanos desaprueban la cesión a Ecuador del terreno en Tiwinza, y que 54 por ciento consideran, incluso, que el punto debe ser eliminado del acuerdo.
Mientras, 19 por ciento expresaron que desaprueban la cesión "pero (que) hay que aceptarla", en tanto 13 por ciento respondieron: "No es lo que esperaba pero lo apruebo".
Cincuenta y uno por ciento estimaron que el precio de la paz es excesivamente alto y que el resultado no será beneficioso para Perú, y 60 por ciento sostuvieron que Ecuador fue favorecido por los garantes.
Sin embargo, 59 por ciento de los encuestados opinaron que el acuerdo resolverá el conflicto fronterizo. Entre ellos, 45 por ciento piensan que se trata de una solución relativamente permanentemente y 14 por ciento que es definitiva.
Veinticinco por ciento de los peruanos consideraron que, por el contrario, el acuerdo implica un riesgo de agravamiento del conflicto, porque podría ser desconocido por uno o por ambos países. (FIN/IPS/al/mj/ip/98
