El gobierno de México considera poco probable reactivar a mediano plazo el diálogo de paz con la guerrilla zapatista que opera en Chiapas, pero eso no le preocupa porque cree que ese estado sufre problemas más importantes.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es apenas uno de los muchos problemas que afectan a Chiapas, no el principal, dijo el secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Fransisco Labastida, en reunión con representantes de la prensa extranjera en México.
La prioridad del gobierno es lograr que para el 2000, cuando se celebren elecciones presidenciales, se haya logrado cambiar el rostro de pobreza, violencia e injusticia de Chiapas. Para eso se está trabajando ahora, apuntó Labastida.
El funcionario señaló que "los antecedentes" reducen las expectativas de la reunión que planean realizar los próximos días, por iniciativa del EZLN, la Comisión de Concordía y Pacificación del Congreso (Cocopa) y los representantes del grupo armado.
La cita, que según los partidos de oposición se dificulta por una inusual movilización de militares en Chiapas negada por el gobierno, es considerada crucial por los miembros de la Cocopa, pues sería la primera que se celebra desde que se interrumpieron las negociaciones de paz hace dos años.
Los diálogos quedaron en suspenso cuando el gobierno objetó un proyecto de ley indígena redactado por la Cocopa sobre la base de los llamados Acuerdos de San Andrés y aceptado previamente por la guerrilla.
Según el EZLN, que se levantó en armas a comienzos de 1994, no existen condiciones para dialogar con el gobierno, pues no cumple su palabra, mantiene una asfixiante presión militar y trabaja para dividir a las comunidades indígenas.
Con el paso del tiempo, la presencia militar y el desgaste político del grupo, el conflicto de Chiapas, que en su momento llamó la atención en todo el mundo, pasó paulatinamente a segundo plano.
Observadores sostienen que la estrategia del gobierno es enterrar políticamente a la guerrilla minimizádola como problema y alargando la atención a sus demandas.
El gobierno, sin embargo, afirma que tiene plena voluntad de diálogo y promete que nunca recurrirá a las armas para solucionar el conflicto. Es la guerrilla la que rehuye a la negociación, asegura.
La prioridad del gobierno en Chiapas es ahora atender los problemas de intolerancia política y religiosa entre comunidades indígenas, la falta de escolaridad, las enfermedades y el desempleo, expresó Labastida.
En Chiapas, estado ubicado al sureste de México, en la frontera con Guatemala, todos los indicadores de nivel de vida están por abajo de la media nacional.
Además, a la sombra del suspendido diálogo de paz, se registraron en los últimos años varios hechos de violencia, como la matanza de 45 indígenas, a fines de 1997, a manos de un grupo calificado de paramilitar.
La solución de los problemas del estado sureño pasan por cuestiones concretas. El conflicto con la guerrilla no es el más importante, insistió el secretario de Gobernación.
En una carta publicada este martes, conocidos intelectuales y escritores mexicanos, entre lo que se destacan Elena Poniatowska y Jesús Silva-Herzog, exigieron al gobierno crear "una atmósfera de confianza" en Chiapas y dar pasos para que "las fuerzas armadas se retiren de la zona del conflicto".
El gobierno de Ernesto Zedillo debe "demostrar al país y el mundo su genuina voluntad de concertar un diálogo firme y duradero" con el EZLN, señalan los intelectuales.
Según Labastida, el gobierno ya ha cumplido con todos esos puntos. El problema, según él, es de la guerrilla. (FIN/IPS/dc/mj/ip/98
