MEDIO ORIENTE: Arafat acorralado entre fundamentalistas e Israel

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, se encuentra acorralado entre las demandas de Israel y los grupos de fundamentalistas islámicos que se oponen a la paz.

Antes del ataque con bomba en el principal mercado de Jerusalén el viernes, en que murieron los dos atacantes suicidas y 21 israelíes resultaron heridos, Arafat lanzó una campaña contra radicales islámicos que rechazaron el acuerdo "tierra por seguridad" alcanzado en Estados Unidos en octubre.

Arafat había dado un paso sin precedentes al poner bajo arresto domiciliario en Gaza al jeque Ahmed Yassin, dirigente espiritual del grupo radical islámico Hamas, tras ordenar a la policía palestina que rodeara la vivienda de Yassin y cortara su línea telefónica.

Después, tras arriesgar una confrontación violenta, ordenó la detención de cientos de miembros de Hamas, incluyendo varios altos líderes políticos, y reforzó una campaña para cerrar jardines de infantes de Hamas y reemplazar predicadores de Hamas por otros que siguen la línea de la ANP.

Aunque la bomba del viernes no fue obra de Hamas, sino del grupo Jihad (Guerra Santa) Islámica, confirmó los temores de los palestinos, quienes creen que, sin concesiones visibles de los israelíes, el efecto de un ataque sobre los islamistas a favor de Israel dividirá explosivamente a la sociedad palestina y desatará más violencia.

La estrategia de Hamas "es evitar el baño de sangre dentro de la ANP. Pero si presionas a la gente, no puedes esperar que las cosas se mantengan bajo control", dijo el dirigente político de la agrupación Ismail Abu Shanab.

Bajo el acuerdo alcanzado el mes pasado en Estados Unidos, tras obtener la promesa de Arafat de que confrontaría a Hamas y la Jihad Islámica, Israel debía iniciar el 16 de noviembre el retiro de 13 por ciento de Cisjordania ocupada.

Pero la fecha se pospuso este lunes, al igual que una reunión clave del gabinete israelí para aprobar el acuerdo del mes pasado.

El negociador palestino Hassan Asfour dijo a los medios occidentales que el acuerdo está "muerto" si Israel se niega a retirar sus tropas dentro de los plazos fijados. "No podemos esperar la implementación de una parte del acuerdo, nuestros compromisos, y posponer la otra parte", alegó.

Bajo el acuerdo de Wye, Israel prometió la liberación de 13 por ciento del territorio de Cisjordania y de 750 prisioneros, para permitir a los palestinos abrir un aeropuerto y poner fin a restricciones a los viajes que debilitaron la economía palestina y dividieron familias.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, espera ahora más por esto que lo acordado en Wye. Tras el atentado del viernes, interrumpió en la mitad de la sesión una reunión de su gabinete de 17 miembros, reunido para ratificar el nuevo acuerdo de paz firmado el 23 de octubre.

Muchos analistas en Gaza afirman que lo que Israel está buscando podría ser imposible de dar para Arafat. Sean cuales fueren las medidas de seguridad que Arafat emplee, no hay forma de evitar el próximo atentado con bomba. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp/ip/98

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