Iraq anunció hoy que permitirá a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reanudar de inmediato y sin condiciones las inspecciones de armas en territorio iraquí, y aparentemente evitó un posible ataque militar de Estados Unidos.
El equipo de expertos de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (Unscom) se retiró de Iraq el miércoles, después de más de tres meses de sufrir obstrucciones del gobierno.
Bagdad anunció la novedad sólo 24 horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU prometió que, a cambio de la cooperación iraquí, revisaría las relaciones entre Iraq y el foro mundial, que hace ocho años impuso un embargo económico y militar contra ese país.
Iraq había rechazado esa propuesta hace sólo dos semanas y cesó la cooperación con la Unscom, que debe verificar la destrucción de las armas químicas y biológicas y los misiles de largo alcance iraquíes.
Pero el viernes, el presidente iraquí Saddam Hussein indicó que estaba dispuesto a aceptar una solución negociada, y este sábado Iraq envió una carta al secretario general de la ONU, Kofi Annan, aceptando los términos que había rechazado dos semanas atrás.
La prensa le preguntó a Annan este sábado si la propuesta iraquí cumple con los requisitos de la ONU. "En mi opinión, sí", respondió el secretario general. Fuentes diplomáticas estiman que los 15 miembros del Consejo de Seguridad también aceptarán la reanudación de las inspecciones anunciada por Iraq.
El drástico cambio de posición iraquí responde a dos razones principales, según analistas políticos.
La concentración de fuerzas militares de Estados Unidos en el Golfo parecía esta vez una amenaza más creíble que las maniobras realizadas en febrero, en ocasión del anterior enfrentamiento entre Iraq y la ONU, y el silencio de los aliados tradicionales de Bagdad -sobre todo de las naciones árabes, Francia y Rusia-, reveló el aislamiento que sufría el país árabe.
Rusia no envió a sus diplomáticos para mediar en la crisis, como lo hizo cuando Iraq expulsó brevemente a los inspectores de la Unscom en febrero, y Annan, cuya gestión diplomática puso fin al enfrentamiento de entonces, decidió no viajar a Bagdad antes de que Iraq declarara la reanudación de las inspecciones.
No obstante, los aliados de Iraq presionaron sutilmente para que se negociara una solución pacífica al apoyar una "revisión integral" que tomaría en cuenta la cooperación iraquí, incluyendo el interés de muchos países en eliminar gradualmente las sanciones contra Bagdad.
China, Francia y Rusia celebraron una reunión en la ONU el viernes, tras la que decidieron apoyar el envío de una carta a Iraq que reiterara la promesa de revisar las relaciones si Bagdad daba marcha atrás.
Para Estados Unidos, que insistió en que Iraq debía permitir incondicionalmente las inspecciones de la ONU, la revisión es un precio relativamente bajo para evitar la crisis militar.
Pero Washington ya declaró en el Consejo de Seguridad, donde tiene poder de veto, que no permitirá el levantamiento de las sanciones si la revisión concluye que Iraq eliminó gran parte, pero no todas, sus armas de destrucción masiva.
La secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright puso otras condiciones, como la aclaración de la suerte corrida por kuwaitíes desaparecidos tras la invasión iraquí de Kuwait en 1990, para retirar las sanciones.
De todas maneras, la revisión integral le ofreció a Iraq la mejor oportunidad en ocho años para librarse del embargo comercial que provoca la muerte por desnutrición y enfermedad a 6.000 iraquíes por mes, según calculó el ex coordinador de ayuda humanitaria de la ONU, Denis Halliday.
Aunque Estados Unidos tuvo claramente la posición más fuerte durante esta crisis, en gran parte porque se le reconoció no haber atacado a Iraq cuando comenzó el enfrentamiento en agosto, el paso atrás dado por Bagdad podría fortalecer a sus defensores en el Consejo de Seguridad durante la revisión.
Esto, a su vez, permitiría a Bagdad convertir en victoria a esta última de una serie de derrotas políticas. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/98