Esta vez, el enfrentamiento entre Iraq y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no provocó manifestaciones a favor del presidente iraquí Saddam Hussein en este campamento de refugiados palestinos.
Tampoco se escuchan voces que reclamen bombardeos contra Tel Aviv y nadie porta banderas iraquíes o carteles a favor de Saddam Hussein.
Es todo un cambio frente a lo que se veía en los pueblos palestinos hace 10 meses, cuando las amenazas militares de Estados Unidos contra Iraq provocaron manifestaciones de miles de personas contra el posible ataque aéreo y a favor del pueblo iraquí.
A los palestinos, como a los israelíes de Tel Aviv que aún no acuden en masa ni en estado de pánico a buscar máscaras de gas a las oficinas estatales, el hecho de haber pasado antes sin pena ni gloria por esta situación parece haberles aguado el entusiasmo ante la posibilidad de una guerra.
Y aunque algunos diplomáticos y trabajadores extranjeros abandonaron Israel cuando comenzó esta última crisis, nadie en este país cree que Saddam Hussein tenga armas para atacar el territorio israelí, y menos aún con ojivas biológicas o químicas.
"Si Iraq bombardea a Israel, todo el pueblo sufrirá, incluso nosotros aquí. Pero no creo que lo haga", dijo Ibrahim Hammad, de 16 años y residente del campamento.
Esta vez, sostienen los refugiados, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no quiere que corra peligro la implementación del acuerdo de paz de Wye Plantation, firmado con Israel en Washington, en octubre, con protestas como las realizadas en febrero.
Entonces, multitudes de jóvenes palestinos instaron a Saddam Hussein a atacar a Israel. Ahora la ANP prohibió las manifestaciones callejeras contra un posible ataque aéreo de Estados Unidos e incluso envió a la policía palestina a vigilar para que no haya protestas.
Como alternativa, los jóvenes de Dahaisheh piensan llevar carteles pro-iraquíes a los festejos previstos para el domingo, el día de la independencia palestina.
Pero los refugiados palestinos aún apoyan calladamente a Iraq, aunque sus gobernantes frunzan el ceño. Muchos creen que la insistencia de Estados Unidos para que Saddam Hussein cumpla con las resoluciones de la ONU tiene motivos ocultos.
"No tiene nada que ver con las armas, sino con el petróleo e Israel. Por eso no les importa si India y Pakistán tienen armas nucleares, pero sí les importa si los tiene Iraq", opinó Mohammed Daraghmeh, de 22 años, también refugiado en Dahaisheh.
Mientras las potencias industriales consideran peligrosos los programas de armamentos iraquíes, la interpretación de los refugiados palestinos es que Estados Unidos quiere aplastar a un gobernante árabe antes de que amenace sus intereses en la región.
"Iraq quiere ser grande y poderoso y Estados Unidos no quiere que un país árabe sea grande y poderoso. Estados Unidos quiere dominar al mundo árabe", sostuvo el estudiante Jihad Ahmed.
Mientras los soldados estadounidenses se concentran en el Golfo, muchos palestinos de Dahaisheh creen que esta vez es más probable un ataque contra Iraq que en febrero, cuando la negociación del secretario general de la ONU, Kofi Annan, forjó a última hora un acuerdo diplomático que puso fin a la crisis.
Pero pocos están preparados para la posibilidad de que Saddam Hussein tome represalias contra Israel, y menos aun parecen preocupados. Los comercios de Dahaisheh están abiertos, los viejos pasan el tiempo sentados en sillas de plástico fuera de sus casas y los jóvenes pasean por las calles.
La mayoría de los residentes, como la mayoría de los palestinos de Cisjordania y Gaza, no tienen máscaras de gas que los proteja de un posible ataque biológico o químico. Y a diferencia de lo que ocurre en Israel, el gobierno palestino tampoco las está entregando.
"¿Dónde las vamos a conseguir? La ANP no tiene ninguna. No hay", se lamentó Abdullah Shaani, comerciante de 57 años.
La mayoría de los palestinos se compadecen del sufrimiento del pueblo iraquí y creen que se deben levantar las sanciones económicas impuestas por la ONU hace ocho años. Los diarios y la televisión palestinos se concentran en la pobreza de Iraq y en sus niños desnutridos, y no en su capacidad armamentista.
"No le tememos a Iraq. Tememos por el pueblo iraquí", aseguró Hayat Abdel Karim, palestina de 32 años.
Saddam Hussein provoca una crisis tras otra para expulsar a los inspectores de armas de la ONU de su país y levantar las sanciones, objetivos que la mayoría de los palestinos pueden comprender, aseguró.
"Hay niños muriéndose en Iraq. Saddam Hussein sólo trata de cuidar a su pueblo", manifestó la mujer. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/aq/ip/98