El enfrentamiento entre Iraq y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las inspecciones de armas en territorio iraquí se disipó luego de la última disputa con los inspectores del foro mundial, esta vez por documentos sobre armas químicas.
El martes, el Consejo de Seguridad de la ONU restó importancia a la disputa por los documentos, a pesar de haber votado por reanudar el régimen de excepciones a las sanciones impuestas contra Iraq hace ocho años, para permitirle a Bagdad la venta de 5.200 millones de dólares de petróleo durante los próximos seis meses con el fin de adquirir comida y medicamentos.
La disputa comenzó la semana pasada cuando los inspectores de armas de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (Unscom) exigieron que Iraq les proporcionara documentos sobre el uso de armas químicas durante la guerra entre Irán e Iraq (1980-88).
Ahora, diplomáticos de Iraq, la ONU y Estados Unidos niegan que la disputa pueda desatar nuevas hostilidades a pesar de que Bagdad aseguró que esos documentos fueron destruidos o nunca existieron.
"Creo que depende de Iraq cooperar plenamente", declaró el secretario de Defensa estadounidense, William Cohen. Sólo si Bagdad no coopera con la Unscom, que debe verificar que no se conserven armas de destrucción masiva en territorio iraquí, surgirá nuevamente una amenaza de ataque militar de Washington, dijo.
El embajador Saeed Hassan, nombrado próximo representante permanente de Iraq ante la ONU, dijo a IPS que dudaba que la crisis pudiera conducir a la posibilidad de un enfrentamiento militar, como había sucedido en la disputa con la Unscom antes de que el día 14 Bagdad permitiera reanudar las inspecciones.
"No es un problema grave. Incluso antes del 4 de agosto (día anterior a la suspensión de la cooperación con la Unscom), la cuestión de los documentos nunca fue considerada esencial", por los inspectores, sostuvo Hassan.
"Su preocupación siempre fue el acceso a los sitios, o más bien a los sitios presidenciales", agregó.
Bagdad culpó al presidente de la Unscom, Richard Butler, por la última disputa.
"Iraq tiene la obligación, por resolución del Consejo, de facilitar a la Comisión todo documento…relevante para su mandato", se quejó Butler la semana pasada, en una carta dirigida a los 15 países miembros del Consejo de Seguridad.
"Parece que la razón subyacente de la insistencia del presidente (Butler) en este asunto, es el deseo de mantener un juego infinito para mostrar que Iraq está en falta", señaló el viceprimer ministro de Iraq, Tariq Aziz, en una carta dirigida el lunes al Consejo de Seguridad.
Iraq ofreció mostrar los documentos que están en su poder a los inspectores de armas, a pesar de las objeciones de Bagdad contra Butler y de su afirmación de que la Unscom no tiene intenciones de declarar que el gobierno iraquí cumple con las exigencias de desarme de la ONU.
Bagdad mostrará a la Unscom un diario que describe detalladamente la ordenanza del uso de armas químicas, pero sólo en presencia de un enviado especial de la ONU, Prakash Sha, que medió en enfrentamientos anteriores entre los inspectores e Iraq.
Por el momento, Iraq parece lo suficientemente dispuesto a colaborar como para evitar el conflicto, incluso ataques aéreos de las tropas de Estados Unidos, aún concentradas y cerca del Golfo, declararon diplomáticos ante la ONU.
Pero el embajador británico, Jeremy Greenstock, rechazó la última ráfaga de palabras sobre los documentos por ser "bastante decepcionantes y desmoralizantes", y varios diplomáticos creen que la calma actual es solo temporaria.
Los sucesos de esta semana atrasaron la prometida "revisión total" de las relaciones entre Iraq y la ONU por parte del Consejo de Seguridad, que los aliados iraquíes esperan conduzca a la eliminación gradual de las sanciones contra Iraq.
Funcionarios iraquíes señalaron que la fricción con la Unscom indicaría el posible aplazamiento de la revisión total.
"Creemos que (Bagdad) tiene que proporcionar los documentos para permitir su inspección antes de que se pueda continuar con la revisión total", dijo la secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright.
La confianza entre ambas partes, que nunca fue buena, se deterioró rápidamente este mes con la concentración en el Golfo de barcos de guerra de Estados Unidos. Aviones estadounidenses estaban listos para atacar a Iraq poco antes de que se logró un acuerdo para reanudar las inspecciones de la Unscom.
Desde entonces, a Bagdad no le cayeron nada bien las declaraciones de Washington y Londres sobre la necesidad de reemplazar el régimen de Saddam Hussein con un gobierno democrático. Aziz comentó que las mismas violaban la soberanía iraquí.
Ambos gobiernos brindan una ayuda cada vez menos encubierta a la oposición de Iraq. El lunes, 16 grupos opositores iraquíes se congregaron en Londres para formar un frente común contra Saddam Hussein. Ese día, Bagdad denunció un frustrado intento de asesinato contra Izzat Ibrahim, vicepresidente del Consejo de Comando Revolucionario.
La ira de Bagdad frente a los intentos cada vez menos ocultos de Londres y Washington de deponer a Saddam Hussein se compara con la cautela de Estados Unidos ante el deseo iraquí de expulsar a Butler, que goza de la confianza del gobierno estadounidense, de la dirección de la Unscom.
Por ejemplo, en su carta del lunes Aziz recriminó los comentarios y las "imposibles" exigencias de Butler, e incluso implicó que el funcionario de la ONU, que es australiano, podría dar a Estados Unidos y Gran Bretaña una excusa para atacar a Iraq.
Butler "no podría haber ignorado la política declarada" de Estados Unidos y Gran Bretaña "de lanzar un ataque militar contra Iraq, inmediatamente después de considerar que Iraq no cooperaba con la Unscom", escribió Aziz, acusando a Butler de actuar de manera "no profesional".
Pero las tácticas directas y en ocasiones bruscas de Butler ayudaron a que Iraq se presentara como víctima, un buen cambio para Bagdad luego de los últimos meses en que su falta de cooperación con la Unscom le dio a Estados Unidos una ventaja diplomática.
Sin embargo, una vez disipada la tensión militar, se espera que se refuerce el respaldo para retirar las sanciones de la ONU contra Iraq. "El mejor agente de Saddam Hussein es Richard Butler", comentó un diplomático árabe. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ceb-aq/ip/98