IRAQ: La amenaza de ataque y las sanciones no cesan

Los inspectores de armas de la ONU volvieron a Bagdad, mientras los aviones de guerra de Estados Unidos cambiaban su rumbo, pero Iraq no se ha librado de la permanente amenaza de ataque ni de las sanciones internacionales.

El último enfrentamiento en torno a los inspectores de la comisión de la ONU que investiga los arsenales de Iraq terminó el sábado cuando se acordó reanudar la cooperación, apenas minutos antes del comienzo previsto para el ataque de Estados Unidos. Los inspectores retornaron el martes.

El enfrentamiento obstaculizó las gestiones de Iraq por poner fin a las sanciones económicas impuestas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a causa de la invasión a Kuwait ordenada por el presidente iraquí Saddam Hussein en 1990, que dio origen a la guerra del Golfo (1991).

Es posible, además, que el ataque aéreo de Estados Unidos haya sufrido apenas un retraso, más que evitarse.

Las señales eran positivas el martes, ya que más de 80 integrantes de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) volvieron a Iraq luego de pasar seis días en la cercana Bahrein, y más de 100 trabajadores humanitarios continuaron su regreso desde Jordania.

Mientras, Washington decidió o bien retrasar a las fuerzas que iban rumbo al Golfo o bien dejarlas estacionadas en Estados Unidos, excepto los 40 aviones de combate estadounidenses, entre los que figuraban bombarderos B-1 instalados en Omán.

Iraq se mantuvo pesimista, de todos modos. "El ataque ha sido simplemente retrasado una semana", dijo una fuente iraquí a IPS.

Los iraquíes señalaron que el sábado pasado Estados Unidos hizo un precipitado intento de ataque a Iraq. Tan precipitado que cuando esa mañana se planteó una salida diplomática, los aviones de Estados Unidos estaban ya en el aire y prontos para atacar.

Luego de que los funcionarios iraquíes informaron en Bagdad al enviado de la ONU, Prakash Shah, que las inspecciones de armamento se reanudarían sin condiciones, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, canceló la orden de ataque.

Pero hubo otra razón para el pesimismo en Bagdad. Si bien Iraq evitó el ataque militar y ganó apoyo de aliados como Rusia y Francia, el fin de las sanciones parece más lejano que nunca.

Iraq señaló repetidamente que, según la resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU, las sanciones deberán levantarse una vez que la UNSCOM verifique que las armas químicas, biológicas y nucleares y los misiles de largo alcance iraquíes fueron destruidos.

Pero Bagdad siguió creyendo que Estados Unidos mantendría las sanciones indefinidamente, sin tener en cuenta los progresos del desarme.

"No vemos ninguna luz al final del túnel. Al final del túnel, hay otro túnel", dijo la semana pasada el viceprimer ministro de Iraq, Tariq Aziz.

La postura de Estados Unidos tampoco garantiza que el Consejo de Seguridad levante las sanciones luego de un análisis global del asunto que se le prometió a Iraq si coopera con UNSCOM.

El martes, el embajador de Estados Unidos, Peter Burleigh llamó la atención sobre el destino de los kuwaitíes desaparecidos desde la invasión de Iraq a Kuwait en 1990.

"Cuando el Consejo de Seguridad haga su análisis global, esa será una de las cuestiones que trate", dijo Burleigh al respecto. Si no se toman decisiones en este sentido, no se levantarán las sanciones, agregó.

La discusión de las sanciones mostró que es poco probable que el resultado del extenso análisis sea el levantamiento inmediato o el debilitamiento del embargo de ocho años, según los diplomáticos.

Esto se agregaría al sufrimiento del pueblo iraquí, ya que se calculó que las sanciones causan la muerte de unos 8.000 iraquíes por mes, sostuvo Denis Halliday, ex coordinador humanitario de la ONU en Iraq que renunció el mes pasado molesto por las sanciones.

"Las sanciones están causando enormes daños, sin ataques adicionales. Tienen consecuencias sobre todos los aspectos de la vida. La situación de la salud sigue siendo espantosa, y el colapso de la infraestructura urbana no ha sido entendido" en Occidente, argumentó Halliday.

Las tensiones de las dos últimas semanas dirigieron la atención sobre las sanciones, pero no como lo deseaba Bagdad. Varios países árabes, disgustados con Iraq a causa de las últimas crisis, culparon a Bagdad y no a Washington por el enfrentamiento.

Más aún, Clinton tuvo que reforzar su postura de línea dura contra el levantamiento de las sanciones, bajo presión política dentro de su país luego de suspender el ataque aéreo, para evitar las acusaciones de debilitamiento de la política de Estados Unidos con Iraq.

Sin embargo, las sanciones no han herido seriamente al presidente de Iraq, Saddam Hussein. Algunos partidarios del embargo lo pensaron mejor después de la última crisis.

"El régimen actual de sanciones no es sostenible, y es poco probable que termine con el gobierno de Saddam", sostuvo el diario británico Financial Times el martes en una editorial que reclamó "firme disuasión" y sanciones más específicas. (FIN/IPS/fah/ceb/mj/ip/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe