Los primeros envíos de ayuda internacional para socorrer a los damnificados por el huracán Mitch comenzaron a arribar hoy a Honduras.
Dos barcos procedentes de la ciudad estadounidense de Nueva Orleans y uno de la Marina Real de Gran Bretaña fueron los primeros en llegar a Honduras este martes cargados con agua, alimentos y ropa.
Las tres naves atracaron cerca de las islas de Roatán, Utila y Guanaja. Unas 30.000 personas que viven en ellas comenzaron a recibir los valiosos suministros, después de siete de permanecer a la intemperie.
Un helicóptero británico realizó drámaticas tareas de salvamento y entrega de agua, ropa y alimentos a millares de habitantes de la isla de Guanaja, que quedó prácticamente arrasada por el huracán el miércoles.
Mientras, viejos aviones DC-3 y Hércules de las Fuerzas Armadas de Honduras establecieron un puente aéreo para realizar labores de rescate y asistencia a las ciudades de La Ceiba, Tela, Trujillo y Puerto Lempira, severamente dañadas por el huracán.
El presidente Carlos Flores lanzó la noche del lunes una dramática petición de ayuda a la comunidad internacional, ante la incapacidad del gobierno de atender a la víctimas del fenómeno atmosférico y las tareas de rehabilitación y reconstrucción de la infraestructura pública.
"Hacemos un llamado urgente y angustioso a la comunidad internacional, a los pueblos y gobiernos amigos, a los organismos de financiamiento y asistencia, a las instituciones de socorro y solidaridad para que atiendan este SOS", dijo Flores en cadena de radio y televisión.
Flores indicó que el pueblo hondureño se comporta con estoicismo, paciencia y dignidad.
"Su capacidad de sufrimiento y dolor jamás se había puesto bajo prueba tan dura y tan amarga. Pero vamos a salir adelante. Lloraremos y enterraremos a nuestros muertos con toda dignidad. Luego, vamos a enjugar nuestras lágrimas y vamos a comenzar de nuevo", dijo.
"Volveremos a labrar el campo y a trabajar en los talleres, fábricas y oficinas. Volveremos a las aulas y las tareas de sobreviviencia y desarrollo. Contra vientos, huracanes y mareas tenemos que seguir viviendo. Las patrias no tienen duplicado, ni las podemos adquirir en las tiendas", agregó.
"Honduras está herida mortalmente, pero no agonizante. Nos pondremos de pie de nuevo, con la ayuda de Dios, de los pueblos, organizaciones y gobiernos amigos y con el trabajo y la energía de todos los hondureños", concluyó.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas anunció en Tegucigalpa que dispone de 200.000 dólares de ayuda en pescado, manteca y arroz. La Cooperativa de Remesas al Exterior (CARE), de Estados Unidos, indicó que suministrará 25 toneladas de alimentos.
Los embajadores de Alemania, España, Francia, Italia, Japón y Suiza ofrecieron ayuda inmediata en dinero, alimentos, ropa y medicamentos.
Al mismo tiempo, el número de damnificados en escuelas, colegios y universidades en Tegucigalpa comenzó a incrementarse.
El Comité Permamente de Contingencias Nacionales estimó este martes que hay unas 500.000 personas en albergues y refugios, en casi todas las ciudades del país.
La calles de Tegucigalpa lucen desoladas y son largas las filas de personas con baldes para proveerse de agua. También son interminables las colas de automóviles cuyos conductores procuran combustible.
Brigadas médicas del Ministerio de Salud incineran cadáveres a las orillas de los principales ríos de Honduras, ante la imposibilidad de enterrarlos.
Los primeros brotes de epidemia comenzaron a reportarse desde varias ciudades y persisten los dramáticos pedidos de auxilio de personas que todavía permanecen aisladas. (FIN/IPS/jrd/mj/en dv/98
