HONDURAS: Aparato productivo diezmado por el huracán

Las autoridades de Honduras estimaron en 4.000 los muertos y en igual cantidad los desaparecidos que dejó a su paso el huracán Mitch, que, además, causó daños en 70 por ciento del aparato productivo de este país.

"Estamos frente a un desastre nacional de proporciones históricas y que en varios puntos del país llega al calificativo de calamidad pública", dijo presidente Carlos Flores en un mensaje difundido la noche del lunes por cadena de radio y televisión, tras sobrevolar todo el territorio nacional.

Flores decretó el toque de queda para evitar los saqueos de alimentos y artículos de primera necesidad, que ya son objeto de acopio por parte de especuladores a pesar de que el mandatario también decretó el congelamiento de precios.

"Por los datos que hasta ahora hemos podido recabar, tenemos un panorama de muerte, desolación y ruina en todo el territorio nacional. Casi no hay sitio de Honduras que no haya sido tocado por la desgracia. Honduras está herida, pero no agonizante", comentó.

Flores informó que muchas familias todavía permanecen en los techos de sus viviendas, las copas de los árboles y en las montañas, sin alimento, ropa y medicinas a causa del huracán que asoló América Central entre el 26 y el 31 de septiembre.

"Hay cadáveres por doquier, víctimas de los derrumbes o de las aguas. Los cálculos más conservadores estiman en millares los muertos. En muchos municipios comienzan a escasear los alimentos", agregó.

Los primeros videos logrados por los canales de televisión después de sobrevolar las costa atlántica, donde poblaciones enteras desapareieron del mapa, contienen dramáticas escenas.

En el departamento de Islas de la Bahía, principal polo turístico de Honduras, lujosos hoteles en Roatán, Utila y Guanaja fueron destruidos y decenas de barcos flotaban destrozados en el mar.

Durante seis días no se supo nada de las islas de Roatán, Utila y Guanaja, donde la destrucción material fue mayúscula pero la población, experimentada en calamidades naturales, logró milagrosamente sobrevivir. De los 30.000 habitantes de estas islas, solo se registró un centenar de muertos.

El jefe de las Fuerzas Armadas, general Mario Hung, estimó que los muertos llegan por ahora a unos 4.000 y una cantidad similar de personas desaparecidas. "Un millón de personas, por lo menos, están damnificadas y nosotros ya no tenemos más capacidad para la labor de rescate", dijo.

Desde el domingo, cuando cesaron los torrenciales aguaceros, la Fuerzas Armadas establecieron un puente aéreo desde Tegucigalpa a la costa atlántica. El envío de ayuda por tierra resulta imposible porque carreteras y puentes están destruidos.

Flores estimó que 70 por ciento del aparato productivo nacional resultó dañado, mientras una ola de especulación con alimentos, gasolina, ropa y medicinas comenzó a asolar todo el país.

Ante esta situación, el gobierno ordenó el congelamiento de los precios de los productos de consumo popular, pero la especulación aumenta porque la gente los compra a cualquier precio.

En los primeros días de vientos de más de 400 kilómetros por hora y de intensas lluvias se creyó que los daños serían solo en la costa del océano Atlántico, pero cuando el huracán se convirtió en tormenta tropical e ingresó en tierra firme hubo también daños severos en las zonas central y sur.

También El Salvador, Nicaragua y Guatemala sufrieron el embate del huracán Mitch.

Cuando cesaron las lluvias el domingo, se pudo apreciar la gravedad de los daños que sufrió Tegucigalpa. Todos los puentes sobre el río Choluteca y sus afluentes quedaron dañados y una zona comercial totalmente arrasada.

Grandes cantidades de fábricas y comercios fueron destruidas por la corriente de los ríos.

Millares de personas se lanzaron sobre supermecados, tiendas y negocios para saquear máquinas, enseres domésticos, ropa y todo tipo de materia prima. El gobierno dispuso la salida a la calle del ejército para apoyar a la policía en la protección de las propiedades dañadas en Tegucigalpa.

Flores decretó el estado de excepción en todo el territorio nacional para "salvaguardar la seguridad de la población y sus bienes". Así, se suspendieron los derechos de libre circulación, locomoción, inviolabilidad del domicilio y arresto sin orden de autoridad competente.

También se estableció un toque de queda de 21 a 5 horas para evitar la circulación de personas y vehículos, excepto las autorizadas y que trabajen en labores de emergencia, y restringió la venta de combustible.

El alcalde de Tegucigalpa, César Castellanos, junto al piloto Roger Miranda, Arturo Calona, el presidente del Colegio de Ingenieros y el camarógrafo de televisión Geovanny Sánchez murieron el domingo al precipitarse el helicóptero en que viajaban.

Castellanos era considerado posible candidato presidencial del opositor Partido Nacional y gozaba de una extraordinaria popularidad. (FIN/IPS/jrd/mj/en/98

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