El arapaima, considerado el pez de agua dulce más grande del mundo, abundaba en los ríos de Guyana, Brasil y otros países de América del Sur, pero ahora la especie está amenazada de extinción debido al próspero comercio internacional de su carne.
El pez, que llega a medir cuatro metros de largo y a pesar más de 200 kilos, es víctima de pescadores ilegales en Guyana, Brasil, Suriname y Guayana Francesa. Ahora, las autoridades de la región tratan de conjurar esta amenaza con una campaña de concienciación.
El proyecto cuenta con el respaldo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y está dirigido a comunidades ubicadas en las riberas de los ríos, con el fin de educar sobre el peligro que entraña la sobrepesca del arapaima y otras especies fluviales de alta demanda.
Los habitantes de la región recibirán ayuda alimentaria e incentivos para retornar a sus actividades tradicionales de agricultura y ganadería, incluida la entrega de semillas.
La mayor parte de estos pescadores furtivos son personas que viven en extrema pobreza. Su situación empeoró durante el último año, tras la dura sequía que afectó los cultivos de productos como la yuca.
Muchos de estos agricultores decidieron recurrir a la pesca para sobrevivir y comenzaron a recorrer las oscuras aguas del Takatu y otros ríos de la zona en busca del arapaima, que en Guyana puede venderse a cinco dólares por kilo.
"Estamos entrenando a los militares y la policía para que cooperen en la disminución de las capturas", explicó Vilma Roopchand, del Centro Nacional de Biodiversidad.
"El comercio que se produce en la frontera es ilegal, y es una vergüenza que sea permitido por los gobiernos de Brasil y Guyana. Sin embargo, ahora están negociando mecanismos para combatirlo", añadió.
Un representante del Centro de Conservación de la Selva de Iwokrama, Graham Watkins, aseguró que el proyecto ya comenzó a generar resultados en Guyana. "Algunas comunidades aceptan que es ilegal comerciar con el arapaima".
El Centro Iwokrama estudia 360.000 hectáreas y es manejado por científicos de la Commonwealth, que agrupa a ex colonias británicas. Una de sus tareas consiste en la confección de un inventario de especies existentes en la selva.
Hace poco, el Centro descubrió al menos una docena de nuevas especies animales. Por otra parte, determinaron que el arapaima estaba siendo diezmado por pescadores indígenas que usan mazos y flechas, o por brasileños y guyaneses que los capturan a balazos.
Pese al optimismo de Watkins y sus colegas, el jefe del Departamento de Pesca guyanés, Reuben Charles, es cauto en torno al impacto del proyecto para el arapaima.
"El territorio a cubrir es inmenso, y el éxito depende de la eficacia de nuestras fuerzas del orden. No sé si serán capaces de recorrer toda el área para detectar los lugares donde se presenta el problema", manifestó.
El arapaima es una de las especies incluidas en la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Silvestres Amenazadas. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/lc-ml/en/98