ESTADOS UNIDOS: Repatriarán residuos tóxicos arrojados en Haití

Cuatro mil toneladas de residuos tóxicos que Estados Unidos arrojó en Haití serán retirados y repatriados a este país, luego de una lucha de 10 años de organizaciones ecologistas estadounidenses y haitianas.

En 1988, el barco Khian Sea trasladó las toneladas de cenizas tóxicas procedentes de incineradores de la ciudad estadounidense de Filadelfia hasta una playa próxima a la ciudad portuaria de Gonaive, en Haití.

"Este es un día de triunfo y esperanza para el pueblo de Haití, que nunca cejó en su esfuerzo por limpiar los residuos", expresó Kenny Bruno, activista de la organización ambientalista Greenpeace.

El Khian Sea pasó dos años navegando los mares del mundo en busca de un lugar para arrojar los residuos tóxicos hasta finalmente verterlos en Haití. Las autoridades de Gonaives permitieron el vertido de las cenizas supuestamente porque creyeron que se podrían utilizar como fertilizante.

El gobierno de Haití ordenó al Khian Sea cargar nuevamente las cenizas, pero el barco se retiró sin hacerlo. Días después, Puerto Príncipe prohibió la importación de residuos.

Las cenizas, que contienen metales tóxicos como plomo y cadmio, habrían contaminado la tierra en torno a la zona de Gonaives. Organizaciones haitianas pretenden la indemnización para los habitantes cuya salud se habría visto afectada por la contaminación.

Varios trabajadores contratados en 1988 para trasladar los residuos tóxicos desde la playa hasta su sitio final en la cercana localidad de Lapierre murieron. Los trabajadores, que no usaron máscaras, guantes ni botas, habrían padecido lesiones de la piel y problemas de la vista.

Trabajadores contratados por la compañía neoyorquina Caribbean Dredging comenzaron la limpieza esta semana y el traslado de las cenizas hacia Estados Unidos está previsto para mediados de mes.

El vertido en Haití fue el primer caso conocido, fuera de México, en que Estados Unidos arrojó residuos en un país del Sur en desarrollo, y provocó la inmediata protesta de los ecologistas.

Hasta hace poco, Filadelfia se negaba a aceptar la responsabilidad por los residuos y parecía que las cenizas tóxicas permanecerían en Haití para siempre, dijo Bruno. "Por suerte, hay personas y organismos con un sentido desarrollado de lo que está bien y mal y vinieron al rescate", agregó.

De la limpieza se encargará Eastern Environmental Services, una compañía de residuos de Nueva Jersey cuyo director perteneció a la firma que en 1988 contrató al Khian Sea para trasladar las cenizas hasta Haití. La firma deberá desembolsar 225.000 dólares para realizar la limpieza.

Pero organizaciones ambientales protestan por que el gobierno de Filadelfia sólo aportará 50.000 dólares para llevar a cabo el resto del proyecto, lo que deja un saldo de entre 75.000 y 150.000 dólares a ser pagado por Haití.

"Es una vergüenza que Filadelfia no sienta la obligación moral de pagar el resto de los costos de la limpieza y que haga pagar al país más pobre del hemisferio occidental por algo que no fue su responsabilidad", sostuvo Bruno.

Filadelfia puede pagarlo, aseguró, ya que ahora cuenta con un superávit presupuestal. Bruno puntualizó que la ciudad se ahorró 630.000 dólares por el costo del vertido de las cenizas a bordo del Khian Sea porque retuvo el pago.

Funcionarios de la ciudad insisten que esta no es responsable de las cenizas arrojadas en Haití. "Filadelfia no tiene obligación ninguna de limpiar las cenizas", aseguró Kevin Feeley, portavoz del alcalde.

La compañía "Eastern no cumplió con su obligación de deshacerse de los residuos en forma segura y nosotros retuvimos el pago y presionamos para que hubiera una investigación. Con el fin de resolver la situación accedimos a pagar no más de 50.000 dólares", explicó.

Filadelfia sólo aceptó pagar esa cantidad gracias a la presión de Greenpeace, del Proyecto de Comunicaciones Haití (con sede en Boston), del Colectivo Haitiano para la Protección del Ambiente y el Desarrollo Alternativo y de otras organizaciones haitianas, precisó Bruno.

Los dos propietarios de Coastal Carrier, la compañía naviera propietaria del Khian Sea, fueron procesados por perjurio, pero no se realizaron cargos contra el capitán del barco o la ciudad de Filadelfia.

Funcionarios del Departamento de Estado (cancillería estadounidense) señalaron que no pueden tomar parte en el caso porque el vertido de los residuos tóxicos no violó ley alguna.

La ausencia de regulación internacional con respecto al vertido de residuos llevó a negociar la Convención de Basilea sobre el Movimiento Transfronterizo de Residuos Peligrosos que prohibiría la exportación de residuos desde países industrializados a aquellos en el Sur en desarrollo.

Estados Unidos, que desde el incidente en Haití arrojó residuos tóxicos en Bangladesh, India y Sudáfrica, aún no ratificó el tratado.(FIN/IPS/tra-en/dk/mk/aq/en/98

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