ESTADOS UNIDOS: Elecciones legislativas auguran pocos cambios

Las elecciones legislativas de este martes provocarán pocos cambios en el escenario político de Estados Unidos, a pesar de meses de agitación en los medios por el escándalo de la relación del presidente Bill Clinton con Monica Lewinsky.

Analistas creen que los republicanos lograrán resultados modestos, nada cercanos al triunfo aplastante que previeron un mes atrás, cuando muchos candidatos democrátas condenaron a Clinton e incluso rechazaron su oferta de visitar sus distritos electorales.

Pero los observadores no descartan por completo algunos triunfos republicanos que podrían paralizar la presidencia de Clinton y posiblemente asestar un golpe fatal a las esperanzas del vicepresidente Al Gore de sucederlo en el 2000.

"Si este resulta ser un año de promoción para los republicanos, será imposible detener el proceso de juicio político (contra Clinton)", dijo Thomas Mann, director de estudios gubernamentales del centro independiente Brookings Institution.

Un factor clave, como en todas las elecciones estadounidenses, será la participación, particularmente baja este año según estimaciones. La mayoría de los analistas predicen que entre 35 y 37 por ciento de los votantes habilitados concurrirán a las urnas.

Si la participación resulta menor de un tercio, sin embargo, los resultados podrían ser un desastre para demócratas que históricamente reciben más votos cuanta más gente participa, en especial afroestadounidenses.

En juego hay 435 escaños en la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen un 228 escaños y los demócratas 206, y 34 de los 100 escaños del Senado, donde los republicanos superan a los demócratas 55 a 45.

Para los republicanos, cinco escaños más en el Senado significarían la posibilidad de bloquerar los debates y forzar votaciones en temas polémicos a los que se oponen los demócratas.

La posibilidad no parecía remota 10 días atrás, en especial porque los 18 escaños libres están ahora en poder de los demócratas.

Los demócratas, no obstante, lograron avances en las encuestas para hundir esperanzas republicanas, y la mayoría de los analistas cree que el Partido Republicano podría lograr unos dos escaños en el Senado, por lo tanto reduciendo sus perspectivas de desarrollar su agenda el año próximo.

En la Cámara de Representantes los resultados podrían ser más desalentadores, en especial para el presidente de la cámara, Newt Gingrich, quien guió la estrategia electoral republicana y esperaba usar triunfos en las elecciones de mañana como trampolín para la nominación presidencial de su partido en el 2000.

Gingrich y la Derecha Cristiana fueron quienes convirtieron las elecciones de este martes en un referendo sobre el carácter moral del presidente Clinton.

La estrategia, diseñada para energizar la base de derecha del partido, parece haber tenido un contraefecto en los últimos días, a medida que las encuestas revelan un aumento del respaldo a los demócratas y la determinación de los demócratas de dirigirse a las urnas.

A comienzos de este mes, Gingrich predijo que lograría 40 escaños en la cámara baja, pero los analistas ahora creen que el Partido Republicano podría quedarse sin ninguno, o seis o siete como máximo. En los últimos días, algunos expertos incluso sugirieron que los demócratas podrían ganar un par de escaños.

Históricamente, el partido que no ocupa la Casa Blanca logra avances en las elecciones parlamentarias. Si las proyecciones de los analistas resultan verdaderas, 1998 sería un año normal para la política estadounidense, y no la clase de triunfo arrollador que Gingrich esperaba lograr y que los demócratas temían.

Si los republicanos pierden escaños, las ambiciones presidenciales de Gingrich podrían sufrir un golpe fatal, y algunos analistas creen que incluso podría resultarle difícil mantener su posición como presidente de la cámara.

Además de los escaños en el Congreso, los candidatos compiten por legislaturas estatales y gobernaciones, la mitad de las cuales son un peldaño clave en el ascenso a la presidencia.

Por este motivo llama la atención la carrera electoral por la gobernación en Texas, donde el gobernador George Bush Jr, hijo mayor del ex presidente, podría ganar por un amplio margen la reelección.

Bush, considerado un republicano "moderado", es visto como uno de los dos o tres candidatos republicanos para desafiar a Gore en el 2000. Una encuesta reveló esta semana que Bush derrotaría al vicepresidente con facilidad si las elecciones se celebraran ahora.

Los analistas también examinarán los resultados de las carreras legislativas estatales, donde los republicanos tuvieron buenos resultados en los últimos años.

La composición política de estas legislaturas tendrá enorme importancia nacional para redefinir los distritos electorales para el Congreso en 1999-2000.

Además, varios estados y ciudades pedirán a los votantes que decidan sobre importantes iniciativas y referendos en temas que incluyen derechos de los homosexuales y el uso de la tierra.

Los más disputados serán en el estado de Washington, donde enemigos de la acción afirmativa intentarán exportar la prohibición del estado de California a esos programas mediante la "Proposición 200".

A pesar de gruesas contribuciones de algunas de las mayores corporaciones de Washington, incluyendo Boeing y Microsoft, y la oposición de gran parte de la clase política en el estado, se espera que la medida sea aprobada.

Al igual que en la mayoría de las elecciones legislativas, la campaña estuvo vacía de debate sobre política exterior o temas económicos internacionales, que afectan a un creciente número de bolsillos en Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lp/ip/98

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