Los buenos resultados logrados por el Partido Demócrata en las elecciones de medio término de Estados Unidos se debieron a una participación electoral mayor que la prevista, según datos revelados hoy.
La baja participación del electorado favoreció históricamente a los republicanos, quienes esta vez habían declarado abiertamente su esperanza de que sólo un tercio de los habilitados para votar sufragaran.
Sin embargo, la participación llegó el martes a 38 por ciento, un porcentaje bajo en comparación con otros países industrializados pero alto por tratarse de comicios no presidenciales en Estados Unidos.
El fenómeno fue especialmente notorio entre los votantes afroestadounidenses, cuyo voto fue decisivo en los grandes estados del norte y el oeste. Los sindicatos fueron igualmente eficaces para el resultado electoral, de acuerdo con analistas políticos.
Contra 60 años de historia, los demócratas ganaron cinco escaños en la Cámara de Representantes de 435 miembros, dejando una mayoría de sólo seis bancas a los republicanos y debilitando gravemente el liderazgo del presidente del cuerpo, el derechista Newt Gingrich.
En el Senado, los demócratas retuvieron 45 escaños, aunque los republicanos esperaban ganar hasta seis bancas, según lo manifestaron a mediados de octubre.
Los demócratas también obtuvieron victorias inesperadas a nivel estadual al ganar gobernaciones en estados clave, incluidos California, Iowa y Alabama, bastiones tradicionales del Partido Republicano.
El ánimo de los republicanos parecía bastante caído este miércoles, tras conocerse los resultados. "Debemos examinar con cuidado lo que pasó y ver qué lecciones tenemos que aprender los republicanos", dijo Gingrich a sus correligionarios, algunos de los cuales pretenden un cambio de liderazgo.
Mientras, el presidente Bill Clinton declaró desde la Casa Blanca que el pueblo demostró su deseo "de progreso, y no de partidismo".
"El mensaje de los votantes de todo el país es que debemos volver a trabajar en los temas que importan a la gente", añadió el vicepresidente Al Gore, que realizó una intensa campaña por su partido y cuyas esperanzas de suceder a Clinton se vieron fortalecidas por los resultados de los comicios. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/ml/ip/98