Un virtual ejército de médicos cubanos intentará extender a Centroamérica una estrategia de salud exhibida como conquista irrenunciable de la revolución cubana, bajo promesa de no mezclarse en política.
"En recursos humanos somos campeones olímpicos, sin vanidad de ninguna clase. Somos ricos", dijo el presidente Fidel Castro al ratificar el fin de semana su disposición de ofrecer todo el personal médico "que haga falta" para la ejecución de un programa integral de salud en países centroamericanos.
Castro destacó que gracias a ese desarrollo, Cuba pudo ofrecer el envío "inmediato y gratuito" de 2.000 médicos a Honduras, Guatemala y cualquier otro país de los afectados por el huracán Mitch.
Centenares de médicos cubanos ya prestan servicios en Sudáfrica, en tanto Haití espera la llegada de otros 200 ofrecidos al presidente haitiano, René Preval, durante la visita que éste realizara a La Habana en la segunda semana de noviembre.
Se estima que hasta la fecha, unos 26.000 médicos cubanos han desempeñado funciones en distintos puntos del orbe, en tanto varios millares de jóvenes de naciones en desarrollo se han beneficiado con becas de estudio en facultades cubanas de ciencias médicas.
Castro descartó que el sistema cubano de salud pueda verse afectado en razón del plan de ayuda a América Central, pues, según explicó, con los 2.500 nuevos médicos que egresarán en agosto próximo, el país dispondrá de 66.000 profesionales del sector.
"Consideramos un deber elemental apoyar a América Central", afirmó el mandatario en la clausura del Forum de Ciencia y Técnica, durante el cual informó que en el próximo curso académico ingresarán mil estudiantes de esa subregión a universidades cubanas.
El gobierno cubano había ofrecido 500 becas anuales durante 10 años a jóvenes de la región, pero la demanda superó toda previsión y determinó que para el actual curso (septiembre/98 a julio/99) se duplicara la oferta.
"Mientras ellos se forman, pueden contar con nuestros médicos", dijo Castro, quien aclaró que esos especialistas no se mezclarán en absoluto en cuestiones políticas.
El presidente cubano enfatizó que los médicos, "como obreros de la salud, en montañas, valles y campos», colaborarán con las autoridades e instituciones religiosas y cívicas, independientemente de posiciones políticas e ideológicas.
Castro aclaró, además, que la colaboración responde a una tradición solidaria y va más allá de diferencias políticas, ideológicas o la existencia de relaciones diplomáticas con las naciones víctimas de la catástrofe natural.
Nicaragua y Guatemala mantienen en la actualidad relaciones diplomáticas con Cuba, en tanto Honduras sólo está relacionada con la isla a través de una oficina de intereses.
El huracán Mitch, que azotó el área durante la última semana de octubre y primeros días de noviembre, causó alrededor de 11.495 muertos, 19.139 desaparecidos y dos millones 865.000 damnificados.
Al defender su propuesta de un programa integral de salud para esa región con la cooperación financiera de países industrializados, Castro afirmó que, con ese plan, se podrían salvar anualmente tantas vidas como las que se perdieron por Mitch.
En opinión del dirigente cubano, en el mundo existen suficientes recursos para contribuir al progreso de naciones subdesarrolladas. "Si nosotros podemos, ¿cómo no van a poder esos países desarrollados que producen más del 90 por ciento del Producto Bruto Interno mundial?", se preguntó.
Castro también consideró que tampoco son necesarios cambios de sistemas sociales, ni revoluciones para aplicar el plan propuesto por La Habana.
"La tarea es relativamente fácil y posible, y debe hacerse con tacto" para evitar que los médicos de esos países, a quien nadie sustituirá, puedan sentirse perjudicados, puntualizó el presidente cubano.
Según Castro, el programa propuesto sería posible con la inversión de 200 millones de dólares anuales en medicamentos, cifra que contrastó con el presupuesto que los EEUU destinan a defensa y que ronda los 250.000 millones de dólares.
"Con sacar un dólar por cada 1.250 se podrían salvar miles de vidas", conjeturó el líder cubano, uno de cuyos orgullos es el sistema cubano de salud, iniciado con sólo 3.000 médicos que optaron por permanecer en el país luego del triunfo de la revolución, en enero de 1959.
La población cubana, que supera los 11 millones de personas, tiene acceso gratuito a todos los servicios de salud del país, cuya única fuente de financiamiento es el presupuesto estatal.
Desde 1984, la población se beneficia con un modelo de atención primaria de salud basado en el Plan del Médico de la Familia, que a fines de 1997 contaba con 28.855 médicos destinados a la atención del 90 por ciento de la población.
Todos esos logros fueron alcanzados por la sociedad cubana a pesar de la crisis económica que sobrevino al derrumbe del campo socialista y la extinción de la URSS.
Castro consideró que el esfuerzo del país para la colaboración con América Central debe ser explicado a la población. "Necesitamos el apoyo de los médicos, las enfermeras, los técnicos, de todo el pueblo", afirmó.
En las últimas tres décadas, algo más de 120.000 colaboradores civiles cubanos han prestado servicios de cooperación en países de América, Africa, Europa y Asia.
La propuesta de Cuba para América Central presupone su total gratuidad, aspecto que se considera estimulante para otras naciones ya que la iniciativa esta siendo adoptada por "un país pobre y con grandes dificultades económicas". (FIN/IPS/pg/nc/he/98