Intelectuales de Cuba reafirmaron como su principal reto de cara al próximo milenio la preservación y consolidación de la identidad cultural de la isla sobre los rigores de la crisis económica y ante "la globalización con propósitos hegemonistas".
Sin embargo, las propias dificultades económicas imponen condiciones especiales a tal empeño, pues autoridades del sector cultural dejaron claro que aún está lejano el día en que la isla se equipare a los países industrializados en lo que a tecnología de punta se refiere.
Para el ministro de Cultura, Abel Prieto, resulta "improbable" que Cuba "pueda algún día alcanzar los niveles tecnológicos en los medios de difusión cultural que actualmente tienen los centros hegemónicos".
Sin embargo, frente a esa desventaja, la isla tiene "una riqueza cultural impresionante que hoy se reconoce en todo el mundo", subrayó Prieto al finalizar, el sábado, el sexto Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
En su opinión, si en alguna parte del mundo hay posibilidades de desarrollar y promover una modernidad auténtica "que no sea la que impone la industria cultural norteamericana, es en Cuba".
Pero tal objetivo requiere que intelectuales e instituciones culturales constituyan "un frente común" con todas las fuerzas que influyen en la "formación del cubano del presente y futuro".
"Y si esta unidad es presidida por el talento creador, no va a ser posible que nos absorban cuturalmente, que nos roben el alma, que dañen las bases culturales de la nación", señaló Prieto, ministro de Cultura hace un año y medio, luego de presidir la UNEAC durante nueve años.
A su vez, el presidente Fidel Castro, que participó en buena parte de las sesiones de tres días, alertó sobre la "invasión cultural" que Estados Unidos quiere imponer al mundo, basándose en datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Esa institución señaló en 1993 que Washington controla 70 por ciento de los satélites de comunicación, más de 60 por ciento de las redes y 75 de internet, distribuye 70 millones de copias de video e inunda el mercado con su programación de entretenimiento.
A tales estadísticas, Castro añadió que las comunicaciones ocupan el segundo lugar entre los 12 sectores más solventes de Estados Unidos, en tanto la participación de sus películas en el mercado europeo pasó de 53 por ciento en 1985 a 76 por ciento en 1994.
Asia, Africa y América Latina importan de Estados Unidos entre 30 y 80 por ciento de su programación de televisión y video y de 70 a 90 por ciento de las seriales, programas de ficción y de entretenimiento, alertó el mandatario.
De acuerdo con Castro, Estados Unidos cubre entre 50 y 80 por ciento del tiempo total de transmisión de los canales de televisión de América Latina.
Más de 70 por ciento de los filmes y seriales emitidos en Argentina, Brasil y México se importan de Estados Unidos.
El peligro de la globalización "es aun mayor del que pensábamos un tiempo atrás", alertó Castro, que en los últimos tiempos dedica al asunto la mayor parte de sus intervenciones públicas.
Castro definió el Congreso de la UNEAC, que nuclea actualmente a unos 4. 800 artistas, escritores y críticos de arte, como un "punto de viraje del desarrollo de la cultura nacional".
"Hemos visto un ejército, con capacidad, optimismo, valentía, fortísima conciencia revolucionaria, y un puesto en la primera línea a defender", dijo el mandatario, que en ocasiones criticó obras artísticas que cuestionan a la sociedad cubana actual.
Mientras, Prieto insistió en que nada debe estorbar "a la hora de evaluar la extraordinaria reserva moral y espiritual, patriótica y revolucionaria" del movimiento intelectual.
"Tenemos que abrirle cada día más espacio a ese movimiento. Tenemos que eliminar todas las trabas burocráticos, todas las incomprensiones o visiones estrechas que puedan obstaculizar el despliegue de ese movimiento", señaló Prieto.
Para el escritor y ensayista, ni en los peores años de la crisis económica de hace ocho años se abandonó la misión estratégica de "salvar la cultura".
"Y se ha salvado, la hemos ido salvando, y muestra ahora una notable fecundidad", dijo Prieto en su discurso de clausura publicado integramente por el diario Trabajadores, dos días después de finalizado el congreso, al que tuvo acceso solo la prensa cubana.
En su informe, el ministro manifestó a la necesidad de cohesionar y lograr una comunicación real entre artistas, instituciones y política cultural.
"La alianza de los artistas cubanos de vanguardia y nuestras instituciones es decisiva hoy más que nunca", dijo Prieto, no sin aclarar que hablaba de "instituciones fuertes y prestigiosas, depuradas de todo lastre burocrático, de todo autoritarismo, de todo dogmatismo".
En su opinión, "son nuestros creadores y esas instituciones renovadas" quienes pueden defender la política cultural socialista, evitar que el mercado destruya lo construido y ayudar a salvar la cultura nacional en las actuales circunstancias.
A juicio de Prieto, entre los mayores logros del foro estuvo el reconocimiento de la UNEAC como espacio idóneo para el debate con creadores de posiciones y tendencias diversas.
En comisiones especializadas, los delegados al encuentro abordaron asuntos como cultura comunitaria, cultura y turismo, economía de la cultura, enseñanza artística y el nuevo proyecto de estatutos.
En el campo de la cultura comunitaria, los debates abarcaron desde asuntos salariales, el fortalecimiento de las bibliotecas y la formación de artistas en las escuelas, hasta la necesidad de prohibir, mediante ley, la incorporación de niños a espectaculos de tipo turístico.
Hubo coincidencia en cuanto a que el turismo debe integrarse a la cultura del país. Los delegados subrayaron que resulta necesario consolidar una conciencia de patrimonio, además de combatir el "intrusismo profesional".
Se abogó además por una legislación que proteja a artistas sin nivel académico ya retirados, por el cobro de impuestos según la ganancia y el respeto al derecho de autor.
No estuvo ajeno a los debates el vínculo de la economía con el arte y, en ese sentido, el congreso llamó a analizar la proyección que tienen grupos sociales ahora con poder económico.
Varios delegados advirtieron al respecto que las nuevas inversiones de capital extranjero y la presencia de aliados foráneos en la economía nacional propicia en muchos casos el surgimiento de estilos de vida y de conducta ajenos a las tradiciones de Cuba.
La televisión, el medio preferido en este país, devino blanco predilecto de críticas por las insuficiencias de su programación, en tanto se invocó apoyo económico para la radio, el de mayor alcance.
En la isla existen 61 emisoras radiales que trasmiten casi 1.000 horas diarias por obra y gracia de remiendos tecnológicos que sortean las carencias económicas. (FIN/IPS/pg/mj/ip cr/98