El canciller de España, Abel Matutes, concluyó hoy una estancia de tres días en Cuba a la que calificó de muy positiva y fecunda, luego de anunciar la próxima visita a la isla del rey Juan Carlos I.
En concurrida conferencia de prensa poco antes de regresar a su país, Matutes afirmó que los reyes de España viajarán a Cuba en la próxima primavera boreal, "en una fecha todavía por concretar".
Este viaje, "que se inscribe en los fortísimos lazos históricos que han unido y siguen uniendo a nuestros dos pueblos, se proyecta, sin embargo, hacia el futuro, y esperamos que España y Cuba serán capaces de trabajar conjuntamente para conseguir un mañana cada vez más provechoso para ambos", subrayó.
Matutes añadió que los detalles de la visita real, a la que calificó de "histórica", se empezarán a elaborar en las próximas semanas. "Pero desde ahora ambos gobiernos nos hemos comprometido a no escatimar esfuerzos para que sea un éxito en todos los sentidos", agregó.
El canciller español consideró que la política de su país hacia Cuba ha sido siempre realista y que no hubo "un cambio de orientación" al respecto por parte del gobierno de José Aznar.
Admitió, sin embargo, la existencia de "altibajos" en los vínculos bilaterales, como ocurre en las relaciones "de familia".
"Lo que interesa es que estamos abriendo una nueva etapa que empieza hoy y que (las relaciones) experimentarán un gran impulso con la visita de los reyes", sostuvo.
Cuba es el único país de Iberoamérica que el monarca no ha visitado en sus 23 años de reinado. Su viaje, según los observadores, pondrá punto definitivo a los roces y desavenencias que durante casi dos años llevaron la relación a su mínima expresión, situación que mejoró a partir de abril.
Durante su estancia, Matutes sostuvo conversaciones a puertas cerradas con el presidente cubano Fidel Castro, que asistió además a la conferencia magistral del visitante en el aula magna de la Universidad de La Habana y a la recepción oficial que el funcionario español ofreció en la embajada en La Habana.
El canciller español afirmó haber conversado con Castro de manera extensa y sin agenda. "Pudimos hablar de todo, de lo divino y lo humano", comentó.
Fuentes oficiales cubanas informaron que esas pláticas "transcurrrieron en un ambiente de cordialidad y respeto mutuo, como corresponde al excelente estado de las relaciones entre Cuba y España, países indisolublemente unidos por fuertes lazos históricos y culturales".
La agenda de Matutes en La Habana incluyó una reunión con empresarios españoles con negocios en la isla, conversaciones con su par cubano Roberto Robaina, el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento), Ricardo Alarcón, y el vicepresidente Carlos Lage, entre otras autoridades.
En el plano bilateral, los funcionarios españoles y cubanos repasaron todos los aspectos de la relación, firmaron un acuerdo para reprimir y prevenir el narcotráfico y dedicaron particular atención a las cuestiones económicas y en particular a las inversiones españolas en la isla, comentó Matutes a la prensa.
El canciller dijo haber trasmitido a Lage, principal responsable de las reformas dirigidas a sacar a la isla de la crisis económica, una invitación para visitar España, ocasión que describió como "magnífica" para seguir profundizando en la vía del crecimiento y promoción de los intereses recíprocos.
Un total de 120 firmas españolas, entre ellas tres bancos, están radicadas actualmente en Cuba, donde además operan 70 asociaciones económicas entre firmas de ambos países.
El comercio bilateral creció de 372 millones de dólares en 1990 a 618 millones en 1997.
El último día de su estancia, Matutes se entrevistó "con representantes de tendencias políticas diversas" y familiares de algunas personas que se encuentran detenidas.
"Creo que podemos calificar este viaje de muy positivo, en el plano bilateral los resultados han sido muy satisfactorios", dijo el canciller español, quien agradeció "la cordialidad y afecto" recibidos en todas etapas de su visita.
En el plano multilateral, el ministro conversó con sus anfitriones sobre la Cumbre Iberoamericana que se celebrará el año entrante en La Habana y en torno a las "grandes perspectivas" que se abren para Cuba con la posibilidad de adhesión al futuro Convenio de Lomé.
"Espero que el proceso de reflexión en el que se haya inmerso el gobierno cubano, concluya de forma positiva, de manera que Cuba pueda beneficiarse de ese instrumento excepcional que brinda la Unión Europea (UE) a los países en vías de desarrollo", subrayó.
En cuanto a política interna, el ministro español dijo que trasladó a las autoridades cubanas que es permanente en España y la UE la preocupación por los derechos humanos y en particular "por algunos casos específicos".
"He tratado todas estas cuestiones desde el respeto y la discreción que son los principios que permiten un diálogo sincero y fructífero en cuestiones en que a veces disentimos", advirtió.
Aclaró al respecto que el objetivo es "tender puentes para el reencuentro entre los cubanos" y nunca "ahondar diferencias". (FIN/IPS/pg/mj/ip/98
