CUBA: Castro pide ayuda financiera para Brasil

El presidente de Cuba, Fidel Castro, llamó a la comunidad internacional a prestar asistencia financiera a Brasil para que ese país pueda contrarrestar los efectos de la crisis mundial en los mercados cambiarios y bursátiles.

Un empeoramiento de la situación en el gigante sudamericano tendría repercusiones negativas en toda América Latina, Estados Unidos y otras regiones, advirtió el mandatario de 72 años a los participantes en la XVI Feria Internacional de La Habana.

Castro habló el domingo durante en la inauguración de una de las más importantes ferias comerciales de América Latina, que este año abarca más de 18.000 metros y cuenta con la asistencia de representantes de unas 2.000 firmas de 75 países.

"América Latina es el lugar donde se decide el futuro del mundo, la última trinchera donde Estados Unidos se podrá defender de la crisis", aseguró sobre la necesidad urgente de ayuda para la economía brasileña.

El presidente cubano, que ha dedicado buena parte de este año a reflexionar sobre el proceso de globalización y la crisis mundial, consideró de gran importancia que los problemas financieros mundiales se solucionen a través de la negociación, con énfasis en las políticas impositivas.

Al mismo tiempo, criticó con fuerza al Fondo Monetario Internacional (FMI) y se pronunció por una flexibilización de la política de esa entidad multilateral de forma tal que permita el desarrollo de los países de acuerdo con sus posibilidades reales de crecimiento.

Sobre el atractivo que representa Cuba para inversionistas extranjeros mencionó el hecho de que la isla dependa de sí misma para su desarrollo. "Nosotros somos nuestro Fondo Monetario Internacional, nuestro Banco Mundial, nuestro Banco Interamericano de Desarrollo", afirmó.

El gobierno de Cuba estima que el aislamiento de la isla de los mecanismos financieros internacionales, como consecuencia de la política de bloqueo de Estados Unidos, podrían preservarla en parte de los impactos de la actual crisis mundial.

Castro aseguró que la necesidad de respaldo internacional para poner fin a la crisis es tan obvia que le da tanto a Rusia como a Brasil determinado poder de negociación con los organismos crediticios.

El mandatario consideró que la adopción de un programa para el saneamiento del sistema bancario de Japón, una medida que beneficiará al sudeste asiático, zona donde estalló la crisis en julio del pasado año, constituye un paso positivo.

A su juicio, entre "los buenos síntomas" figura el aporte de 18.000 millones de dólares de Estados Unidos y de 90.000 millones del Grupo de los Siete países más industrializados como "inyección a la economía mundial" para enfrentar situaciones de emergencia.

También consideró alentadores el programa de austeridad, ahorro y disminución del déficit presupuestario adoptado por Brasil y el crecimiento económico de 3,3 por ciento en Estados Unidos en el tercer trimestre de este año.

"Esa cuatro noticias son elementos de los últimos días que han levantado un poco las esperanzas y el entusiasmo", dijo.

Consideró que como consecuencia de la crisis financiera que vive el mundo empieza a constatarse un cambio de filosofía tendiente a "evitar el fuego y no tener que apagarlo, porque siempre cuesta más caro".

Como ejemplo mencionó un discurso del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en el que reconoció que el mayor peligro para la economía mundial es el de una recesión y no el de una inflación.

Estas cuestiones serán nuevamente analizadas en la Cumbre Iberoamericana de 1999, que se celebrará en La Habana, en el capítulo "Los graves riesgos de una crisis económica global", dijo Castro.

El presidente Castro convocó para enero a expertos y políticos de todo el mundo a participar en un encuentro internacional en la capital de Cuba sobre los efectos de la globalización neoliberal y la crisis económica mundial.

El asunto se convirtió en el hilo conductor de las intervenciones del mandatario cubano, que intenta liderar una "batalla" similar a la que emprendió contra la deuda externa de los países en desarrollo a mediados de los años 80.

Para Castro, el proceso globalizador actual es "inevitable" y la humanidad no tiene otra opción para sobrevivir que cambiar su tendencia neoliberal por una, que a su juicio, debe ser de corte socialista. (FIN/IPS/da/mj/if/98

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