CUBA: Alto consumo alcohólico responde a patrón cultural

Entre siete y nueve por ciento de la población de Cuba consume asiduamente bebidas alcohólicas por razones vinculadas más a patrones culturales que a la crisis económica de los ultimos ocho años.

Expertos del programa nacional de rehabilitación y control del alcoholismo estiman que beber alcohol ha constituido siempre parte de la cotidianidad de la población cubana, de más de 11 millones de habitantes.

Al mismo tiempo, sostienen que se constata un aumento de las personas que acuden al alcohol sistemáticamente, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres.

"La mujer no está ajena a este asunto y en los últimos años ha habido un incremento en el consumo de este grupo poblacional", alertó la médica Magalys Martínez durante un encuentro científico celebrado este mes en La Habana.

Martínez indicó que el mayor consumo se concentra en las de 25 a 30 años, y en las de 50. La mayoría de casos del primer grupo responden a disfunciones familiares y al estrés, en tanto las de 50 años suelen acudir al alcohol para enfrentar la separación de los hijos, el climaterio o la ruptura con su pareja.

Un estudio realizado entre 60 mujeres arrojó que 65 por ciento comenzó a beber para complacer a su pareja, 30 por ciento se relacionaba con hombres bebedores, 20 por ciento tenía padres alcohólicos y 10 por ciento madres alcohólicas.

Entre las causas del mantenimiento del consumo aparece la escasa participación en actividades socialmente utiles, las disfunciones familiares, la falta de motivaciones y el distanciamiento entre la imagen de sí misma y la realidad.

Las autoridades sanitarias sostienen que el alcoholismo no es un problema de salud, pero al mismo tiempo consideraron necesario establecer un programa nacional de atención como respuesta a los altos patrones de consumo de bebidas alcohólicas.

Según la Organización Mundial de la Salud, al menos 70 por ciento de los habitantes del planeta beben y 10 por ciento de ellos son considerados bebedores-problema. En 1997, unos 160 millones de personas eran adictas a las bebidas alcohólicas.

Aunque no se conoce la existencia de un estudio nacional en el caso de Cuba, investigaciones territoriales arrojan que hay localidades donde hasta 70 por ciento de la población consume alcohol.

En el municipio de Caimanera, a 970 kilómetros de La Habana, 97 por ciento de 1.057 entrevistados contestaron que bebían alcohol en forma regular: 98,6 por ciento de los hombres y 95,8 por ciento de las mujeres.

En los hombres se detectó un 32 por ciento de bebedores- problema y entre las mujeres 5,6 por ciento. La mayoría de los bebedores, son personas jóvenes de 21 a 30 años.

El consumo de alcohol incide en la frecuencia de accidentes, cirrosis hepática, violencia familiar y conducta suicida señaló el médico José Sandoval, especialista del programa nacional de rehabilitación y control del alcoholismo.

Sandoval advirtió que el alcohol es una droga que sirve de puerta a psicofármacos más peligrosos.

El consumo de drogas no constituye un problema social en la isla, según las autoridades, que han establecido un riguroso control, pero en los últimos años se ha apreciado una ligera tendencia al aumento, asociada al auge del turismo.

Estudios especializados aseguran que los patrones de consumo de alcohol están condicionados por una gran presencia de bebidas en el mercado, que se venden tanto en pesos cubanos como en divisas, y a la ampliación del horario de venta.

La escasez de lugares para pasar el tiempo libre en Cuba deja entre las pocas alternativas a bares, discotecas o reuniones familiares y de amigos donde nunca falta una botella de ron.

El primer grupo cubano de Alcohólicos Anónimos surgió en 1993 en una iglesia bautista del barrio habanero del Vedado. Dos años después funcionaban 38 grupos con más de 2.000 integrantes, provenientes de todos los sectores sociales.

La composición de estos grupos revela que el alcoholismo afecta por igual a intelectuales, obreros, militantes del Partido Comunista, militares, católicos, santeros y espiritistas.

Sandoval indicó que el programa oficial de atención está dirigido fundamentalmente a los hijos de padres alcohólicos y a personas que participan en la elaboración artesanal de bebidas. (FIN/IPS/da/ag/he-ip/98

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