Al menos 40 personas murieron en un combate entre las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en la noroccidental región de Urabá.
El combate se registró en la hacienda La Secreta, un presunto fortín de los paramilitares en Pavarandó, departamento de Antioquia, que fue atacada el martes por las FARC, en una escalada que según analistas busca recuperar el control de la zona en poder de las AUC.
Carlos Castaño, máximo jefe de AUCC, expresó este jueves en un comunicado que murieron 16 guerrilleros y 19 paramilitares. Pero el frente José María Córdoba de las FARC, autor del ataque, indicó en una comunicación radiotelefónica interceptada por la policía que los paramilitares muertos fueron 32.
Según la organización guerrillera, la mayor del país, la hacienda La Secreta servía de campamento a los grupos de las AUC que operan en esa zona, limítrofe entre los departamentos de Antioquia y Chocó.
Así mismo, el comandante de la división del Ejército que opera en la zona, general Martín Sandoval, señaló que las versiones de los campesinos se refieren a varias decedas de muertos, pero que oficialmente sólo se conoce la existencia de tres cadáveres que fueron llevados hasta el hospital de Pavarandó.
Este jueves la Cruz Roja, el Ejército y la Fiscalía trataban inutilmente de llegar hasta el sitio de la confrontación para conocer lo acontecido, aunque portavoces del gobierno de Antioquia indicaron que el número de muertos nunca se sabrá, ya que los cadáveres son evacuados por cada uno de los bandos.
El ataque de las FARC a La Serena se trató de una posible venganza por el asesinato de 13 personas y la destrucción de 40 casas de presuntos colaboradores de la guerrilla el 25 de octubre pasado en la localidad de San Carlos, también en Urabá, señaló el investigador Alfredo Rangel, de la privada Fundación Social.
La defensora del pueblo de Antioquia, María Villegas, denunció que tras el ataque a San Carlos, los paramilitares lanzaron desde un helicóptero hojas impresas en las que se anunciaba: "Nuestros frentes llegarán muy pronto a combatir a la guerrilla".
En el comunicado se advertía también que "nadie debe permitir la entrada de guerrilleros a sus casas, ni brindarles ningún tipo de apoyo", y que no se respondería "por nada de lo que suceda en las viviendas cercanas a los campamentos guerrilleros".
La posición estratégica de la región la ha convertido en la última década en escenario de constantes enfrentamientos entre paramilitares, guerrilla y el ejército, que buscan mantener el control de la zona.
La región de Urabá, de cerca de 40.000 kilómetros cuadrados en los departamentos de Antioquia, Chocó, Córdoba y Bolivar, es una zona estratégica por su riqueza en recursos naturales, señaló Rangel.
Así mismo, debido a su cercanía de las costas atlántica y pacífica, es una zona de entrada de armas para los grupos ilegales y de salida de drogas.
La guerra por el poder en la región del Urabá antioqueño se inició en 1991, tras la desmovilización del guerrillero Ejército Popular de Liberación (EPL), recordaron analistas.
En esa oportunidad, las AUC ofrecieron por medio de terceros protección al grupo de guerrilleros desmovilizados, a los que las FARC señalaban como colaboradores de los paramilitares.
Las AUC, con 25 grupos de choque, mantienen en la actualidad el control en el norte y parte del sur de la región, y en el último año se fortalecieron con el desplazamiento de grupos especializados hacia el este.
En los 10 años que llevan operando, organismos defensores de los derechos humanos calculan que estos grupos han cometido en el Urabá antioqueño cerca de 10.000 asesinatos. Pero en lo que va de este año las FARC pusieron en marcha el llamado "Plan Conquista".
Según el ejército, en los últimos ocho días se han librado siete combates con la guerrilla al sur de Urabá, en las localidades de Mutatá y Chigorodó, con un saldo de un soldado muerto.
En el norteño departamento de Bolivar, donde combaten las FARC y el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) con paramilitares, se reportaron en las dos primeras semanas de este mes cerca de 40 muertos y varios centenares de campesinos desplazados.
Los alcaldes de ocho municipios de esta zona anunciaron que no retornarán a sus localidades porque "la guerrilla y los paramilitares no los dejan gobernar". (FIN/IPS/yf/ag/ip/98