La libertad de expresión está limitada en Chile a un nivel "posiblemente incomparable con cualquier otra sociedad democrática del hemisferio occidental", aseguró hoy la organización Human Rights Watch, radicada en Washington.
"La transición a la democracia no se ha completado", señaló el director ejecutivo para América de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, al presentar en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santiago un informe de 250 páginas sobre Chile.
La organización humanitaria internacional exhortó al gobierno de Eduardo Frei a impulsar la derogación o revisión de leyes de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) que restringen las libertades de expresión e información.
El informe, lanzado en forma de libro, recomienda igualmente legislar para definir los llamados secretos militares, terminar con la censura previa y revisar anteriores prohibiciones de filmes bajo consideraciones ideológicas.
"Los límites de la tolerancia: libertad de expresión y debate público en Chile", es el título de la obra preparada por Human Rights Watch, que analiza la situación del país a partir del restablecimiento de la democracia en marzo de 1990.
"Si se rasguña un poco la superficie de la democracia, se puede encontrar una profunda desconfianza en el debate público", señaló Vivanco, al aludir tanto a las presiones sobre los medios como a la autocensura que éstos practican.
Una de las conclusiones centrales es que los dos gobiernos civiles establecidos a partir de 1990 no actuaron con energía ni decisión para derogar o reformar las leyes restrictivas heredadas de la dictadura de Pinochet.
La presentación del informe coincide con la detención del ex dictador en Londres, de donde podría ser extraditado a España para responder por acusaciones de genocicio y terrorismo de Estado.
El documento, redactado antes de que el 16 de octubre estallara "la crisis Pinochet", resalta que Chile "se ha convertido en un modelo de estabilidad política y solvencia económica en el continente (americano)".
"Sin embargo, la reforma de las instituciones políticas del país (entre ellas su Constitución autoritaria) para profundizar los valores democráticos se ha arrastrado por detras de estos avances", indica el informe.
"El progreso de las reformas necesarias para ampliar el disfrute de los derechos humanos a toda la población ha sido lento y desigual", subraya la organización humanitaria.
Human Rights Watch puntualiza que actualmente no hay una actuación represiva del Poder Ejecutivo en Chile, pero que las limitaciones a la libertad de expresión se producen en diferentes niveles y en cada uno de los poderes del Estado.
La organización pasa revista en su informe al conjunto de leyes vigentes en el país, incluyendo el código penal civil y el militar, para advertir que existe una red estructurada de restricciones a la información y la expresión de opiniones.
Una de las principales restricciones está constituida por leyes que penalizan el desacato a la autoridad y pueden ser invocadas tanto por dignatarios civiles como mandos militares para perseguir judicialmente a quienes los critiquen.
El desacato puede darse también con respecto a la Ley de Seguridad del Estado y posibilita acciones penales cuando las opiniones o informes sobre un jefe militar o un alto funcionario son consideradas ofensas a las instituciones y el orden público.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó en 1995 que las leyes de desacato son incompatibles con la Convención Americana de Derechos Humanos "porque reprimen la libertad de expresión necesaria para el funcionamiento debido de una sociedad democrática".
Las formas de censura previa para la exhibición de filmes en cine o televisión y para la circulación de libros señalan también límites a la libertad de expresión.
Existen igualmente en el país normas que otorgan facultades tanto a las autoridades gubernamentales como a los jueces para aplicar a su arbitrio criterios de confidencialidad, lo cual viola la libertad de informar y el derecho a ser informado.
El informe de Human Rights Watch contiene también duras denuncias sobre las prácticas de autocensura más o menos generalizadas en los medios de prensa en Chile, que constituyen también una herencia de la dictadura de Pinochet. (FIN/IPS/ggr/ff/hd/98