CHILE: Derecha dura impide gestión amplia en favor de Pinochet

La negativa de los sectores duros de la derecha de Chile a democratizar la Constitución impide un acuerdo político amplio para gestionar en Londres la liberación del ex dictador Augusto Pinochet y evitar su extradición a España.

"Para la derecha dura es más importante la obra del régimen de Pinochet que el propio Pinochet", dijo este sábado el senador Carlos Ominami, del Partido Socialista (PS), tras fracasar las gestiones para enviar una delegación multipartidaria a Londres.

Los senadores socialistas y del Partido Por la Democracia (PPD), que forman parte de la coalición de gobierno, se negaron a integrar una misión de la cámara alta propuesta por los dos partidos de la oposición derechista.

La derecha insistió en esa idea el miércoles, luego de que el Comité de Apelaciones de la Cámara de los Lores de Gran Bretaña dictaminara que el ex dictador y actual senador vitalicio no tiene inmunidad ante los crímenes contra los derechos humanos de que es acusado en España.

Pinochet, quien el mismo miércoles cumplió 83 años, es reclamado por la justicia española y el pedido de extradición presentado por el gobierno de José María Aznar está ahora a consideración del ministro del Interior británico, Jack Straw.

Straw tiene plazo hasta el 11 de diciembre para decidir si da curso al pedido español. En caso afirmativo, se abriría un juicio que puede durar un año, salvo que el gobierno laborista de Tony Blair decida repatriar antes al ex dictador por razones humanitarias.

El canciller chileno José Miguel Insulza se reunió el viernes en Londres con su homólogo británico Robin Cook, quien le precisó que sólo Straw debe resolver sobre la extradición, que no es materia de "discusión ministerial colegiada".

"Mal comenzó Insulza", señaló este sábado en su principal titular el matutino Las Ultimas Noticias, aludiendo también a que Cook dijo que la decisión de Straw estará al margen de consideraciones políticas.

El canciller chileno debió anticipar el pedido de liberación del ex dictador por razones humanitarias, que el gobierno del presidente Eduardo Frei quería guardar como última carta, después de la vía jurídica.

Se volvió así al punto clave que se plantean en Chile sectores políticos, eclesiásticos y de derechos humanos, en cuanto a que será imposible invocar el "recurso de compasión" para Pinochet sin una señal de fortalecimiento de la democracia chilena.

A partir del fallo de la Cámara de los Lores se iniciaron maratónicas consultas de senadores de la coalición de gobierno y de la oposición derechista, promovidas por el presidente de la cámara alta, Andrés Zaldívar, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), de Frei.

Los contactos, que se prolongaron hasta la tarde del viernes tuvieron como objetivo analizar la viabilidad de la propuesta de la Unión Demócrata Independiente y del Partido Renovación Nacional de enviar una misión de senadores de todos los partidos a Londres para interceder en favor de Pinochet.

El bloque PS-PPD, considerado el ala izquierda de la coalición de gobierno, condicionó la misión multipartidaria a un acuerdo previo de todos los partidos para reformar la Constitución de 1980 y terminar con los llamados "enclaves autoritarios".

Entre éstos se cuentan los senadores designados y vitalicios, el sistema electoral binominal, que excluye del Congreso a las corrientes minoritarias, la facultad presidencial de remover a los mandos militares y la reforma al Tribunal Constitucional, un "super garante" de la institucionalidad dictatorial.

La otra condición, planteada también por el PDC, es la de un acuerdo para avanzar en materia de derechos humanos, estableciendo sobre todo canales hacia los militares que permitan recoger información para ubicar los restos de unos 1.500 desaparcidos durante la dictadura (1973-1990).

Treascendió que algunos senadores derechistas se mostraron proclives a un acuerdo en esa dirección, pero se encontraron con la resistencia de los duros, entre los cuales están el almirante retirado Jorge Martínez, senador designado por la Armada, y Sergio Fernández, ex ministro de Pinochet.

El resultado es que la idea de una delegación multipartidaria como expresión de un "acuerdo nacional" para apoyar las gestiones del gobierno en favor de Pinochet quedó por ahora archivada, mientras la situación del ex dictador se complica.

Los diputados Alberto Espina y Pablo Longueira, presidentes respectivamente del Partido Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente, acusaron al bloque PS-PPD de impedir la misión senatorial conjunta y calificaron sus condiciones de "inmorales" e "inaceptables". (FIN/IPS/ggr/ff/ip hd/98)

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