La detención en Londres del ex dictador Augusto Pinochet reabrió historias protagonizadas en Chile por brasileños, tanto verdugos como víctimas de violaciones de derechos humanos.
En 1973, año del golpe que comandó Pinochet en Chile, por lo menos cinco brasileños fueron capturados y muertos en Santiago. Otros siguen desaparecidos.
"La prisión de Pinochet confirma que hubo genocidio, exterminio y crímenes contra la humanidad en los años 70 y 80", afirmó el periodista Nilson Mariano, 40 años, 18 de profesión, en Porto Alegre, capital del estado brasileño de Rio Grande do Sul.
Mariano es autor del libro "Operación Condor", sobre la red formada por los órganos de represión política de los gobiernos militares de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en aquellas décadas.
Publicado en Buenos Aires, el libro llega este mes a otros países de lengua española. Esta semana se lanzó en Porto Alegre la edición brasileña.
La obra cuenta cómo la Operación Condor diseminó la práctica del terrorismo de Estado en el Cono Sur de América. "Las fronteras de los países fueron tumbadas para la caza de quienes se oponían a las dictaduras militares", señaló Mariano.
Una compilación de documentos rescata detalles aún obscuros de la historia. El intento del juez español Baltasar Garzón de enjuiciar a Pinochet reabre la posibilidad de sacar a la luz informaciones sobre la participación brasileña y de otros países en la red represiva.
El órgano gubernamental chileno encargado de investigar los crímenes políticos admitió que policías brasileños estuvieron en el Estadio Nacional de Santiago, convertido en campo de concentración después del golpe militar de 1973, para interrogar y torturar a prisioneros.
Sobre las víctimas brasileñas de la dictadura en Chile, el libro de Mariano menciona cinco personas que vivían exiliadas en Santiago.
La lista incluye a Luiz Carlos Almeida, ex estudiante de física de la Universidad de Sao Paulo, y Vanio José de Matos, ex capitán de la Fuerza Pública, la policía militar de Sao Paulo.
Almeida, que supuestamente pasó a integrar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno, fue fusilado y echado al río Mapocho, cerca de Santiago, tras ser torturado.
Matos, que en Brasil fue militante de un grupo guerrillero, murió como consecuencia de las torturas en el Estado Nacional, sin recibir atención médica. El gobierno chileno le paga una indemnización de cien dólares mensuales a su famlia.
También integran la lista Nelson de Souza Kohl, preso a los 33 años por la Fuerza Aérea de Chile el 15 de septiembre de 1973, en Santiago. Se lo considera desaparecido, ya que su familia no pudo saber de su cadáver, aunque encontró un certificado de defunción.
Jane Vanini, exiliada en Chile desde 1971, fue ejecutada con un tiro en la cabeza el 7 de diciembre de 1974 a los 29 años. Su cadáver tampoco apareció. También militaba en el MIR.
La quinta víctima es Tulio Roberto Cardoso Quintiliano, ex estudiante de ingeniería en Rio de Janeiro que se exilió en Chile. Fue fusilado el 12 de septiembre de 1973 en el Regimiento Tacma, pero tampoco se conoce el paradero de su cadáver.
La muerte de esos cinco brasileños fue reconocida por el gobierno chileno en 1993 y sus familias tienen derecho a una pensión vitalicia de Santiago, según el diputado Nilmario Miranda, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de Brasil.
Pero el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH) y el grupo chilenos por la Vida y la Justicia, que reúne a chilenos residentes en Porto Alegre, incluyeron otros tres brasileños muertos en Chile en un mensaje al juez español Garzón en que apoyan el proceso contra Pinochet.
La muerte de Antenor Machado dos Santos, Nilton Rosa da Silva y Sergio Morais debería agregarse a los crímenes contra la humanidad practicados bajo la reponsabilidad del general, según esas organizaciones.
"La acción de la justicia española es legitimada por tratados y convenciones internacionales firmados tanto por España y Gran Bretaña como por el propio Chile", sostuvo Jair Krishke, presidente del MJDH.
El ex alcalde de Porto Alegre, Tarso Genro, entregó el jueves al juez Garzón, en Madrid, un informe y documentos sobre los brasileños torturados y asesinados en Chile durante la dictadura de Pinochet. (FIN/IPS/gc-mo/mj/ip hd/98