CAMBIO CLIMATICO: Un plan de acción que deberá ser controlado

El plan de acción decidido hoy en la IV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático representa un avance, pero su cumplimiento debe ser estrictamente vigilado, coincidieron grupos ecologistas y representantes de la Unión Europea (UE).

No obstante, los ambientalistas, entre ellos diputados del grupo "verde" en el Parlamento Europeo, observaron que a menudo en las conferencias internacionales los países de la UE "son muy duros en los términos y luego terminan cediendo".

Unos 170 países reunidos desde el día 2 en la capital argentina llegaron a un compromiso tras tensas negociaciones que se prolongaron hasta la mañana local de este sábado, varias horas después de lo previsto para la finalización del encuentro.

El plan de acción fija "plazos políticos" para el cumplimiento de las decisiones contenidas en el Protocolo de Kyoto, adoptado tras la precedente reunión de las partes de la Convención, celebrada en esa ciudad japonesa en diciembre de 1997.

Durante esta conferencia, desarrollada en el Centro Municipal de Exposiciones de Buenos Aires, los debates estuvieron polarizados esencialmente entre Estados Unidos por un lado y el Grupo de los 77 (G-77), que reúne a las naciones del Tercer Mundo, por el otro.

La Unión Europea mantuvo posiciones muy cercanas a las del G- 77.

Washington sostenía que no estaba dispuesto a asumir los objetivos de reducción de las emisiones de gases invernadero, responsables del recalentamiento de la superficie terrestre, si países en desarrollo como China, India, Brasil y otros integrantes del G-77 no se comprometían a medidas similares.

Las naciones del grupo del Sur destacaban a su vez la injusticia de la posición de Estados Unidos, teniendo en cuenta que ese país es el mayor contaminador del planeta con sus emisiones de dióxido de carbono, sobre todo como consecuencia de sus actividades industriales.

El Protocolo de Kyoto obliga a los países industrializados a disminuir en un 5,2 por ciento global sus emisiones de gases con efecto invernadero en el período 2008-2012 respecto de los niveles registrados en 1990.

Pero para que ese acuerdo entre en vigor, debe ser firmado y ratificado antes de marzo de 1999 por un mínimo de 55 países que a su vez representen 55 por ciento de las emisiones globales de esos gases.

Estados Unidos, que en Kyoto puso numerosas condiciones para adherir al acuerdo, sobre todo la adopción de diversos "mecanismos de flexibilidad", no había hasta el jueves ni siquiera firmado el Protocolo.

Sin la adhesión de Washington ese texto es inviable, ya que es responsable de la mayor parte (más de 25 por ciento) de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero.

Un primer paso para destrabar las negociaciones en Buenos Aires fue el anuncio efectuado el jueves por el representante de Estados Unidos, Stuart Eizenstat, de que el presidente de su país, Bill Clinton, firmaría el Protocolo de Kyoto.

No obstante, advirtió que no enviaría el acuerdo al Congreso para su ratificación hasta tanto el G-77 no cediera en su "intransigencia".

La UE saludó el "paso adelante" dado por Washington, pero dijo que era insuficiente y que los países industrializados debían asumir con actitudes concretas y verificables que eran ellos los responsables de 76 por ciento del aumento de las emisiones de gases invernadero verificadas desde mitad de siglo.

Así lo resumió a nombre del bloque europeo la ministra de Medio Ambiente de España, Isabel Tocino.

La UE apuntaba a que se fijaran límites estrictos a los "mecanismos de flexibilidad" adoptados en Kyoto a iniciativa de Estados Unidos para reducir el costo de los recortes de las emisiones.

Con ello pretendía evitar que esos instrumentos se constituyeran en una vía de escape al cumplimiento de las obligaciones propias de las naciones del Norte.

Uno de esos mecanismos permite a los países industrializados el establecimiento de un "comercio de emisiones" por el cual naciones del Norte que no lleguen a cumplir con las cuotas de reducción fijadas en Kyoto compren los excedentes de aquellas que superaron sus metas.

Estados Unidos aspiraba a un comercio irrestricto en ese terreno, mientras la UE quería que se le fijara un límite. El plan de acción de Buenos Aires satisface en buena medida la exigencia europea al establecer una serie de controles.

En el Protocolo de Kyoto, los países del Tercer Mundo sólo estaban involucrados por dos de los mecanismos de flexibilidad. Uno de ellos apunta a transferirles fondos y tecnología, bajo modalidades de subvención, para que pongan en práctica proyectos que apunten a reducir sus propias emisiones.

El otro, llamado de "Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), habilita a los países industrializados a financiar acciones de prevención de emisiones de gases invernadero también en el Sur.

Naciones como las latinoamericanas ven en el MDL y en las transferencias de tecnología una buena oportunidad para "poder crecer sin afectar el medio ambiente", dijo el presidente de Argentina, Carlos Menem.

También ven en ellas la posibilidad de emprender "un nuevo tipo de modelo de desarrollo, más limpio y acorde a las necesidades de calidad de vida de la población", según el Consejo Empresarial por un Desarrollo Sustentable de América Latina.

No obstante, movimientos ecologistas como Amigos de la Tierra señalaron en la conferencia que la masa de dinero que recibirá el Tercer Mundo en virtud de los mecanismos de flexibilidad previstos en el Protocolo de Kyoto no será sustancial y variará en gran medida según los países.

El grupo de diputados ecologistas en el Parlamento Europeo y Greenpeace llamaron a su vez a vigilar que la implementación del MDL conduzca al objetivo definido en Kyoto de ayudar al Sur a ir a la "raíz del problema" y remplazar la quema de combustibles fósiles por energías limpias, resumió el dirigente de Greenpeace Argentina, Juan Carlos Villalonga.

El plan de acción definido en Buenos Aires debe estar en función de ese fin y del respeto por los países del Norte industrial de sus obligaciones "domésticas" de reducción de las emisiones de gases invernadero, coincidieron los representantes de los movimientos "verdes". (FIN/IPS/tra-en/dg/ml/ip-en/98

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