Países del Sur en desarrollo adoptaron más medidas para reducir las emisiones de gases invernadero que recalientan el planeta que el Norte industrial, reveló una organización ambientalista de Estados Unidos.
El informe, divulgado el martes por el grupo National Environment Trust, con sede en Washington, busca poner fin a la oposición del Senado de este país a las negociaciones sobre el recalentamiento planetario y su negativa a ratificar el Protocolo de Kyoto sobre Cambio Climático, de 1997.
Estados Unidos y otros países industrializados son responsables de la mayor parte de los gases invernadero que se encuentran en la atmósfera, pero el Senado advierte que no aprobará el tratado a menos que el Sur en desarrollo se comprometa a reducir sus propias emisiones.
Las emisiones del Sur superarán las del Norte industrial en el próximo siglo, sostiene los senadores.
"En realidad, los países en desarrollo ya participan del proceso para comenzar a controlar el recalentamiento planetario iniciado con la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992. Ya tomaron acciones para remediar la situación con mucho menos ventajas tecnológicas y de capital que los países ricos", aseguró Philip Clapp, presidente de National Environment Trust.
La IV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático terminará este viernes en Buenos Aires y los negociadores esperan acordar los detalles de un tratado que obligue a los países industriales a reducir las emisiones de seis gases invernadero a un promedio de 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2012.
La mayoría de los científicos creen que estos gases, producidos principalmente por la quema de petróleo y gas, son la causa del recalentamiento planetario, que seguirá en aumento en el próximo siglo a menos que se tomen medidas ahora.
Las últimas proyecciones de una comisión internacional de expertos prevén que la temperatura mundial podría elevarse un promedio de 3,5 grados para el 2100, lo que tendría graves consecuencias climatológicas y ambientales, como el súbito incremento del nivel del mar y la transmisión de la malaria hacia zonas templadas del norte.
Aunque Estados Unidos proteste porque los países en desarrollo no están obligados a reducir sus emisiones, Washington no está haciendo nada para limitar la amenaza del recalentamiento, según National Environmental Trust.
"Mientras, los países en desarrollo, sin obligación de reducir sus emisiones, tomaron medidas para recortar la emisión de carbón, metano, dióxido de azufre y otros gases de invernadero", sostiene el informe.
Aunque el Sur en desarrollo tiene poca responsabilidad en el recalentamiento del planeta, muchos países reconocen que sus consecuencias recaerán con mayor peso sobre ellos y sus economías, en gran medida agrícolas, agrega.
"Dirigentes de países como China, India, Brasil y Sudáfrica también comprenden algo que sus pares en Estados Unidos ignoran: el desarrollo de industrias limpias e innovadoras puede conducir al crecimiento económico sano", expresa la organización.
En general, los países en desarrollo tomaron más medidas para reducir los subsidios a la industria de combustibles fósiles que los países industriales, precisa el informe.
Entre 1990 y 1996, esos subsidios descendieron 45 por ciento, de 60.000 millones de dólares a 33.000 millones, en los 14 países en desarrollo que representan 25 por ciento de las emisiones de carbón industrial mundiales.
En este lapso, los subsidios en los países industrializados sólo descendieron 20,5 por ciento, de 12.500 millones a 9.900 millones de dólares.
Por ejemplo, la reducción de los subsidios en China a los combustibles fósiles significó que el país más poblado del mundo emitió 155 millones de toneladas menos en 1990.
En 1996, China también incorporó tecnologías más eficientes a sus calderas industriales de combustión de carbón, que son la principal fuente de contaminación de dióxido de carbono en el país con una producción de 715 millones de toneladas de emisiones por año.
A un costo de 101 millones de dólares, el gobierno chino inició un plan durante cuatro años para reducir 181 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono por año.
India también redujo los subsidios a los combustibles fósiles de manera significativa y aplicó programas específicos para fomentar las industrias de energía renovable, explicó el informe.
México también adoptó proyectos para promover la eficiencia energética. En 1994, la compañía nacional de electricidad reemplazó millones de lámparas incandescentes en dos ciudades con luces fluorescentes más eficientes.
La medida redujo las emisiones de 118.000 toneladas de dióxido de carbono, 3.000 toneladas de dióxido sulfúrico y 205 toneladas de óxido nítrico por año, según National Environment Trust.
Brasil es un líder mundial en el uso de energías renovables con grandes inversiones en biomasa y etanol. Muchos "automóviles funcionan con etanol y se comenzó a explotar grandes cantidades de residuos agrícolas y forestales, llamados biomasa, para impulsar turbinas a gas", señala el informe.
Sudáfrica comenzó un programa que brinda infraestructura y recursos para mejorar la eficiencia energética en edificios en todo el país.
Argentina, un importante productor de petróleo, desarrolló un proyecto de reinyección de dióxido de carbono que captura los gases invernadero y los inyecta de nuevo en los pozos petroleros. Sin él, gran parte del gas recuperado por los pozos se liberaría a la atmósfera, emitiendo toneladas de dióxido de carbono y metano.
Con la ayuda de la Corporación Financiera Internacional y del grupo económico argentino Pérez Companc, el proyecto reducirá 148.000 toneladas de contaminación por año, añade el informe. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/aq/en/98