La propagación de enfermedades tropicales a zonas templadas y frías y el rebrote de males infecciosos como consecuencia del huracán Mitch demuestran que el recalentamiento planetario ya tiene impacto sobre la salud.
"La malaria, que cada año mata más personas que el sida, es trasmitida hoy por los mosquitos a regiones templadas y frías, algunas ubicadas tan al norte como Toronto, en Canadá", sostuvo Paul Epstein, director asociado del Centro para la Salud y el Ambiente de la Escuela de Medicina de Harvard, de Estados Unidos.
"Los acontecimientos gravísimos que estamos presenciando en Nicaragua y Honduras favorecen los brotes de cólera y dengue", agregó.
Por su parte, el director de Zoonosis del Hospital Muñiz de Buenos Aires, Argentina, el epidemiólogo Alfredo Seijo, aseguró que "las enfermedades tropicales como la malaria y el dengue se están extendiendo debido al calentamiento global".
Epstein y Seijo efectuaron estas declaraciones en una conferencia de prensa del Fondo Mundial para la Naturaleza, en el marco de la IV Reunión de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 4) que se celebra en Buenos Aires.
La convención reconoce, como la mayoría de los científicos, que la causa del recalentamiento del planeta son la emisiones de los denominados gases invernadero, en especial el dióxido de carbono, que son liberados a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas.
Si esas emisiones no disminuyen, la temperatura del planeta seguirá incrementándose y provocando desastres naturales, tormentas, huracanes, sequías e inundaciones.
De persistir esa tendencia, una de las consecuencias más graves sería el derretimiento de los hielos polares, que haría elevar el nivel del mar y podría dejar bajo las aguas a islas y zonas costeras.
La COP 4 tiene como objetivo avanzar en la instrumentación del Protocolo de Kyoto, firmado en diciembre del año pasado en esa ciudad de Japón, con el propósito de reducir las emisiones de gases invernadero.
El Protocolo de Kyoto obliga a las naciones del Norte industrial a reducir las emisiones de esos gases. Entre el 2008 y el 2012 las emisiones deberán reducirse 5,2 por ciento respecto de los niveles que se registraban en 1990.
Según Epstein, la destrucción causada por el huracán Mitch da origen a "nuevos focos para la reproducción de los mosquitos y, en consecuencia, para la propagación de más enfermedades" cuyos agentes de transmisión se crían en el agua.
"Desde el sur de Estados Unidos hasta el sur de la provincia argentina de Buenos Aires existe el mosquito Aedes aegypti, que causa el dengue, con una difusión cada vez más grande. Eso, obviamente, está relacionado con los cambios climáticos que ocurrieron en los útlimos años", afirmó Seijo.
El mosquito que provoca el dengue apareció en la Argentina en 1986 y ahora se lo puede encontrar en 36 por ciento de los hogares de la provincia de Buenos Aires, donde viven 14 millones de personas, señaló Seijo.
La Organización Mundial de la Salud estableció que el dengue es la décima causa de muerte entre de las enfermedades consideradas comunes.
El dengue es una enfermedad de evolución lenta para la que no existen vacunas preventivas. Sus síntomas son similares a los de la gripe, pero puede provocar hemorragias, estados febriles agudos y jaquecas, y en algunos casos es fatal.
Epstein y Seijo coincidieron en que las temperaturas invernales se han moderado desde 1950 y, consiguientemente, disminuuyeron los frentes fríos que en el pasado actuaban como control natural contra las plagas.
Además, el aumento de la humedad que registran muchas regiones como consecuencia de las largas temporadas de lluvias o las inundaciones es el origen de verdaderos caldos de cultivo para los mosquitos.
Argentina registró a comienzos de este año las inundaciones más graves de la última década, provocadas por las intensas lluvias y los desbordes de los ríos causados por la corriente de El Niño.
Los efectos del fenómeno de El Niño se han tornado más violentos en las últimas décadas como consecuencia del recalentamiento planetario, de acuerdo con la opinión de los científicos.
Grandes extensiones de las provincias ubicadas en el litoral de los ríos Paraná y Uruguay permanecieron bajo el agua durante meses, favoreciendo la difusión de los mosquitos transmisores del dengue. (FON/IPS/va/mj/en he/98