Los ministros de Ambiente de 170 países asumirán a partir de este jueves la responsabilidad de encaminar las complicadas negociaciones destinadas a establecer un programa internacional para reducir las emisiones de gases invernadero.
Hasta el momento, los negociadores de los países que asisten a la IV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 4) que sesiona en la capital argentina no lograron avances sustanciales.
Tras ocho días de reuniones, las grupos de trabajo no llegaron a acuerdos en torno de la revisión de los compromisos asumidos en el Protocolo de Kyoto, que obliga al Norte industrial a reducir las emisiones de gases contaminantes.
Tampoco se registraron progresos en el debate sobre la transferencia de tecnologías limpias del Norte al Sur, sobre la financiación a los países en desarrollo, ni sobre la instrumentación de los mecanismos de flexibilidad previstos por el protocolo.
La convención reconoce, como la mayoría de los científicos, que la principal causa del calentamiento global son las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que se liberan en la atmósfera a partir de la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo.
Las consecuencias del aumento de la temperatura del planeta son, entre otras, los violentos huracanes, las sequías e inundaciones y la expansión de las enfermedades tropicales a zonas frías y templadas.
El recalentamiento también provoca el descongelamiento de los hielos polares que provocan el aumento del nivel del mar y amenazan con sumergir a islas y zonas costeras.
El Protocolo de Kyoto, firmado por 159 países en diciembre de 1997 en esa ciudad de Japón, establece que el Norte industrializado deberá reducir 5,2 por ciento sus emisiones de gases invernadero en el período 2008-2012, respecto de 1990.
El presidente de Argentina, Carlos Menem, ratificó este miércoles ante la COP 4 la propuesta de su país de extender ese compromiso a las naciones en desarrollo.
La presidenta de la COP 4, la secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de Argentina, María Julia Alsogaray, propuso en la sesión de apertura de la conferencia que el mundo en desarrollo asuma "compromisos voluntarios" para disminuir emisiones de gases invernadero.
La idea fue rechazada de inmediato por el Grupo de los 77 (G- 77), que reúne a 132 naciones en desarrollo, al igual que por China, India y los países árabes productores de petróleo.
No obstante, algunos miembros del G-77, como México, Bolivia y Chile, admitieron en los últimos días que analizan la posibilidad de asumir "compromisos voluntarios".
La posición argentina se corresponde con la que impulsan Estados Unidos, Australia, Japón y otros países industrializados, que pretenden que las naciones menos contaminantes y menos desarrolladas también asuman compromisos.
Luego de adelantar que Argentina ratificará el Protocolo de Kyoto, Menem aseguró que "el desarrollo limpio es la única forma de crecer sostenidamente".
El mandatario argentino aprovechó la oportunidad para criticar "los subsidios agrícolas de los países avanzados que estimulan el aumento de la emisión de carbono y provocan un grave daño ambiental".
"No sólo los países desarrollados pueden contribuir a la conformación de un nuevo ordenamiento mundial. También los países del mundo emergente tenemos la responsabilidad de asumir iniciativas propias para enfrentar y resolver todos los desafios del siglo XXI", sostuvo Menem.
"Argentina no quiere realizar el esfuerzo fuera del sistema. Queremos establecer las metas en el ámbito de la convención. No hemos podido hacerlo hasta ahora, pero trabajaremos para poder hacerlo en la quinta reunión de la conferencia", dijo.
"Definiremos nuestras metas y estableceremos como creceremos con menor emision de carbón y en la próxima conferencia de las partes expresaremos nuestro compromiso para el período 2008- 2012", agregó.
En cuanto al trabajo de los grupos de contacto, las discusiones se han polarizado entre las delegaciones del G-77 y China, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
"Los progresos han sido mínimos en los grupos, pero las negociaciones se dan fuera de la COP", sostuvo el jefe de la delegación argentina, Raúl Castellini.
El funcinario reconoció que sólo si se logra "romper la polarización, se podrá llegar a una conclusión positiva esta semana".
Según los negociadores, la objeción parcial o total de las propuestas que surgen es una constante y al término de cada reunión en la que no se logran acuerdos las partes anuncian que elevarán otra iniciativa.
Los funcionarios de mayor nivel ya se preguntaban la madrugada de este miércoles, al término de sus reuniones, cómo le explicarán a la opinión pública mundial que las conversaciones de Buenos Aires están en un pantano.
Con escasas conclusiones y menos acuerdos alcanzados, los ministros de Ambiente, que sesionarán este jueves y viernes, tendrán la responsabilidad de encaminar las negociaciones.
Por el momento, sólo hay montones de propuestas subrayadas, tachadas y plagadas de corchetes, los signos que identifican la parte de un documento sobre el que todavía no se ha llegado a un acuerdo. (FIN/IPS/va/mj/en/98