CAMBIO CLIMATICO: Ecologistas escépticos ante "plan sumidero"

Los planes para aprovechar la capacidad de los bosques de absorber gases contaminantes como forma de combatir el recalentamiento planetario podrían hacer que los países industrializados continúen contaminando la atmósfera, advirtieron ambientalistas.

Se trata de propuestas respaldadas por el Banco Mundial, algunos gobiernos y organizaciones no gubernamentales para preservar los bosques como "sumideros" de los llamados gases invernadero, considerados responsables del recalentamiento de la Tierra y el cambio climático.

Aunque grupos de expertos ambientalistas como la Unión de Científicos Preocupados y el Instituto Worldwatch aplauden los esfuerzos para preservar los bosques, temen que los países industrializados continúen emitiendo gases tóxicos a cambio de preservar sus bosques o pagar a otras naciones para que no talen sus árboles.

Algunos observadores señalaron que no se puede medir con precisión científica la capacidad de los bosques para absorber los gases procedentes de la quema de combustibles fósiles y que no hay manera de saber si la preservación de una zona forestada no provocará la tala de otra.

"La 'forestación invernadero' no es necesariamente buena para los bosques y no impedirá el cambio climático. Esta cuestión amenaza con convertirse en una trampa legal que socavaría los compromisos adoptados en Kyoto", dijo Ashley Mattoon, del Instituto Worldwatch, con sede en Washington.

La IV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático termina este viernes en Buenos Aires y los negociadores esperan llegar a un acuerdo sobre los detalles del Protocolo de Kyoto, adoptado en diciembre con el fin de reducir las emisiones de gases invernadero.

La mayoría de los científicos creen que estos gases, producidos principalmente por la quema de petróleo, carbón y gas, son la causa del recalentamiento planetario, que seguirá en aumento a menos que se tomen las medidas necesarias.

El aumento de la temperatura tendrá graves consecuencias climatológicas y ambientales, como una mayor intensidad de las tormentas, las inundaciones y la desertización, advirtieron.

Meteorólogos de la Organización de las Naciones Unidas informaron que los últimos 10 años fueron los más cálidos de la historia, que 1997 fue el año más caluroso y que 1998 va en camino de superarlo.

Para encarar esta amenaza, los países industriales acordaron en Kyoto reducir las emisiones de seis gases invernadero a un promedio de 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2012.

El marco básico del Protocolo brinda a los países industrializados la opción de compensar sus emisiones contaminantes al descontar el carbón absorbido por sus bosques y otros ecosistemas que absorben dióxido de carbono, denominados "sumideros de carbono".

Es difícil convencer a los gobiernos de reducir su consumo de carbón y petróleo porque las grandes industrias sostienen que la medida las perjudicará económicamente, pero plantar árboles ejerce un atractivo prácticamente universal.

"Creo que es una maravillosa oportunidad para preservar un ambiente natural poco común a un costo relativamente bajo", opinó Linn Draper, presidenta de American Electric Power.

Tia Nelson, vicedirectora del programa sobre cambio climático del grupo Conservación de la Naturaleza, concordó. "Los beneficios para los cursos de agua, la biodiversidad y las comunidades locales serían enormes, por eso estamos ante esta mesa", dijo.

En la conferencia de Buenos Aires, iniciada el 2 de noviembre, Conservación de la Naturaleza y el Banco Mundial revelaron un plan por el cual los países podrían cumplir sus límites de emisión de gases tóxicos mediante la plantación o preservación de árboles.

Pero Mattoon, de Worldwatch, advirtió que, sin una base científica que explique mejor el funcionamiento de los "sumideros de carbono", las disposiciones sobre forestación del protocolo podrían resultar en actividades dañinas, tanto para los bosques como para el clima mundial.

"En Kyoto, muchos científicos señalaron que aún no comprendemos el ciclo enteramente como para afirmar que los gases tóxicos se quedarán en los bosques de lospaíses industrializados. En su opinión, el protocolo no debió mencionar los sumideros hasta la obtención de datos más firmes sobre ellos", agregó.

Tampoco se puede asegurar que los árboles ahorrados en nombre de la reducción de las emisiones no se preservarían de otra manera, observó Mattoon.

"Es muy improbable que el protocolo produzca algún aumento a largo plazo en las dimensiones de los sumideros. Además, ello habría ocurrido de todas formas", opinó. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/ml- aq/en/98

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