Representantes de 170 países acordaron hoy en la capital argentina un plan de acción de dos años para reglamentar aspectos fundamentales del Protocolo de Kyoto, que obliga al Norte industrial a reducir las emisiones de gases invernadero.
El Plan de Acción de Buenos Aires fue adoptado por la IV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 4), que sesionó desde el lunes 2 hasta este sábado 14 en esta ciudad.
"Hemos logrado un triunfo significativo", dijo María Julia Alsogaray, presidenta de la COP 4 y secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de Argentina.
"Este plan de acción completará los detalles faltantes en el protocolo y preparará el camino para su rápida implementación", agregó.
Alsogaray inició la sesión de clausura de la COP 4 destacando la solidaridad de los 170 países representados en la confererncia con las naciones de América Central que fueron devastados como consecuencia del huracán Mitch.
Posteriormente, le dio la palabra al delegado de Jordania, quien manifestó la intención de su país de ser anfitrión de la próxima conferencia de las partes.
Durante las dos semanas que duró la COP 4, las discusiones se polarizaron entre el Grupo de los 77 y China, y la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Las dificultades que se generaron a partir de las posiciones enfrentadas de esas delegaciones pusieron en duda la posibilidad de un acuerdo, pero finalmente todas las partes coincidieron en el plan de acción, que fue rápidamente aprobado por el plenario en las primeras horas de la mañana de este sábado.
La Convención de Cambio Climático reconoce que una de las principales causas del aumento de la temperatura mundial son las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que se liberan en la atmósfera a partir de la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo.
El recalentamiento del planeta provoca tormentas y huracanes, sequías, inundaciones y expansión de las enfermedades tropicales a zonas frías y templadas. También el descongelamiento de los hielos polares que eleva el nivel de los mares y amenaza con sumergir islas y zonas costeras.
El Protocolo de Kyoto firmado en diciembre de 1997 en Japón obliga a los países del Norte industrial a reducir, en el período 2008-2012, las emisiones de gases invernadero en 5,2 por ciento respecto de los niveles registrados en 1990.
Luego de extensas negociaciones, que comenzaron en la mañana del viernes y se prolongaron 24 horas, los delegados nacionales aprobaron el plan de acción que contempla políticas y medidas asociadas con la reducción de emisiones de gases contaminantes.
El plan exhorta a las partes a incrementar la transferencia de tecnologías limpias a los países en desarrollo. Además, enumera las necesidades de los estados afectados por el calentamiento global y por los costos económicos que implica la lucha contra el efecto invernadero.
Durante los dos años que durará su ejecución, el plan deberá considerar cuestiones vinculadas con los mecanismos de flexibilidad previstos en el Protocolo de Kyoto para ayudar a las naciones industrializadas a cumplir con los compromisos de reducir emisiones.
Esos instrumentos son el "Mecanismo de Desarrollo Limpio", el "Comercio de emisiones" y la "Implementación conjunta". El primero y este último aportaron créditos para proyectos que contribuyan a disminuir las emisiones de gases invernadero, tanto en los países en desarrollo como en los que tienen economías de transición.
En tanto, el comercio de emisiones abarca a los países industrializados que son los que han asumido, a través del Protocolo de Kyoto, compromisos para disminuir la emisión de gases contaminantes.
Si uno de esos países reduce sus emisiones por encima de lo convenido en el protocolo, puede vender ese excedente como "derechos de emisión" a otro, cuyas disminuciones no alcanzaron los niveles pactados en Kyoto.
En lo que hace a los mecanismos, el plan deberá concentrarse en el análisis de su naturaleza y alcance, el criterio de selección de los proyectos, la compatibilidad con el desarrollo sustentable, la auditoría, los criterios de verificación, los roles institucionales y otros aspectos.
El plan también establece plazos para ultimar los detalles del protocolo, de manera que sea totalmente funcional una vez que entre en vigor, después del 2000.
En ese sentido, la COP 4 convocó a las Partes para que entreguen, en febrero y marzo del año próximo, nuevas propuestas sobre la instrumentación de los mecanismos.
Las nuevas propuestas serán compiladas por los responsables de los órganos subsidiarios de Ciencia y Tecnología e Implementación de la COP 4 y, posteriormente, serán analizadas por dos grupos técnicos antes del 15 de abril de 1999.
"Después de estas difíciles negociaciones hemos logrado un triunfo significativo", dijo Alsogaray en la sesión de clausura de la COP 4, en alusión a la discusión sobre los mecanismos de flexibilidad, que fue una de las más complicadas.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Convención, Michael Zammit Cutajar, destacó que "este es un plan de acción con plazos políticos".
"El momento clave se producirá en el año 2000, cuando se reúna el sexto período de sesiones de la Conferencia de las Partes", agregó Cutajar.
Durante la sesión de clausura, Alsogaray recibió elogios por su gestión en la presidencia de la COP 4 de parte de los representantes de Austria, China, Indonesia, Eslovenia, en representación de los países de Europa Oriental y de la delegación argentina.
No obstante, el delegado de Suiza, que también destacó la tarea de la funcionaria, criticó el hecho de que "algunos países fueron excluidos de las negociaciones".
"No se pueden crear grupos de trabajo limitados, eso tiene que ser transparente y surgir de un mandato claro y preciso de la presidencia de la COP. No podemos aceptar que esto se repita en la COP 5", agregó el representante de Suiza, quien no especificó a qué países se refería.
Por su parte, la comisaria de Ambiente de la Unión Europea (UE), Ritt Bjerregaard, y el representante de Estados Unidos ante la COP 4, Stuart Eizenstat, ofrecieron conferencias de prensa al término de la sesión de clausura.
Bjerregaard destacó el liderazgo que la UE tuvo durante el desarrollo de la COP 4 y aseguró que todos los temas que le interesaban a su bloque se habían resuelto de manera satisfactoria.
"La UE trabajó muy duro con otras delegaciones, en especial con el grupo de los 77 (G-7) y China, a quienes no se les prestó demasiada atención en Kyoto", sostuvo.
Bjerregaard instó "a mantener permanentemente la lucha contra el calentamiento global en la agenda de la gente" y aseguró que la UE "continuará trabajando estrechamente con las organizaciones no gubernamentales".
Además, aseguró que "es necesario poner por sobre todo las acciones domésticas" en materia de reducción de emisiones de gases contaminantes.
En tanto, Eizenstat, consideró que "el éxito alcanzado en Buenos Aires demuestra que el marco construido en Kyoto es el correcto".
"Hemos alcanzado un acuerdo sobre un sólido plan de acción para completar los que quedó inconcluso en Kyoto", dijo en coincidencia con Alsogaray.
Según Eizenstat, "las conversaciones en Buenos Aires estuvieron signadas por la promesa de un nuevo espíritu de compromiso que está ayudando a acortar la distancia entre los países en desarrollo y los industrializados". (FIN/IPS/va/ml/en/98
