BRASIL: Privatizaciones en el ojo del huracán

El ministro de Comunicaciones de Brsil, Luiz Carlos Mendonça de Barros, renunció para evitar la ampliación del escándalo sobre interferencia indebida del gobierno en la privatización de empresas telefónicas, pero su gesto fue aparentemente inútil.

Este lunes, día en que el presidente Fernando Henrique Cardoso aceptó la renuncia de Mendonça de Barros, un grupo de fiscales de la Procuradoría General de la República admitió que podría investigar la venta de 16 empresas telefónicas estaduales al consorcio privado Telemar por 3.434 millones de dólares.

La noticia se precipitó como una bomba sobre el sistema financiero, porque la investigación crearía un precedente para la posible revisión de la venta de otras 56 empresas públicas a inversionistas privados, desde 1990, por un monto total de 37.000 millones de dólares.

El escándalo estalló el 8 de este mes, cuando la prensa empezó a divulgar el contenido de conversaciones telefónicas de Mendonça de Barros y de otros importantes funcionarios.

Esas comunicaciones fueron realizadas poco antes de la denominada "gran subasta" de empresas estatales de telecomunicaciones, en julio del año en curso.

Las intervenciones telefónicas clandestinas, cuyos autores aún no fueron revelados, pusieron al descubierto una serie de maniobras del ministro y de influyentes grupos económicos privados para interferir en las adjudicaciones.

Las grabaciones incluyen un diálogo entre Mendonça de Barros y el presidente Fernando Henrique Cardoso, quien expresa su satisfacción con la estrategia adoptada por su ministro de Comunicaciones.

Entre los inversores involucrados en el escándalo se cuentan protagonistas centrales en anteriores privatizaciones, como es el caso de la compañia minera Vale do Rio Doce, considerada la joya de la corona.

Vale do Rio Doce fue vendida en 1977 en 3.130 millones de dólares. Analistas políticos como Rosangela Bittar, del Jornal do Brasil, consideran factible que esa y otras operaciones acaben bajo la lupa de los políticos y de la Procuraduría General de la República.

La transcripción de las conversaciones telefónicas entre Mendonça de Barros, el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Economico y Social (BNDES), ejecutor de las privatizaciones, y dirigentes del banco privado de inversiones Opportunity, revela presiones del ministro de Comunicaciones sobre el fondo de pensiones del Banco do Brasil.

También desnuda maniobras oscuras, como la creación de una organización no gubernamental para recaudar fondos destinados al financiamiento de publicidad sobre las privatiziones.

Mendonça de Barros intentó incluso una "segunda privatización" de Telemar y ofreció al grupo italiano Telecom un paquete de acciones que el BNDES mantiene en el conglomerado de 16 telefónicas regionales, entre las se cuenta la de Río de Janeiro.

Existen dudas sobre la legalidad de esta iniciativa, puesto que la ley general de privatizaciones impide a los compradores de empresas públicas la venta o transferencia de acciones en un período menor a los cinco años.

La "segunda privatización" de Telemar, motivada por un antagonismo entre Mendonça de Barros y el principal dirigente de Telemar, Carlos Jereissati, es también cuestionada, dado que la ley prohibe que un mismo consorcio controle más de uno de los cuatro sectores en que fue dividida la empresa Telebrás.

Mendonça de Barros, un economista respetado, que se perfilaba como titular del futuro Ministerio de la Producción, renunció junto con el presidente del BNDES, André Lara Resende, y otros dos importantes miembros del equipo económico del gobierno.

El hecho de que el ahora ex ministro intentara maniobras de legalidad dudosa reforzó la idea de que muchos aspectos de la gran subasta de empresas del Estado estatales que aún son ignorados por los ciudadanos brasileños.

La renuncia del ministro de Comunicaciones intenta impedir el desgaste del presidente Cardoso, puesto ahora a la defensiva, después de ser reelegido hace apenas un mes para un período de cuatro años.

El problema es que todo ese escándalo fue causado por la divulgacion de sólo dos de un total de 14 horas de grabaciones telefónicas realizadas en vísperas del fatídico 29 de julio, día de la subasta de Telebrás. (FIN/IPS/cc/nc-ff/ip/98

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