BRASIL: Escucha telefónica y chantajes contra ministros

La grabación de diálogos telefónicos entre altas autoridades, como el presidente Fernando Henrique Cardoso, y el intento de chantaje a un ministro confirman los golpes bajos usados para ganar elecciones y presionar al gobierno en Brasil.

El escándalo se destapó este domingo por un reportaje en la revista semanal Epoca y columnas publicadas en los dos mayores diarios nacionales, Folha de Sao Paulo y O Globo.

La escucha telefónica se hizo en julio, poco antes de la privatización del sistema telefónico brasileño Telebrás, con la intención aparente de obtener información secreta que permitiera el logro de ventajas económicas a los interesados en la compra de la empresa estatal.

Las conversaciones grabadas ocurrieron entre el ministro de Comunicaciones, Luiz Carlos Mendonça de Barros, y el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social a cargo del programa de privatizaciones (BNDES), André Lara Resende, pero incluyeron también llamadas a Cardoso y otras autoridades.

Las cintas sirvieron para amenazar a Mendonça de Barros. El objetivo, según la revista Epoca, sería evitar que su promoción al frente del Ministerio de la Producción, que se creará sobre la base de la unión de varias carteras, como las de Agricultura y de Industria y Comercio.

Los chantajistas dijeron tener 27 cintas, dos de las cuales llegaron a las manos de Mendonça y Lara Resende, que las entregaron al presidente Cardoso.

El presidente encargó la investigación del caso al jefe de la Casa Militar de la presidencia y de la Agencia Brasileña de Inteligencia, general Alberto Cardoso.

Quienes tuvieron acceso al contenido de las cintas aseguraron que no hay secretos que pongan en duda el proceso de privatizaciones ni la honestidad de las autoridades cuyos teléfonos fueron violados.

"En los diálogos solo hay palabras impropias para tratar cuestiones de Estado", reveló el presidente del Congreso Nacional, senador Antonio Carlos Magalhaes, basándose en el informe de un colega que tuvo acceso a las cintas.

El senador confirmó que las escuchas telefónicas son un riesgo frecuente. "Por eso hablo poco" por teléfono, confesó.

Quedan, sin embargo, dudas sobre el contenido de las otras supuestas 25 cintas en manos de los chantajistas.

Durante la campaña electoral previa a las elecciones de octubre, un candidato a la gobernación del estado de Rio de Janeiro, Cesar Maia, utilizó una escucha telefónica en un intento por desmoralizar al adversario, Anthony Garotinho, pero, por el contrario, perdió las elecciones.

Maia divulgó, en el horario de propaganda asegurado por la justicia electoral en la radio y televisión, parte del diálogo obtenido de forma ilegal. Cuestionada sobre el carácter delictivo de esa conducta, el Tribunal Electoral respondió que se trataba de un asunto exclusivo de la justicia penal.

Pero se supo también ahora que hubo chantaje, además, contra el ministro de Salud, José Serra, y contra el gobernador estadual de Sao Paulo, Mario Covas, reelecto el 25 de octubre.

Los chantajistas dijeron poseer documentos que comprueban la sociedad entre el presidente Cardoso, Serra, Covas y el ex ministro de Comunicaciones, Sergio Motta, muerto en abril de este año, en una empresa con sede en las Islas Caymán, un "paraiso fiscal".

Entre los documentos, que, según quienes recibieron copias, sufrieron falsificaciones groseras, figuraría el estado de una cuenta bancaria con 368 millones de dólares, revelando negocios supuestamente delictivos.

Por tales documentos se pidieron millones de dólares, oferta que fue rechazada por las víctimas. También fueron ofrecidos a Luiz Inacio Lula da Silva y Marta Suplicy, candidatos del opositor Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia y a la gobernación de Sao Paulo.

El PT rechaz las propuestas y ofreció "una lección" a los que recurren a golpes bajos en las elecciones, según el columnista de Folha de Sao Paulo y O Globo, Elio Gaspari.

Pero el escándalo se amplió por involucrar a otro candidato derrotado a la gobernación de Sao Paulo, el derechista Paulo Maluf, quien intentó llevar el PT a utilizar dichos documentos en denuncias contra Cardoso y Covas.

En el último debate televisivo de la campaña electoral, Maluf había amenazado con divulgar cintas grabadas que afectaban la imagen del gobernador Covas.

Principal dirigente del Partido Progresista Brasileño, que integra la amplia coalición que apoya al presidente Cardoso, Maluf era considerado posible nuevo titular de algún ministerio. El escándalo sepulta esa pretensión. (FIN/IPS/mo/mj/ip hd/98

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