El vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, provocó malestar en el gobierno de Malasia, anfitrión de la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se realizó esta semana en esta ciudad, con sus declaraciones en defensa de reformas políticas en este país de Asia.
El vicepresidente Al Gore irritó al gobierno malasio al apoyar los pedidos de "reformasi" (reformas) en un discurso pronunciado en una cena empresarial antes del inicio de la cumbre.
Gore dijo el lunes pasado que no es verdad que "el gobierno autoritario facilita imponer la disciplina fiscal y el sacrificio financiero necesarios para soportar las tormentas económicas y generar el crecimiento".
"De Tailandia a Corea del Sur, Europa oriental y México, las democracias lidiaron mejor con las crisis económicas que las naciones donde la libertad está suprimida. La democracia otorga un sello de legitimidad que las reformas deben tener para ser efectivas", afirmó Gore.
"De esta manera, entre los países que sufren crisis económicas, seguimos escuchando pedidos de democracia, pedidos de 'reformasi'. Los escuchamos hoy -aquí mismo, ahora mismo- entre el valiente pueblo de Malasia", dijo.
Las declaraciones de Gore tuvieron lugar mientras Malasia intenta contener las críticas recibidas por la detención del ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, acusado de corrupción y sodomía.
Muchos analistas creen que la detención de Anwar responde a razones políticas del primer ministro Mahathir Mohamad, quien gobierna este país desde hace 17 años.
El juicio de Anwar se aplazó por la cumbre de APEC, que se realizó el martes y el miércoles, aparentemente para evitar las protestas públicas.
Aunque sigue detenido, el caso de Anwar tuvo amplias repercusiones en la cumbre porque fue planteado por altos funcionarios de Australia, Canadá, Estados Unidos y Filipinas.
El martes, el canciller malasio Abdullah Badawi declaró que las palabras de Gore constituyen una "grave interferencia en los asuntos internos del país y una descarada violación de los principios básicos entre estados soberanos".
"Los malasios no reciben con agrado los sermoneos mojigatos de tiendas extranjeras, en especial de Estados Unidos, un país que se sabe cometió graves violaciones de los derechos humanos", sostuvo Abdullah.
En su declaración, Abdullah expresó que Malasia considera "aborrecible" la incitación de Gore para que "ciertos elementos del país empleen medios antidemocráticos para derrocar a un gobierno electo constitucionalmente".
El canciller sostuvo que Malasia es un país multirracial en armonía y agregó que su país "responsabilizará a Estados Unidos por cualquier ruptura de esta armonía provocada por esta incitación irresponsable".
También el lunes, el presidente filipino Joseph Estrada mantuvo una reunión privada con la esposa de Anwar Ibrahim, Wan Azizah Ismail, en un hotel céntrico de la capital. El encuentro tuvo lugar el mismo día en que Estrada se entrevistó con Mahathir.
Estrada no mencionó el caso de Anwar a Mahathir, y el canciller filipino Domingo Siazon declaró que Filipinas supo, en base a informes sobre el juicio que se le sigue al ministro depuesto, que hubo "mayor transparencia" en el proceso judicial.
El sábado 14, el canciller canadiense Lloyd Axworthy y el ministro de comercio canadiense Sergio Marchi se reunieron con Azizah.
Las declaraciones de Gore provocaron la ira de la ministra de Comercio Exterior e Industria, Rafidah Aziz, que las calificó de "intervención desvergonzada" en los asuntos de su país.
"Fue un discurso muy desagradable", dijo Rafidah, presente cuando Gore pronunció sus palabras. La ministra expresó su sorpresa porque Gore condenó los "disturbios y manifestaciones" en Malasia y habló del "poder popular" cuando las recientes protestas callejeras en Indonesia causaron violencia y muerte.
La prensa le preguntó a Mahathir sobre la preocupación manifestada por otros líderes con respecto a Anwar. "Estamos contentos de que hayan estado aquí para apreciar cuál es la situación real. Pero si las personas sienten que quieren interferir, es su derecho, no lo cuestionamos", respondió.
"Muchos lo consideran (al caso de Anwar) una acción política del gobierno, pero en realidad es un juicio común", aseguró Mahathir, quien había elegido personalmente a Anwar para que lo sucediera como primer ministro.
El primer ministro australiano John Howard planteó el tema del juicio de Anwar en conversaciones bilaterales con Mahathir. "Espero que el asunto se maneje con absoluta transparencia e independencia", señaló el lunes pasado.
En los últimos días, el gobierno reaccionó con irritación a las críticas recibidas de países industriales por el caso de Anwar.
Kuala Lumpur sostuvo que esas críticas son comparables a que el gobierno malasio plantee el tema del tratamiento que brinda Washington a los indígenas o si comenta sobre asuntos internos como el escándalo sexual de la Casa Blanca.
Aunque el caso de Anwar no afectó la cumbre de APEC, los gobernantes de Asia-Pacífico comprenden que se trata de un asunto de política interna.
El primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong, dijo a la prensa que los líderes fueron libres de plantear los temas que desearon en reuniones bilaterales o contactos personales, pero las reuniones de APEC se concentraron en la agenda del foro.
Las palabras de Gore son más apropiadas en reuniones bilaterales. "Puedo comprender por qué está irritado Mahathir, como lo estarían los estadounidenses si Mahathir comentara sobre la política" de Estados Unidos.
"Es inevitable que la atención de los medios se posase sobre esto, pero a nosotros los líderes no nos distrajo" el caso de Anwar, puntualizó cuando se le preguntó si este había diluido el impacto de la cumbre. (FIN/IPS/tra-en/js/aq/ip/98