El foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) acaba de sobrevivir a su noveno año y rebosa palabras de aliento, pero está magullado por desacuerdos y paralizado por los intereses encontrados de sus miembros.
APEC, concebido como un puente a través del océano entre economías de América, Asia y el Pacífico, interrumpió su marcha hacia el libre comercio debido a la recesión asiática y a intereses nacionales de difícil superación.
Lo más que pudieron hacer el martes y el miércoles en Kuala Lumpur la mayoría de los líderes de los 21 países afiliados a APEC fue prometer que buscarán más apoyo para reformar un sistema financiero internacional cuya volatilidad vulnera las economías.
Aunque los miembros de APEC hablaron de la necesidad de liberar el comercio a pesar de la crisis asiática, el flujo comercial declinó en la cuenca del Pacífico debido al recorte de las importaciones.
Las fricciones en el grupo crecen en la medida en que el aumento de las exportaciones de Asia incrementa el déficit comercial de Estados Unidos.
Los críticos más duros de APEC creen que llegó el momento de poner fin a la breve historia del foro, inaugurado en Australia en 1989. Alegan que se ha convertido en poco más que una charla anual entre gobernantes de atuendo exótico.
Quizá sea ahora más acertada que nunca la crítica que se hizo a APEC en sus comienzos: que se trata de cuatro iniciales en busca de un sustantivo.
"APEC se mantiene vivo con un respirador. Tal vez alguien debería desenchufarlo y dejarlo morir en paz, así todos podríamos dedicarnos a cuestiones más importantes", dijo Nicola Bullard, del no gubernamental Foco sobre el Sur Global, de Bangkok.
APEC no es hoy lo que sus fundadores querían. Fue constituido como un foro de consulta y no como una organización burocrática. Sus miembros eran "economías" en lugar de países, para subrayar su inclinación no-política.
Su natural flexibilidad debía ser su fuerza, pero también permitió a Estados Unidos imponer su visión del grupo como ámbito de acuerdos de libre comercio de la cuenca del Pacífico.
En 1994, las economías de APEC acordaron conformar una zona de libre comercio e inversión hacia el 2020. Como anfitrión del encuentro de 1995, Japón promovió un acuerdo para garantizar la flexibilidad y el carácter voluntario y no vinculante de la prevista liberalización comercial.
El año pasado, los representantes de los estados miembros de APEC identificaron 15 "sectores prioritarios" para disminuir rápidamente los aranceles aduaneros.
Este año debía alcanzarse acuerdo sobre nueve de esos sectores, pero el compromiso perdió fuerza por la resistencia de Japón a abrir a la competencia extranjera sus sectores forestal y pesquero, que atraviesan problemas.
El propósito era presentar esa oferta de reducción de aranceles a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Pero quedó claro que la disminución voluntaria de aranceles no produce el efecto imitación aguardado para mantener el impulso hacia la liberalización del comercio dentro de APEC.
Por eso, los tres miembros latinoamericanos de APEC -Chile, México y Perú- propusieron llevar las negociaciones comerciales futuras a la OMC.
Dado que las resoluciones de la OMC son vinculantes, argumentaron los latinoamericanos, se eliminaría el peligro de que algunos países se benefien de la reducción de arancles sin ofrecer nada a cambio.
"El problema con APEC en este momento es que es muy grande y está excesivamente diversificado, y la agenda de liberalización comercial es demasiado estrecha para acomodarse a todos esos intereses", sostuvo Bullard, del Foco sobre el Sur Global.
De todos modos, los líderes de APEC aseguraron en Malasia que siguen comprometidos con los ideales de libre comercio. Esto se vio como un logro aceptable por los creadores de APEC, pero las organizaciones no gubernamentales (ONG) críticas de ese proceso lo lamentaron.
Según Timothy Ong, presidente de la Compañía Nacional de Seguros de Brunei y miembro del Consejo de Negocios de APEC, es un progreso que se siga aspirando a la rápida eliminación de aranceles, tarifas, entre tantas dudas planteadas sobre el libre mercado.
Muchos empresarios desean el rápido recorte de aranceles, pero las Ong puntualizó que es necesario tomar en cuenta los problemas de Asia, hundida en crisis desde mediados de 1997.
"Por un lado, hacen falta más inversiones extranjeras y libre comercio para ayudar a Asia, y por otro, hay enormes dudas y discrepancias profundas acerca del significado de la globalización", dijo Ong.
"Por eso, el progreso logrado hasta ahora es notable", explicó.
Es evidente que, pese a que la cumbre de APEC se pronunció por la reforma del sistema financiero, el foro mantiene como prioridad el libre comercio, aunque lo realiza a paso más lento", opinó Premesh Chandra, del Congreso de Sindicatos de Malasia.
"No aceptamos la campaña a favor del libre comercio, porque provoca una profunda reestructuración en los países que lo adoptan y perjudica a los trabajadores", dijo Chandra.
Incluso partidarios de APEC advirtieron que el foro podría perder relevancia si no aporta soluciones a la crisis asiática.
"Dado que es la única organización que reúne a todas las economías afectadas, APEC podría y debería haber sido más que un espectador mientras se empezaba a manifestar la crisis financiera y económica del pasado año", declaró el ex canciller australiano Gareth Evans.
Si APEC no se impone, quedará "totalmente marginado como institución y desperdiciados sus logros de los últimos nueve años", advirtió Evans.
La prensa preguntó al primer ministro malasio Mahathir Mohamad por qué APEC no tuvo una reacción más eficaz frente a la recesión que padece Asia.
Mahatir respondió que las economías de la asociación no pueden actuar por sí solas ante la volatilidad de los mercados financieros y necesitan "buscar un foro" adicional como el Grupo de 22, conformado por países emergentes, para convencer a un número mayor de naciones.
La activista Bullard opinó que la reforma del sistema financiero que solicitó APEC no representa un replanteo integral de la situación económica internacional.
Pero el reconocimiento de APEC de los riesgos que presentan la volatilidad y la especulación de los mercados financieros es un "cambio significativo comparado con la cumbre de 1997 de Vancouver", que se concentró en "las deficiencias de las economías asiáticas y no en el sistema mundial", dijo.
Pero por ahora nadie se pregunta dónde se origina la especulación y a quiénes beneficia, y hasta que se discuta "cargaremos con el statu quo, donde las necesidades del capital y el mercado anulan la necesidad de adoptar un tipo de desarrollo más equilibrado y sustentable", expresó.
La recesión asiática también exacerbó las tensiones en el grupo, en especial entre Estados Unidos y Japón, que disputan por asuntos comerciales y el intento de Tokio de primero activar la recuperación de su economía para luego impulsar a la regional.
En la cumbre, Tokio fue presentado como el villano de la película que paralizó el acuerdo para rebajar los aranceles de nueve sectores comerciales. Washington defiende el acuerdo, pero tampoco puede ponerlo en práctica sin la legislación correspondiente.
Ambos países también compitieron por ayudar a las economías asiáticas, lo que anuncia más fricciones en el futuro.
Japón considera que las promesas de ayuda de Estados Unidos quedan desmentidas por el intento de Washington de abrir el mercado japonés para facilitar la venta de productos estadounidenses, mientras muchas firmas japonesas declaran la quiebra.
El futuro de APEC, debilitado económicamente y dividido por sus múltiples intereses, no se puede prever. "Fue una reunión exitosa, pero si lo seguirá siendo en el futuro es otra cuestión", declaró Mahathir tras la cumbre de Kuala Lumpur. (FIN/IPS/tra-en/js/cb-aq-ff/if-ip/98