Estados Unidos lanzó una ofensiva contra el régimen de preferencias que la Unión Europea (UE) otorga a la importación de bananos de Africa y el Caribe y exigió a la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se pronuncie rápidamente sobre el asunto.
El gobierno, bajo creciente presión política de los poderosos intereses económicos del banano y la carne, declaró el jueves que la OMC, que el año pasado se pronunció en contra de las preferencias de la UE, debe decidirse antes del 15 de enero.
"Creemos que esta propuesta brinda a la UE la oportunidad de intentar comprobar su argumento de que sus medidas son coherentes con las obligaciones ante la OMC", dijo Peter Scher, de la oficina del Representante de Comercio Exterior.
Scher agregó que este tipo de solución es especialmente urgente debido a la devastación provocada por el huracán Mitch en las economías bananeras de América Central que podrían beneficiarse con la modificación del régimen de la UE.
"Sin algún tipo de garantía para que América Latina pueda expandir su acceso al mercado (europeo), será muy difícil que estos países consigan el tipo de inversión que necesitan para recuperar su producción", aseguró Scher.
Pero informes de Bruselas sugieren que la propuesta estadounidense, que funcionarios de Washington sostienen haber planteado en privado dos veces este año, estaría destinada al fracaso.
"Estados Unidos está manipulando los procedimientos de la OMC para adaptarlos a su propio calendario unilateral, arbitrario e ilegal de sanciones. Eso es inaceptable", afirmó a IPS una portavoz de la UE.
A Washington le preocupa su creciente déficit comercial que se calcula sentará un nuevo récord este año y podría dispararse hasta 300.000 millones de dólares en 1999. Gran parte del déficit se debe al aumento de las importaciones de Asia y no está directamente relacionado con el comercio con Europa.
Pero en las últimas semanas el gobierno insistió en que Europa puede hacer mucho más para abrir sus mercados y, por tanto, para reducir la carga deficitaria de Estados Unidos.
Washington tampoco acepta lo que sostiene es la negativa de la UE a acatar decisiones de la OMC sobre preferencias bananeras y sobre la prohibición europea a la carne tratada con hormonas.
Estados Unidos sostuvo que Bruselas, al no cumplir las decisiones de la OMC, socava la base de ese organismo de Ginebra que, a diferencia de su antecesor, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, puede imponer o autorizar sanciones contra países que no cumplan con sus disposiciones.
Por otra parte, la UE insiste que el problema en cuestión no es la obligatoriedad de las decisiones de la OMC.
En el caso del banano, en especial, la UE argumenta que modificó su régimen bananero, tras la decisión adoptada en septiembre de 1997 por el órgano de apelaciones de la OMC, para adecuarlo a las normas de la institución de Ginebra. Esos cambios entrarán en vigor el 1 de enero.
La semana pasada, Washington anunció que el 1 de enero impondrá en forma unilateral aranceles de 100 por ciento a productos europeos por valor de 1.000 millones de dólares a menos que Bruselas presente un régimen bananero aceptable.
La UE reaccionó con dureza ante la amenaza. "La acción unilateral de Estados Unidos es políticamente desaconsejable, contraria a sus obligaciones con la OMC, y arriesga dañar las relaciones" entre ambos, advirtió Leon Brittan, comisario de comercio del bloque.
Washington no se quedó atrás. "La esencia de nuestra propuesta es lograr un acuerdo con la UE", para que la OMC verifique si "las medidas que la UE piensa aplicar el 1 de enero" son coherentes con las normas del organismo, dijo Scher.
"Ya hemos confirmado con la secretaría de la OMC… que está lista para trabajar y preparada para anunciar su decisión para el 15 de enero", explicó. Si la UE decide apelar, ese proceso se puede concluir antes del 1 de marzo, agregó.
Los intereses en juego son importantes, no menos entre los exportadores bananeros afectados por el caso. Los productores del Caribe, muchos de ellos dependientes de las exportaciones para la supervivencia de sus economías, solicitaron repetidamente a Washington que acepte el sistema de preferencias de la UE.
"Sólo representamos tres por ciento del mercado mundial. Si no se mantienen las preferencias, no podremos sobrevivir", aseguró a IPS un funcionario de Jamaica.
El primer ministro jamaiquino Percival Patterson firmó la semana pasada una fuerte declaración contra la amenaza de sanciones de Washington, junto con sus pares de Belice, Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente.
"Pedimos a la administración de Clinton que no continúe en esta línea de acción y que cumpla su compromiso… para no dañar a nuestra industria bananera", declararon.
Los gobernantes caribeños abogaron por la negociación entre Washington y Bruselas. Ecuador también solicitó consultas formales entre ambos utilizando los instrumentos de la OMC.
Pero sus voces quedaron sofocadas por la fuerte presión de la poderosa transnacional bananera Chiquita Brands, que esta semana publicó junto a empresas productoras de carne estadounidenses páginas enteras en varios diarios de este país con avisos que acusan a la UE de "violar sus compromisos con la OMC".
Los productos de Chiquita dominan el mercado bananero de América Central. Su propietario, el estadounidense Carl Lindner, es uno de los mayores contribuyentes de los candidatos del Partido Demócrata y el Partido Republicano en este país, y hace años que busca el enfrentamiento del gobierno con la UE. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/if/98