Australia volverá a investigar la muerte de cinco periodistas de televisión en 1975 en Timor Oriental, pues un soldado de Indonesia afirmó ahora que fueron ejecutados por el ejército de su país.
Un integrante de las fuerzas indonesias que atacaron la aldea Balibo en 1975 declaró al canal de televisión de la Australian Broadcasting Corporation (ABC) que él presenció la muerte de los periodistas a manos de tropas al mando del capitán Yunus Yosfiah.
Pero Yosfiah, actual ministro de Información de Indonesia, negó la versión. "Yo no participé en ese caso. Niego todas las acusaciones", dijo al periódico The Australian.
El gobierno australiano anunció que reiniciará la investigación federal sobre esas muertes para considerar las nuevas informaciones.
El ministro de Relaciones Exteriores indonesio, Ali Alatas, cuestionó la reapertura del caso sobre la base del testimonio de un supuesto testigo ocular que, en su opinión, no es confiable.
La versión oficial de Indonesia es que los hombres fueron muertos en el fuego cruzado y que el ejército desconocía la presencia de periodistas extranjeros en Balibo cuando lanzó el ataque en la madrugada del 16 de octubre de 1975.
"Es mejor cerrar el libro y no seguir abriendo estas viejas heridas", dijo Alatas, reiterando su posición de 1996, cuando se conoció el Informe Sherman sobre el caso.
El canciller australiano Alexander Downer dijo que las acusaciones del soldado difundidas la semana pasada por ABC "deben ser examinadas" y que se vincularía la nueva información con el reporte elaborado por Tom Sherman, ex presidente del Departamento Nacional de Criminalidad.
El canciller indicó que se pedirá a Sherman que vuelva a hablar con un testigo que antes le dijo que los periodistas cayeron víctimas del fuego cruzado y más tarde indicó que la batalla terminó cuando ellos murieron.
Shirley Shackleton, viuda de uno de los periodistas muertos, reclamó una investigación judicial completa sobre el caso. "Hubo muchas críticas de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ), no se trata sólo del último testigo que apareció", dijo a IPS.
"Sherman tendría que hacer todo su informe de nuevo, pero al igual que su trabajo inicial, no sería aceptable porque no hay una investigación judicial completa. Nosotros seguiremos presionando para que se haga una", aseguró.
Según la CIJ, hay evidencias de que el gobierno de Australia sabía que los periodistas estaban en Timor Oriental poco antes de su muerte, pero no les advirtió sobre el peligro de la invasión inminente.
Un ex oficial del Consejo de Señales de Defensa, que controla las comunicaciones militares en el área de Asia y el Pacífico, desmintió la versión de que el gobierno australiano desconocía lo ocurrido a los periodistas.
"Hubo una transmisión diciéndole al gobierno indonesio sobre los asesinatos pero fue interceptada por un departamento del Consejo de Señales estacionado en una unidad naval en Darwin", indicó Michael Darby a Radio Australia en octubre de 1995.
La CIJ recomendó una investigación judicial de Australia en cooperación con Indonesia, con la autoridad para obligar a los testigos a responder y a presentar documentos sobre el caso.
Las tropas indonesias combatieron contra las fuerzas de la resistencia de Timor Oriental aun antes de invadir el país el 7 de diciembre de 1975.
El 16 de octubre de ese año, a las 4 de la madrugada hora local, fuerzas especiales enviadas por Yakarta desembarcaron en la costa norte de Timor Oriental, cerca de Balibo, en la frontera con Timor Occidental, forzando una rápida retirada de las tropas de la resistencia.
Dos equipos de la televisión australiana filmaron los movimientos de los buques de guerra indonesios desde un antiguo fuerte portugués.
El reportero Greg Shackleton, de 29 años, estaba junto a Tony Steward, sonidista, de 21, trabajando para el Canal 7 de Melbourne.
Los otros periodistas trabajaban para Canal 9 de Melbourne. Eran Malcom Rennie, de 28 años, ciudadano británico, y los camarógrafos Brian Peters, también británico, y Gary Cunningham, de 27 años, de Nueva Zelandia.
En abril de 1976, funcionarios de la embajada de Australia en Indonesia entrevistaron a testigos de las muertes de los periodistas en Timor Oriental, pero presentaron ante el parlamento un informe no conclusivo al respecto.
"Aparte de la muerte de los periodistas, hay una desgracia más grande que es la propia invasión a Timor Oriental. Hay muchas mentiras en torno a eso", dijo Shirley Shackleton.
Rob Weley-Smith, del grupo Australianos por la Libertad de Timor Oriental, sospecha que se oculta algo más grave.
"Creo que hay evidencia para sustentar la teoría de que asesores militares australianos, y tal vez de Estados Unidos, estaban presentes en el ataque de octubre de 1975 intentando desestabilizar a Timor Oriental para entregarlo a Indonesia, y que algunos de esos asesores fueron filmados por los periodistas", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/si/di-mj/hd ip/98