El retiro de la amenaza de muerte contra el escritor Salman Rushdie y otros gestos del presidente de Irán, Mohammed Jatami, para mejorar la situación de los derechos humanos no han provocado cambios sustanciales en ese país islámico, consideró la ONU.
El relator de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para los derechos humanos en Irán, Maurice Copithorne, informó que si bien la elección del moderado Jatami en 1997 mejoró la libertad de expresión, no hubo cambios en cuanto a los derechos de las mujeres y las minorías, como tampoco en el caso Rushdie.
Destacó que el acuerdo alcanzado entre Teherán y Londres para retirar las amenazas contra el escritor indobritánico generó "un violento rechazo" dentro de Irán, donde los grupos extremistas no han desistido de la condena a muerte para el autor de "Los versos satánicos", considerado blasfemo contra el Islam.
Copithorne dijo que "el propio gobierno iraní admitió que no ha cambiado nada" con respecto a Rushdie. Incluso entró en escena una organización no gubernamental, la Fundación Khordad 15, que aumentó la recompensa por ajusticiar al escritor de 2,5 a 2,8 millones de dólares.
El relator de la ONU comentó que esa organización tiene vínculos con el gobierno y anunció a IPS que este tema será parte de la agenda de su próxima reunión con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Kamal Jazarri.
Rushdie fue condenado a muerte en 1989 por el ayatolá Ruhollah Jomeini, quien en vida fue el máximo líder religioso de Irán.
Jatami aseguró en septiembre, durante una visita a la ONU, que el asunto Rushdie "está terminado". Su gobierno advirtió que no pagará ninguna recompensa ni atentará contra la vida del novelista indio.
Rushdie dijo que se sentía aliviado después de nueve años de 'fatwa' o edicto que lo condenó a muerte. El gobierno británico, por su parte, decidió restablecer relaciones diplomáticas plenas con Teherán.
Pero la tendencia liberal de Jatami y sus esfuerzos por moderar la influencia de los clérigos derechistas no bastan para lograr una mejora real en la situación de los derechos humanos, dijo Copithorne.
En un informe presentado el mes pasado a la Asamblea General de la ONU, el funcionario destacó que algunos grupos, como la minoría religiosa Baha'i, enfrentan serios problemas. Y la situación de los derechos de las mujeres no mejora, añadió.
"No hay que caer en el estereotipo de considerar a Irán como el país musulmán más retrógrado en cuanto a los derechos de las mujeres. Ellas están en el parlamento, votan, manejan y tienen una fuerte presencia en la educación superior".
Sin embargo, advirtió que las mujeres en ese país "enfrentan una serie de limitaciones".
Destacó que las mujeres casadas requieren autorización del marido para obtener pasaporte, que no tienen igualdad de condiciones al momento del divorcio, y que siguen sometidas a la "hijab" que las obliga a tener la cabeza cubierta.
El año pasado, la organización Human Rights Watch destacó que el centro judicial encargado de los códigos islámicos de vestimenta ratificó la aplicación de multas, cárcel o latigazos para mujeres que usen un pañuelo muy corto y por lo tanto exhiban el cabello o la nuca.
Copithorne dijo que en cambio sí hubo progresos en materia de libertad de expresión. "Aumentó el número de publicaciones y existe libertad para producirlas", aunque aún es necesario aclarar la relación con la prensa pues siguen siendo comunes las sanciones por "violaciones a la seguridad del Estado".
El funcionario de la ONU estimó que el progreso más notorio se logró en el campo del cine. "Ahora es mucho más fácil obtener permiso de los censores", que antes podía demorarse años y ahora se tramita en menos de un mes. (FIN/IPS/tra-en/fah/lc-ml/hd/98